▪︎𝟎𝟑▪︎

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 ►𝐌𝐚𝐧𝐜𝐡𝐞𝐬𝐭𝐞𝐫, 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚. 𝟖 𝐝𝐞 𝐒𝐞𝐩𝐭𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟐.

—Ya voy, ya voy —se acercó a la puerta, debido a la insistencia que estaba teniendo la persona que estaba fuera.

—Tú, tenemos que hablar.

—¿Qué...? ¿Qué hacéis aquí? No, no, no, por favor, esto no.

—Cállate, y siéntate en ese sofá —Lilith estaba de muy mal humor. Sin rechistar, y bajo la atenta mirada de los chicos que tenía delante, hizo lo que su amiga le ordenó—. ¿A ti qué te pasa?

—Nada —los miró a todos. Jack, Phil y Jude eran los acompañantes de proveniente de Leeds.

—¿Nada? Me cuelgas el teléfono cada vez que te llamo, no me respondes a los mensajes, a ellos mucho menos ¿y me dices que no te pasa nada?

—Es que no me pasa nada —lo que menos quería hacer era contarles en lo que se estaba convirtiendo su relación. En un agujero negro que la estaba consumiendo, y la estaba anulando.

—Una sola vez más que me digas que no te pasa nada, y te mato —advirtió Grealish.

—Chicos, por favor, necesito que... —en ese momento, escuchó la puerta abrirse.

—¿Qué está pasando aquí?

—Nada —rápidamente se levantó del sofá, y se acercó a su novio—. Han venido a verme, ya está.

—No me gusta que vengan a mi casa sin avisar.

—También es suya —respondió Lilith cruzando sus brazos—. ¿Me vas a impedir tú que venga a ver a mi mejor amiga? —soltó una risa sarcástica—. ¿Tú y cuántos más, Michael?

—Te pega mucho llamarte Lilith, así demuestras que eres un puto demonio en el cuerpo de una mujer.

—Yo a ti te... —Grealish se encargó de sujetar a Foden para que no cometiese ninguna locura—, Un día de estos te voy a dar tal paliza que te voy a dejar en el suelo, cabrón.

—Inténtalo, enano. Aquí te espero —el chico forcejeó un poco.

—Eh, Phil, ya —Jack se puso delante de ella, ocupando todo su espacio de visión—. No vas a hacer nada, porque voy a hacerlo yo —dijo antes de dar un paso hacia Mike.

—Ni lo intentes, Grealish. Porque te juro que te hundo —amenazó Thompson.

—Que sepas que pienso sacarla de aquí —espetó la chica encarando al novio de su mejor amiga—. Avisado quedas.

—¿Me estás amenazando, Johnson?

—¡Sí!

—¡Lilith, ya! —Ava se puso delante de ella—. Por favor, márchate.

—¿Pero tú te has...?

—Si me quieres, vete —la mayor entreabrió su boca.

—Ya has oído a mí novia, largo —ordenó el chico.

—Esto no se queda así —abandonó la vivienda. Detrás de ella, salieron los demás, incluido Jude, que le lanzó una última mirada de preocupación a la muchacha.

—Inténtalo, preciosa —dijo alzando el tono de la voz. De nuevo, miró a su novia—. A los otros dos los conozco, ¿quién es el último? —Ava cerró sus ojos y contuvo la respiración un par de segundos.

—Se... Se llama Jude.

—¿Y de dónde coño ha salido?

—No lo sé, Mike. Le conozco de haber cruzado dos frases con él, nada más —Mike dio una vuelta alrededor de ella—. Te juro que te estoy diciendo la verdad.

—¿Él fue el que te trajo aquella noche? —dudó sobre qué responder. Si decía la verdad, era malo. Pero si mentía, era peor.

—Mike...

—Responde. ¿Es, o no es él?

