Quiero pensar, dentro de todas las posibilidades que fabriqué durante esta semana, que el amor que siento por Zac será suficiente para traerlo de vuelta a mí y que seremos capaces de atravesar lo que sea; pero la realidad me está golpeando con mucha fuerza y temo que los sentimientos que él tenía hacia mí, sean nada comparados con cinco años que estuvo junto a ella. Las teorías van y vienen y no sé a cuál debo aferrarme más, necesito verlo y acabar con toda esta locura para poder seguir. Para poder vivir.

Garrett aprieta mi mano y lo miro, me regala un asentimiento dudoso y sé que es su forma de pedirme que deje de pensar, aunque me resulte imposible. No podemos huir de nuestros propios pensamientos, de nuestras propias ideas porque ese es el camino que nos lleva a la locura.
Mi padre estaciona en la mansión Lowell e inmediatamente baja del auto para abrirle la puerta del copiloto a mi madre. Garrett hace lo propio conmigo y sin más andaderas nos dirigimos al interior de la casa de mis padres. Mi teléfono suena en cuanto doy un paso adentro y contesto sabiendo bien de quien se trata.

-Aiden, llegué bien y ya estoy con nuestros padres.

Volteo los ojos ante la protesta de mi hermano por no haberle avisado antes. Garrett me quita el teléfono y sonrío ampliamente cuando se pone a cantarle las cuarenta al paranoico que está del otro lado de la línea.

Brenda aparece en mi campo de visión y me abalanzo sobre ella. Todo comienza a encajar tan bien en mi sistema ahora, cada parte y cada fragmento de lo que era mi vida, pero falta mi corazón y tendré que ser más paciente en ese aspecto.

-Estas más delgada -Brenda me hace dar una vuelta y esta vez asiento de acuerdo-. Tendremos que mejorar eso.

Mi madre asiente de acuerdo con ella y yo suspiro. Me he alimentado bien, pero debo admitir que las primeras semanas que estuve en Somalia, ayudando a mi hermano en todo con respecto a su proyecto, apenas y me preocupé por mi alimentación. Con mi corazón roto y a sabiendas de la situación de esa pobre gente, estuve mucho tiempo pensando en que los niños debían comer y no yo. Que ellos eran el crecimiento del país y no mi estómago. Así que aprendí a reducir ciertos aspectos de mi vida diaria y usarlos para beneficiar a los demás.

-Planeé una deliciosa cena para esta noche, Brenda -informa mi madre-, dame unos minutos con mi pequeña y luego nos pondremos manos a la obra.

Brenda asiente y tras darme un abrazo rápido, se va a la cocina dejándonos a nosotras solas en la sala. No sé en donde se ha metido mi padre y Garrett, pero asumo que se fueron a dar una vuelta por ahí, al darse cuenta de las intenciones de mi madre para hablar conmigo.

-¿Sucede algo? -pregunto por fin.

Mi madre me hace una señal para que me siente y así lo hago. Estoy empezando a preocuparme por el silencio que está comenzando a crecer entre nosotras, cuando abre la boca para dejar ir un largo suspiro y luego me mira.

-He estado tan preocupada, cariño -confiesa y la miro ceñuda-. No sabes las noches que pasé sin dormir porque no sabía si tú estabas teniendo buenos sueños.

-Mamá...

-Déjame terminar. -Asiento-. Eres tan joven y hermosa. No mereces haber vivido todas esas cosas y jamás me sentiré bien al respecto porque eres parte de mí. Cuando te hirieron, me lo hicieron a mí, pero yo ya he vivido todo lo que he querido y temo tanto que ahora quieras limitar tu vida por todo esto.

Su voz se quiebra al final y saca un pañuelo de su bolso para limpiar sus lágrimas. Me acerco y la abrazo sin titubear. Tal parece que no sólo el amor logra transmitirse, sino que también el sufrimiento que éste conlleva. Las emociones desembocan de otras emociones y si no las controlamos, todo puede explotar en un río de confusión.

