Amienemigas[1]

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Las mañanas resultaban ser muy pesadas para mi, tener que levantarme temprano y llegar a la escuela al último minuto, la campana sonó avisando a todas las estudiantes que entrasen a los respectivos salones, caminé con rapidez para que aquel auxiliar no me tomara por sorpresa y me hiciera formar fila para tardanza.

—Que pasa Leila ¿te quedaste dormida de nuevo?

—Ja, ja que graciosa -hablé con un intento de sarcasmo-

Aquella era mi mejor amiga, Jules Tompson, sabía perfectamente que levantarme a la hora debida no era lo mío, pero aún así trataba de hacerlo, además de pequeñas dificultades de la mañana.

Hace una semana había comenzado la época escolar, nos encontrábamos en quinto de secundaria ahora, los exámenes nos esperaban en cada día.

—Hola Leila, tardona cómo siempre -sonríe -

—Ni qué me lo digas Amelia, lo sé perfectamente -sonreí -

Amelia Gates Sanders era su nombre, experta en deportes pero no tan buena en las matemáticas, era como una especie de chica popular, al igual que yo, me superaba en variedad de cosas por lo que estaba por delante de mi, así era desde mitad de año de primero de secundaria; nos conocimos a penas en quinto de primaria y debo admitir que no me agradaba en un principio pero luego fui cambiando de opinión mientras más la conocía y me agradó más de lo normal, ella no era presumida, esa era una de las cosas que hacían que me agradara.

—Se durmió de nuevo Amelia ¿puedes creerlo?

—Jaja yo digo que su hermana se demoró y la retrasó nada más.

—Ya ves Jules ella me entiende, me juzgas muy rápido. - dije abrazando a Amelia.

Una cosa si es cierta, mi hermana menor estudia en otra escuela no tan lejos de la mía, pero se aprovechaba de que su entrada era a las ocho y no consideraba que debía estar aquí en la escuela antes de las siete. Amelia sabía eso, podía contarle diversas cosas con mucha confianza a pesar de no ser mi mejor amiga y a pesar de ser una enemiga muy fuerte en las clases de ciencias, así desde el momento que se puso las pilas y entramos en un duelo poco común de quien era mejor en la materia.

—Bueno como sea...¿Hicieron la tarea cierto? -preguntó curiosa Jules-

—Depende, que tarea...

—Cómo que, qué tarea, sólo había una

—En realidad hay tarea en todas la materias -agregó Amelia-

Jules buscó en mí una respuesta que no la matara del susto, alguien no hizo una que otra tarea.

—Lo que dice es verdad, cual tarea has hecho tú. - suspiré.

—Emm creo que iré a hacer la tarea ahora -se va-

—¿Puedo comparar tus resultados con los míos? -preguntó temerosa-

—Claro Amy, toma...

—Gracias, no demorare. - dijo recibiendo mi carpeta de apuntes.

Amelia podía ser responsable e irresponsable a la vez, nunca se sabe cuando empezará a ser más responsable, en primaria era peor, pero intentaba ayudarla a pesar de que su orgullo no permitía que la ayuden, lo hacía sin importar que, definitivamente era irritante a esa edad.

-Uff me equivoqué en unas tres

-Es un avance, la otra vez fallaste en todas jeje-di una pequeña risa, mientras esperaba alguna reacción positiva de ella-

-Jaja si, pero eso es porque eres una gran maestra, gracias Leila, a pero eso no quita el hecho de que seguimos en guerra-sonríe alegremente-

Mi corazón sentía esa calidez y una sensación rara que recorría mi cuerpo, el estómago se me revolvía y de repente, sentí un gran flechazo al corazón. Tal vez estaba enferma, por algo sentí aquello, era una sensación... Extraña, estaba enferma y la sonrisa de mi enemiga era la causa, que me pasaba.

Dulce PeligroWhere stories live. Discover now