El tiempo ha pasado.
Una nueva guerra esta por iniciar.
Los Lycans ya no están a salvo.
El mundo ha cambiado... Y Amber también.
Todos los derechos reservados.
Secuela del libro Lycans: Eclipsis.
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Camille.
Yo estaba sentada en la sala ayudando a Kate a doblar ropa de bebe cuando oí el sonido.
Fue tan fuerte y brusco que lance un montón de medias al suelo y me levante de golpe. Mire a Dalton, a quien Kate había dejado en su andadera junto a mí, y, sin saber muy bien que más hacer, lo saque del aparato y lo cargue como pude. No era muy fan de los bebes, pero, además del hecho de que estaba era inusualmente tranquilo, no podía huir corriendo y dejarlo ahí solo.
Salí de la casa jadeando, y me encontré de golpe con lo que había producido el sonido.
Lycans.
Parpadee varias veces sin poder contenerme, y los dedos me comenzaron a temblar. No había visto a los chicos convertirse hasta ese momento, y, honestamente, era increíble.
Me gire, y atine a ver la cabeza de Zack asomarse por un balcón de la casa.
—¡Ay, yo quiero jugar! — exclamo, con voz muy aguda. Retrocedí voluntariamente cuando, un segundo después, él se aventó.
Me mordí la lengua para no gritar, y pude ver en vivo y directo como un hombre se transformaba en lobo frente a mis ojos. Salto desde el segundo piso con cuerpo físico humano, dio un giro en el aire, y aterrizo en forma de lobo. Un enorme lobo marrón oscuro.
La transformación no era diferente de la de las películas; su cuerpo se retorcía y deformaba tan rápido que mi pobre ojo humano no era posible de captar cuadro por cuadro el momento, sin embargo, sí que podía apreciar la belleza del momento.
Dalton comenzó a reír y a decir cosas que ni siquiera HP Lovecraft habría podido adivinar. Estaba emocionado, ¡La pulga en mis manos estaba emocionada por ver la transformación en vivo y directo de un maldito lobo gigante!
Los lobos eran hermosos. Y no era solo uno, oh, no, claro que no. Seguramente eran todos. No le había pedido a Amber que me enseñara su forma lobuna por pura vergüenza, pero la había visto ir con Kate a algún lado hacia un rato, así que estaba segura de que ella no estaba en este grupo.
Por primera vez en mucho tiempo, yo estaba muda.
No recordaba haber quedado sin palabras desde el cumpleaños de mi tío Connor. Una travesura se me había convertido en accidente después de que había activado los fuegos artificiales muy cerca unos de otros. Explotaron y la vaca, mascota de la familia lejana de mi padre, salió corriendo y se llevó al tío por el medio.
Si, bueno, yo tenía mala suerte para esa clase de cosas.
Pase mis ojos por todos ellos, hipnotizada, y me detuve en el que estaba más lejos. Me encanto solo al mirarlo. Su porte y su elegancia creaban una armonía hermosa.
Era de un tono rubio muy hermoso, y su pelo se ondulaba en su espalda, creando ondas que se veían muy suaves. Tenía el pelo largo, el hocico fino y delicado, y unos ojos marrones muy llamativos. Sus orejas se movían hacia atrás mientras más yo le veía. Parecía... aduzco, reacio a que yo me le acercara, pero lo hice.
