CAP I - III: historias y diálogos sueltos de Karmaland con Rubius, Fargan y Vegetta como protagonistas.
A partir del CAP IV: el hermano oscuro Fargan ha rescatado a Alyssanne, una Cazadora de las garras de Lobo Nocturno y la ha llevado a la sede de...
- ¿Es que nunca te quitas esa máscara? -preguntó Jara a Fargan mientras lo veía beber Vinito barato de Lusu con el antifaz de búho cubriéndole el rostro.
Fargan se limpió los labios con el reverso de la mano.
-No. -respondió frío como un témpano.
- ¿Por qué no?
Volvió a beber y sonrió de aquella manera que sabía que a Jara le volvía loca.
-Porque soy demasiado guapo y no quiero que te enamores de mí.
Ella se bajó del taburete y se mordió el labio inferior acercándose a él peligrosamente, al hermano oscuro se le hizo un nudo en el estómago. Se encontraban en la taberna que servía de tapadera para la base de la Hermandad. Estaban solos. Willy y el Padre Doblas se habían marchado. La luz de las antorchas iluminaba los suelos de mármol y encendía pequeños destellos en los ojos de ella. El escenario quedaba justo al otro lado de la sala: oscuro y silencioso, dejando que los fantasmas tomen el micro y canten y bailen sus lamentos.
Sus piececitos tocaron el suelo y un lejano eco resonó en las paredes. Jara se encaró a Fargan:
-¿No te quitas nunca la máscara? ¿Ni siquiera para comer?
-No.-respondió intentando aparentar seguridad en la voz aunque la proximidad de la muchacha le hiciese temblar.
-¿Ni tampoco para bañarte?
-La máscara es impermeable.-bromeó él mientras volvía a beber.
-¿Ni para hacer el amor?-Fargan escupió el vino y empezó a toser desesperadamente para coger aire.
Los dedos de Jara presionaban contra sus muslos.
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"¿pero de dónde ha salido esta chica?" se preguntó con los ojos fuera de las cuencas ante la atrevida pregunta.
Clavó sus ojos en ella: sí, sin duda era bonita, tenía ese rostro redondo de rasgos finos, ojos grandes de un marrón tan claro que todas las luces se reflejaban en ellos. Y la boca... tenía esa boquita tan tentadora, esos labios pequeños y gruesos, jugosos, tenía ganas de morderlos, de saborearlos. Casi como auto reflejo, su mano enguantada se acercó a ella para acariciarle la mejilla y recorrer la silueta de la boca. Se bajó del taburete y su pecho chocó contra el de ella. Jara guio su mano hacia su cintura, él la tomó con fuerza y la atrajo todavía más hacia su propio cuerpo. La muchacha se estremeció.
-Debe de ser incómodo, besar a alguien con esa máscara de búho.-prosiguió Jara.
Fargan no respondió y siguió acariciándole el rostro.
"Para Fargan,- le decía una vocecita en su interior.- Esto no está bien, esto no está bien y lo sabes... Conoces las razones por las que ella está aquí, y por las que se marchará, se desvanecerá... "
