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El frío inundaba los pasillos de Hogwarts. Los alumnos vestían sus capas con un montón de abrigos debajo de ellas, con la intención de mantener el calor de sus cuerpos. Las bufandas de los distintos colores de las casas del colegio daban vida a los grises pasillos del castillo. Los exámenes de medio año habían acabado, así que una tranquilidad reinaba en todos los jóvenes.

Estaban en clase de Historia Mágica. Albus jugueteaba con su lapicera absorbo en sus pensamientos. Por otro lado, estaba Scorpius, quien no paraba de tomar apuntes de la lección de aquel día. Susurraba cosas para si mismo mientras corregía sus perfectos escritos. El de pelo azabache- igual al de su padre, Harry- miró a su mejor amigo. Al verlo tan concertado, le entró unas terribles ganas de fastidiarlo. Amaba verlo enojado. Arrugaba su nariz mientras que fruncía el ceño. Era una imagen totalmente adorable para Albus.

Acercó lentamente su mano hacia la de Scorpius. La movió un poco, haciendo que esta se corriese y que la pluma siguiera el impulso del rubio. Toda la hoja tenía una larga raya debido al movimiento que había causado Albus. Miró al de ojos verdes, quien sonría mostrando sus perfectos dientes, y frunció el ceño.

Esa sonrisa. Esa maldita sonrisa que hacía que el enojo de Scorpius se evaporara al instante que lo veía. Esa maldita sonrisa que hacía que su corazón latiese a una velocidad extremadamente rápida.

Albus pareció notar que Scorpius se había quedado en un trance o algo por el estilo, debido a que el gesto de su cara desapareció y miró preocupado al rubio.

- Scorp, ¿estás bien?

El nombrado parpadeó y desvió su mirada a su hoja. ¿Por qué? ¿Por qué Albus, su mejor amigo, provocaba esas acciones en el? ¿Que tenía ese chico de hermosos ojos verdes?

Había sacado la conclusión de que quizá sentía más que amistad. Ya había confesado que era gay, hasta Albus sabía. Pero a ver, estamos hablando de Severus Potter, su maldito mejor amigo.

Mejor amigo.

Sabía que era incorrecto que su corazón latiese por el, pero no podía evitarlo. Además, Albus nunca se fijaría en Scorpius Malfoy. Un chico pálido de cabello extremadamente rubio, quien se la pasaba leyendo en la biblioteca. ¿Que tenia de interesante el? Nada. En cambio, Albus era un chico genial. Se llevaba bien con todos, era bromista- no tanto como su hermano James-, era un buen alumno- aunque le fuera tan bien como a él-, era guapísimo. Simplemente perfecto.

Perfecto... mientras que el era un océano de imperfecciones.

No se dio cuenta que la clase había terminado, hasta que Albus lo sacudió, trayéndolo a la realidad.

- ¿Vamos al comedor?- le preguntó con una sonrisa.

                                   ~•~•~•~•~•~

Las mesas se encontraban repletas de alumnos hambrientos. Algunos de estos no respetaban sus respectivos lugares-por casa-, pero a nadie le interesaba. Albus se encontraba rodeado de un grupo de un año por debajo del de el chico: quinto. Potter contaba una magnífica historia que había vivido con su hermana en un parque de diversiones. Scorpius lo observaba, pero no lo oía. Estaba muy concentrado viendo los gestos de Albus. Su cabeza descansaba en su mano mientras sus ojos analizaban cada detalle del joven.

Una chica agarró la mano de Albus, y este sonrió e incluso respondió al gesto. Scorpius frunció el ceño. ¿Quién era ella? ¿Por qué no se lo había contado? ¿Acaso eran pareja?

Un joven de Gryffindor se percató de la reacción del rubio. Se acercó a él y se sentó a su lado.

- ¿Duele verdad?- dijo.

Scorpius se sobresaltó y miró al chico. Era de su mismo año, con cabello oscuro, piel pálida y unos hermosos ojos azules. Era guapísimo, pero no lo conocía.

- ¿De qué hablas? ¿Quién eres?- preguntó el rubio, un poco alterado.

- Tranquilo, serpiente- sonrió el chico- Soy Jack Brown, somos compañeros en Defensa contra las artes oscuras.

El rubio parpadeó. No lo había visto antes, quizá porque siempre estaba viendo a su mejor amigo.

- No te lo niego, es lindo Potter- comentó mirándolo- Demasiado diría yo.

- No se a qué te referís- habló apresuradamente Scorpius.

- Vamos, no te mientas. He visto como lo miras.

- ¿Y cómo lo miro?- dijo el rubio en un susurro.

- Lo miras como si no hubiera nada mejor en el mundo- explicó Jack.

Las mejillas de Malfoy se sonrojaron. Escondió su rostro, bajando la cabeza. Una risa se escapó de la garganta de Jack.

- Tranquilo rubio, no diré nada

Scorpius se detuvo a pensar. ¿Qué quería este chico? No lo conocía en nada y aún así, ¿por qué guardaría su secreto?

- ¿Qué quieres?- preguntó Malfoy.

- ¿Cómo qué quiero?

- Es muy raro que vayas a guardar algo tan importante sin nada a cambio.

- Wow, si que eres un chico inteligente- rió Jack- pues has acertado. Quiero algo a cambio.

- ¿Qué?

Jack sonrió triunfante. Se acercó al oído del rubio y con su caliente aliento, dijo:

- Te quiero a ti.

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Atrapados- [SCORBUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora