CAPITULO I

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Miranda

Frente a mí Jack Anderson, el sobrino de Magnus. Fracasa rotundamente en su presentación, al intentar vendernos a HOOVER AGENCY, como el Santo Grial de las agencias publicitarias en América. Lo cierto, es que, es de público conocimiento para todos los presentes en ésta sala, que están a sólo un paso de caer en la bancarrota, gracias a la pésima administración de Miles durante los últimos años.

Magnus Hoover, nombro a su primogénito Mike, sucesor de la compañía hacia 10 años. Sin contar con que el destino le arrebataría a su hijo mayor una fatídica noche de Julio. Dejando a Hoover Agency en manos de Miles el hijo menor, justo quién debería estar exponiendo la presentación ahora mismo en lugar de Jack. Su irresponsabilidad y falta de compromiso, me irritan, más no me sorprende en lo absoluto. He estudiado a estas personas durante un año entero y me ha quedado claro que Miles Hoover, es un completo patán, al que le importa un comino el destino de la empresa familiar.

Capto la mirada que me lanza del otro lado de la mesa mi mano derecha, Emma. La expresión de su rostro es WTF?? ¿Qué demonios hacemos aquí?, le respondo con una sonrisa tranquilizadora de Tengo un Plan, y ella solo suspira y niega con la cabeza. La chica me conoce bien, hace 2 años que trabaja para mí y es lo más cercano a una amiga que tengo.

Aprovecho la distracción para observar a Hoover padre. Se ve enojado, su puño izquierdo apretado sobre la mesa y su mandíbula en tensión mientras manda mensajes de texto. Riñendo a Miles, seguramente. Una ligera sonrisa se me escapa, ante ese escenario. Las peleas entre estos dos solo acaban de comenzar, yo personalmente me aseguraré de ello.

Regreso mi atención a la perorata de Jack. Éste habla sobre las ventajas de su gran cartera de clientes, de su fidelidad para con ellos a pesar de las circunstancias y de cómo eso nos beneficiará si aceptamos asociarnos. El hecho es que, los clientes se mantienen allí por el cariño y la amistad que los une al patriarca de la familia, pero, eso no durara para siempre y Magnus Hoover lo sabe.

Finalmente, y para alivio de todos Jack, da por finalizada su presentación y llama a Magnus en su auxilio. Este último, reacciona un segundo después y se pone al frente de la sala de juntas.

—Antes que nada, quiero darles las gracias por el interés en nuestra compañía y por venir desde tan lejos, — él sabe que, a pesar de la patética exposición de Jack, no vinimos desde Londres para nada. No es, ningún estúpido. — Además, es mi deber ofrecerles una disculpa por la ausencia de mi hijo Miles. El Director Ejecutivo. Tuvo una complicación ineludible de último minuto, —escusa Magnus, los excesos de Miles, quién según mis fuentes, se encuentra en su pent-house. Probablemente pasando la borrachera de la noche anterior. —Gracias, a ti también Jack, has expuesto lo mejor que pudiste los hechos, —continua, sin percatarse de la visible decepción, seguida por ¿Rabia?, en el rostro de Anderson, no parece muy contento con que su tío lo degrade aún más. Yo tampoco, lo estaría. El impresentable de Miles, ni siquiera está aquí, y ha tenido defensa. Jack por lo menos, lo ha intentado. —Se que su tiempo es oro, Miranda y que probablemente no planee quedarse mucho en Manhattan, pero, si usted pudiera concedernos una segunda reunión, con mi hijo y sucesor, presente. Lo agradecería. Quiero que esté presente si tenemos que tomar decisiones importantes, sobre el futuro de Hoover Agency. — Me sorprende la seguridad con la que asume que ya decidí darle el visto bueno a esta asociación. Magnus no valora mi tiempo realmente, está seguro que vine a Nueva York, sólo por ellos y no porque tengo otras reuniones importantes que atender en América. La verdad, es que no se equivoca, planee este encuentro minuciosamente desde hace mucho tiempo.

—Magnus, hace 3 meses atrás, vine a América para atender los negocios de mi padre en este continente. Inevitablemente fui arrastrada por unos amigos a un conocido centro comercial de Manhattan, cuando salimos a la calle, justo frente a nosotros vi ésta increíble e interactiva parada de autobuses de Williams&York, quedé fascinada. Miller LTD. Ha hecho todas las campañas en Reino Unido y Europa de Williams&York, desde que tengo memoria, pero ellos nunca nos han confiado a su público en América, lo que siempre me provocaba un agrio sabor de boca. Ese día, a la salida de ese shopping, supe porque, —No mentía, mi fascinación por aquella campaña publicitaria era real. Tome fotografías y una vez en el hotel me dedique a buscar al responsable de semejante obra de arte. Mi sorpresa fue mayor al descubrir que, la idea había salido de Hoover Agency, lo que me pareció la oportunidad perfecta para ejecutar mis planes. —los británicos jamás se sentirían identificados con una campaña como esa, así como, los americanos, no podrían sentir empatía por una de las nuestras. Ninguno de los dos, tiene idea de cómo llegar al corazón del target contrario. Por eso te contacte, para aprender de ti, con el compromiso de enseñarte de vuelta. Posteriormente, mi equipo en su investigación me informo de la precaria situación de la agencia. Y decidí que en nuestra próxima visita de negocios te haría un espacio en mi agenda para escuchar tu propuesta. —Debía dejarle claro, que mi tiempo valía, y que no toleraría que pensara lo contrario, —seré clara Magnus, realmente me interesa establecer vínculos con ustedes, estoy segura, de que ambos, nos beneficiaremos de ello, como bien lo dijo el Sr Ardenson. —miro al susodicho y le sonrió, intentando darle valor a su pésima intervención. Necesito aliados en este lugar. —Por otro lado, no tolerare, las faltas de tu hijo. La ausencia de Miles en esta importante reunión, me deja mucho en lo que pensar. No me molesta que crean que soy estúpida, me molesta que estén seguros. —la cara de Magnus se torna roja y sus facciones se deforman.

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⏰ Última actualización: Feb 25, 2020 ⏰

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