CAPÍTULO 2. -POR ENTROMETIDA, ¡AHÍ TIENES!

35.5K 1.4K 70
                                    


CAPÍTULO 2. -POR ENTROMETIDA, ¡AHÍ TIENES!

ROSALIE's Perspectiva

Escucho como la puerta es abierta fuertemente y de a poco levanto mi cabeza, en señal de respuesta solo para ver quién es el irrespetuoso, nada más, pero he de admitir que me mis ojos se han encontrado con el hombre más guapo que no se si he visto nunca, pero si en mucho tiempo, pues su atractivo parece bastante fuera de lo convencional, pero al fijarme de nuevo, de soslayo, parpadeando varias veces sin poder creerlo completamente, noto que no es más que el mismo ojiazul que me salvó de caer de cara contra el frío pavimento pero como contraparte también, él mismo que tocó la retaguardia sin previo aviso, sin siquiera conocerme, Si ese mismito.

Viéndolo más de cerca creo que inclusive es más alto que el imbécil de Taylor, aparentemente, al menos uno con noventa, tiene el cabello dorado, tan ni siquiera rubio, sino que más brillante, con unos desordenados crespos indefinidos colgando de su corto cabello, puede su cabello verse desordenado, pero su rostro permanece impecable, bien rasurado y una tez casi perfecta, unos músculos que no es por desprestigiar a nadie más pero trabajados en exceso, se marcan en su camisa ni que decir de sus pierna, que piernotas mejor dicho, una suya parece las dos mías juntas y con menos carne, ha este punto parezco un pervertida viéndolo detenidamente, jure nunca hacer lo que me ponía incomoda de los hombres al observarme cual lupa morbosa, pero como conclusión es hermoso en pocas palabras, cuando mis ojos llegan a su cara me topo con unos hermosos labios carnosos carmesí y sus ojos azul mar, que pareciesen cual gato capaces de hipnotizar a su presa, como buscando algo más de mí

¿Qué quiere indagar? No tengo idea, pero espero y el me lo diga, pues es completamente curioso.

Se abre paso entre la gente ignorando por completo a el viejo profesor que parlotea algo claro que tiene que ver con la puntualidad y que él chico claramente parece no entender, pues este no tiene corona, el resto son palabras en el aire, pues noto como su mirada se clava en la mía, ante la incomodidad, trato de apartarla, de mirar hacia la ventana, o cualquier otro punto incierto, pero no es posible, sus ojos son tan dominantes y atemorizantes, siento que si los dejo de ver, nunca más tendré ese privilegio.

Se dirige con cautela en mi dirección, sus ojos no abandonas nunca las míos, me sonríe brillantemente, pero para mí con su simple acción logra que mi mandíbula se descuadre y las palmas de mis manos suden, me lleno de incertidumbre, nunca había experimentado algo como esto, es decir, ¿que tiene este hombre?, Pensé que venía en mi dirección para devorarme como si fuera un pequeño conejito, pues no parece detener sus pasos seguros en esta dirección, pero luego noto que la silla junto a mi desde luego está vacía, todo cobra sentido tal vez estoy en su lugar, tal vez fue algo paranoica cayendo en lo estúpida al pensar que me veía de esa forma en que pensé que me veía, la silla de al junto chirrea indicando como se sienta junto a mí por un segundo su hombro roza con el mío, miles de sensaciones eléctricas pasan por mi cuerpo en este preciso momento.

No pronuncia ni una sola palabra, solo un incomodo silencio.

Parece no ser pasajero ya que el chico misterioso solo me sonríe, pero no habla, inclusive me atrevo a decir que no respira, en pocas palabras no nada, su mirada clavada en mi nuca me incomoda, inclusive me hace sudar la gota gorda, pero los minutos pasan mientras saca punta exageradamente a su pobre lápiz, luego hace rallones en su cuaderno y repite la misma acción de sacarle punta al lapicillo, pero no hace nada más que ello.

¡Veinte minutos! veinte minutos, es el tiempo que lleva borrando exageradamente su cuaderno, para luego soplar el restante de la goma de borrar, echándomela enzima de mi libreta de apuntes, he tratado de ser paciente e ignorarlo pero no puedo, para mi parece no ser sencillo, me ha molestado ya, carraspeo incomoda, pero en cambio él me sonríe, luego vuelve a repetir la acción de devorar con su tajalápiz a su pobre lapicito, fastidiada de ver cómo le saca excesivamente punta a su lápiz le tiendo un bolígrafo, me lo rapa, y sonríe de nuevo, para luego tomar otro de mis bolígrafos ignoro su acción devolviéndole el gesto de la sonrisa.

The love of an alpha. / El amor del alfa. [Español] (NUEVA EDICIÓN 2020-2021)Where stories live. Discover now