Mi madre se culpa por todo lo que viví y no hay nada que yo pueda hacer para sacarle esas ideas de la cabeza. Supongo que mi trabajo, a partir de ahora, será demostrarle lo mucho que deseo vivir, lo que quiero experimentar y todo lo que anhelo sanar.

-Mamá, sé que te va a costar creerlo, pero me he sentido bien. -Ella me mira con los ojos enrojecidos-. No todos los días son buenos, pero no puedo hacer que mi vida sea perfecta sólo para hacer felices a los demás. Aún estoy enamorada de Zac y hay días que no puedo dejar de sufrir la muerte de Patrick, pero son mis problemas y no quiero que tú y papá carguen con ellos. Los amo a los dos y sé que siempre van a apoyarme, pero nada podemos hacer con lo que pasó ya que por ahora no existe la forma de cambiar los malos recuerdos. Como dijo Tara una vez: me sentiré bien conmigo misma porque aprendí a vivir con esos feos recuerdos, no por haberlos borrado.

-Me siento tan orgullosa de ti, Em. -Acaricia mi mejilla-. Yo no podría haber pasado por todo eso y seguir adelante con la frente en alto.

-Lo harías mamá, porque todo lo aprendí de ti y toda la fuerza que tengo es tuya también. Recuerda que el dolor no desaparece, sólo hay días mejores que otros y nosotros decidimos como debemos seguir.

-Yo deseo ver como sigues, pequeña. -Me abraza nuevamente-. Quiero que vayas a buscar a ese hombre que te enloquece y seas capaz de ser feliz con él.

-También espero eso.

Me quedo en los brazos de la mujer que me dio la vida y permito que me infunda todo el amor que ella tenía la necesidad de dar. Tengo una larga lucha por delante y no quiero dar todo por hecho. Sé que será difícil, pero no será peor que todo lo que ya tuve que pasar y estoy lista para esa prueba. Mi corazón está más fuerte que nunca y ya es hora de demostrarlo.

Mi padre aparece en la sala de estar con una gran sonrisa en sus labios y cuando estoy a punto de preguntar el motivo, se hace a un lado y mi pequeño Aj aparece.

Sus ladridos hacen que mi corazón lata con fuerza y nuevas lágrimas de emoción aparecen en mis ojos. Está más grande, pero sigue siendo mi cachorro y se nota lo mucho que lo han cuidado mis padres.

-Mi pequeño...

Me agacho justo cuando se abalanza sobre mí y comienza a llenarme de lametones. Escucho la risa de mis padres e incluso la de Garrett mientras recibo todo el amor de Aj.

¿Cuánto podemos amar a una mascota? Aj significa tanto para mí. Sin duda es el mejor regalo que podría haberme dado Aiden. Lleno de amor a mi pequeño por un rato más para luego por fin dejarlo tranquilo, creo que me excedí con los cariños cuando se fue corriendo hacia el jardín trasero de la casa de mis padres.

-¿Se ha portado bien? -le pregunto a mi madre.

-Es un ángel, incluso a tu padre le agrada y eso sí que fue toda una sorpresa.

No puedo evitar sonreír al imaginar a Greg Lowell dándole cariño a mi perro. Él jamás quiso darme una mascota y ahora creo que va a sufrir más que yo cuando me lleve a Aj de nuevo a mi departamento.

-Em...

Garrett aparece en nuestro campo de visión y mi sonrisa se borra cuando noto su seriedad. Él me hace una señal con la cabeza para que lo siga y le doy un asentimiento dudoso. Mi madre hace oídos sordos y se marcha hacia la cocina. Decido salir con Garrett al jardín porque sé que tendremos más privacidad e ignoro la velocidad con la que se empiezan a formular mis pensamientos negativos. Es hora de saber la verdad.

¡Primer capítulo! Espero que les guste y les agradezco mucho por leer🧡 En la descripción general de la historia puse todo sobre el tema de las actualizaciones 🙌 Les aviso que pienso escribir esta segunda parte desde la perspectiva de Em únicamente, pero todo puede pasar 😅 Disfruten y que tengan lindo fin de semana ❤ los leo...x

ReaLove ©Where stories live. Discover now