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Su infancia fue un verdadero infierno, desde las burlas de los demás niños de la aldea, hasta los insultos de los miembros del clan; jamas entendería el porque la odiaban.

¿Acaso era porque era débil? 

Esa pregunta estaba en su mente la mayor parte del tiempo y ahora, se encontraba ahí, dentro del bosque de la muerte, junto a su equipo que se le había asignado al finalizar la academia ninja, después de misiones se sentía cómoda con sus compañeros, sobre todo con Kiba y su perro Akamaru; su byakugan era apreciado por ellos y no la trataban como un monstruo, a pesar de su fracaso en las misiones era notorio, ellos la trataban como una persona ahora como agradecimiento debía dar el máximo en este examen, los tres habían logrado pasar la primer fase, pues se trato de algo en lo que Hinata era buena gracias a su poder ocular; pero ahora era diferente, se trataba de una prueba en donde debían combatir con otros equipos para conseguir otro pergamino, ademas de enfocarse en sobrevivir ante diferentes circunstancias naturales, como picaduras de insectos, morir de hambre o sed, de alguna herida mal cuidada entre muchas otras cosas, y lo que más aterraba a Hinata era el hecho de que podían morir; la muerte era algo que asustaba a cualquiera. 

Mientras se movían por los arboles Hinata con su Byakugan pudo ver una especie de pelusas negras en el aire, a parte parecían que estas tuvieran ojos y extrañas orejas en punta, incluso más de una vez froto sus ojos pensando que estaba teniendo alguna ilusión y este comportamiento no paso desapercibido por sus compañeros.

-Hinata ¿te encuentras bien?- el que pregunto fue Kiba.

Ella iba a asentir cuando estas extrañas criaturas se juntaron más evitando que viera, por lo que tuvo que taparse sus ojos y agitar los brazos esto provoco que no se fijara por donde iba y la rama de un árbol le golpeo la cabeza, de haber caído hubiera quedado gravemente herida debido a la altura en la que se encontraban,  pero Shino actuó rápido y la sostuvo, por lo que únicamente se llevo una herida en la cabeza. 

El equipo 8 se detuvo mientras curaban la herida de la Hyuga, quien había dejado de ver a esas extrañas pelusas, ahora se sentía apenada por lo patética que debía verse.

-Listo, cuando estés lista, podemos continuar- dijo Shino terminando de amarrar la venda alrededor de la cabeza de su compañera. 

Hinata estaba seguía pensando en lo que había visto, dudaba que se hubiera tratado de alguna mala jugada de su mente. Pues no había estado usando mucho sus ojos como para que se tratara de algún síntoma de cansancio; pero también le pareció extraño que el golpe en la cabeza no le hubiera afectado como en otras ocasiones, no se sentía mareada o desorientada, en otro momento estaba segura de que se hubiera desmayado. Se levanto dispuesta a seguir, sus compañeros le dijeron que no había prisa y que podía seguir sentada esperando.

-Entre más rápido acabemos la prueba, más rápido saldremos de este bosque- dijo bajito Hinata.

No le gustaba la sensación de sentirse observada y le preocupaba que solo ella fuera la que se sintiera así. Tanto Shino como Kiba estuvieron de acuerdo, la verdad tampoco querían estar mucho tiempo ahí, pero por ahora debían localizar a alguien que tuviera el pergamino que les faltaba. 

Cosa que no fue nada fácil, al parecer los demás equipos se habían en ese tiempo se habían encargado de avanzar en el recorrido, por lo que el equipo ocho decidió enfocarse igualo en avanzar, hasta que la noche cayera y cuando eso ocurrió, encontraron un lugar seguro para acampar, tomando la decisión de que mientras uno vigilaba, los otros dos dormían; Shino fue el primero en hacer guardia, después fue Kiba junto a Akamaru y hasta al final Hinata, la cual aprovecho la soledad para analizar lo ocurrido, pero no tuvo que pensar mucho pues se dio cuenta de que de nuevo esas extrañas pelusas que le recordaban a pequeños gatos sin patas aparecieron, esta vez Hinata se quedo viéndolos, analizando su comportamiento travieso, hasta que esas criaturas la observaron y se acercaron a ella; la de ojos perlados no se asusto ni nada, de hecho con su dedo logro tocar esas extrañas bolitas, hasta que esas criaturas le dieron señales de que las siguiera. Cualquier persona sabría que el seguir a esos extraños seres era mala idea, pero ella sin pensarlo se levanto y siguió a las criaturas, realmente no la llevaron lejos, de pronto esas criaturas desaparecieron dejándola confundida, miro los arboles que permitían que la luz de la luna la iluminara; pero se puso en posición de ataque al escuchar el sonido de unas hojas quebrarse, y entre las sombras apareció un joven de gran altura en comparación con ella, tenia el cabello verde con un extraño pincho encima, ojos de un azul que nunca creyó posible en una persona. Hinata quito su posición de pelea por algún motivo, la mirada aburrida de ese hombre la hizo calmarse, como si confiera en él o algo de eso.

- Pensé que serias otro tipo de mujer - fue lo que dijo aquel hombre acercándose. 

- ¿Lo conozco?- dijo bajito la de ojos perlados.

El de cabellos verdes suspiro.

- Tú a mi no, pero yo a ti si- fue lo que dijo causando confusión de la niña. - Padre desea volver a verte- 

Obvio eso no ayudo nada.

- Pero no hace mucho vi a mi padre- dijo con inocencia.

El de cabellos verdes soltó una carcajada.

- Te han engallado muy bien- 

De pronto quedo enfrente de ella y con su uña negra, acaricio la mejilla de Hinata. 

- La próxima vez, pídele a tu supuesto padre, que te diga la verdad- llevo su una debajo de uno de sus parpados, delineandolo con su dedo. - mi querida hermana- 

Esa palabra fue suficiente para que Hinata retrocediera de golpe, mirándolo asustada y sorprendida. 

¿Hermana?

Cada vez entendía menos, su respiración se volvió entrecortada haciendo que ese hombre colocara su dedo en sus labios. 

- Debo protegerte- de sus ropas saco un pergamino.

Los ojos de Hinata mostraron sorpresa al ver que era el pergamino que les faltaba para la prueba. 

- Este bosque es bastante peligroso- fue lo que dijo y se lo entrego.

Lentamente se separo de la de ojos perlados.

- Mi nombre es Amaimon- fue su presentación. - Nos volveremos  ver hermana, más pronto de lo que crees, ademas- le dio la espalda y comenzó a caminar de nuevo a las sombras. - Padre siempre esta cuidándote- 

Y así desapareció, dejando a Hinata con un fuerte latir en su corazón y una enorme confusión que en ese momento, no pudo procesar. 


El poder de cambiar (Hinata Hyuga, Okumura Rin y Okumura Yukio)Where stories live. Discover now