—Sí, él me trajo —y sin esperarlo, llegó. No era ni la primera, ni la última vez que le golpeaba la cara. Automáticamente, Ava se llevó su mano a la mejilla, que estaba caliente por el golpe, y contuvo las lágrimas. Mike, en cambio, se pasó una mano por la nariz y carraspeó.

—No quiero que los vuelvas a ver, ¿entendido? A ninguno.

—¿Ni a Lilith? —se acercó al oído de su novia.

—Ni siquiera a esa puta que solamente quiere separarnos.

►◄

—Te juro que un día de estos, lo mato. Es que lo voy a matar —dijo Jack al salir del edificio.

—Ese maldito hijo de perra me las va a pagar, ¡Es que voy a...!

—Me falta nada y menos para volver y darle un par de puñetazos, ¿quién se apunta? —propuso Foden.

—Yo, sin duda. Y a ella también, por dejarse manejar. Es que me dan ganas de pegarle por no escucharnos —añadió Lily.

—Lilith, por más que le digamos que su puto novio es un mierda, es ella la que tiene que dejarlo. Es Ava la que tiene que abrir los ojos, no podemos forzarla.

—Podemos darle nuestra opinión, y lo hemos hecho mil veces. ¿Ha servido para algo? —Phil la obligó a mirarle—. Di, ¿nos ha hecho caso?

—No.

—Pues ya está, lo único que podemos hacer es seguir a su lado, y rezar para que no tarde mucho en dejarle.

—¿Y tú por qué no dejas de mirar su ventana? —le preguntó Jack a Jude.

—No os... ¿No os habéis dado cuenta de lo rápido que ha ido a darle explicaciones? —dijo el más joven.

—Lleva siendo así casi cuatro meses. El mismo tiempo que lleva sin quedar con nosotros —explicó Lilith.

—Por lo que, según lo que me habéis contado, está en una relación bastante tóxica, y queréis sacarla de ahí como sea, ¿no?

—Eso es lo que creemos, sí —Foden se cruzó de brazos—. Es lo que nos deja ver con su comportamiento. "Tengo que hablar con Mike para esto" "Le preguntaré a Mike si puedo ir" y un largo etcétera de cosas que nos ha dicho.

—En el momento en el que tienes que pedirle permiso a tu pajreja para poder salir con tus amigos, indica que algo va mal en la relación —concluyó Grealish—. Y lo que queremos es, que ese imbécil cruce la línea que no tiene que cruzar.

—¿Y estáis al cien por cien seguros de que no lo ha hecho ya? —y ahí estaba. La pregunta que les preocupaba más que ninguna otra—. La voz le temblaba cuando ha ido a por él, y lo que te ha dicho... —miró a Lilith—, No va a ser sencillo sacarla de ahí, si ya está metida hasta el fondo en el ojo del huracán.

—¿Y qué sugieres tú? —pensó durante unos segundos.

—Yo puedo hablar con ella.

—Tú estás loco, ¿no? Ya has visto lo que me ha dicho —dijo Jack.

—Creo que, si habla con alguien que no conoce, quizá entre en razón —los tres alzaron sus cejas—. Me refiero a que, no es lo mismo que se lo digáis vosotros hasta la saciedad, porque puede pensar que lo que queréis es que corten, a que se lo diga yo, que me acaba de conocer.

—¿Y cómo quieres hacer eso?

—Mike no va a recogerla al salir de trabajar, ¿no?

—No, que nosotros sepamos al menos.

—¿Ella mañana trabaja?

—Todos los días, al menos hasta que empiece las clases en la Universidad, que trabajará solo por las tardes. Creo que tendrá un turno de cuatro horas —explicó Lilith.

—Pues mañana, iré yo a por ella, y la traeré. Y os contaré cómo ha ido todo, claramente.

—¿Y Annelise?

—Se lo explicaré, no pondrá pegas. Y ahora vámonos, antes de que el otro baje a ver si seguimos aquí.

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Ava ||Jude Bellingham||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora