Capítulo Único

2.2K 313 166
                                    

Aclaracion: Este fic no ha sido beteado, disculpen cualquier error gramátical, de dedo y ortografía.

Los hijos ya tienen poderes espirituales desde edad temprana, mi headcanon.

.

—¡Por supuesto que ustedes no están a nuestra altura!—declaró orgulloso el más joven de los adultos.

—La clave está en el poder de su padre, por supuesto que nosotros ganaremos—respondió con el mismo tono otro de ellos, un demonio.

Y el tercer adulto que vestía un parche sólo rió socarrón—. Eso ya lo veremos.

En el centro de la mesa se encontraba tres tronco hueco de menor tamaño y dentro de éste se encontraba una pelota de seda, una demasiado ligera a comparación de otros materiales. El objetivo era levantar la pelota lo más posible usando poderes espirituales.

—Ahora pequeño Luo, enseñale a los amigos de tus padres que puedes hacer—habló Luo Binghe acariciando los rebeldes y rizados cabellos azabaches de su hijo, con mejillas rojas y unos brillantes ojos verdes que le recordaban a la cálida mirada de su esposo. El pequeño infante apenas y tendría dos año de haber nacido, pero parecía comprender mejor que nadie las palabras de su padre. Con alegría soltó una risa y movió sus manos emocionado sin soltar su juguete, un muñeco de trapo hecho por el mismísimo Shen Qingqiu.

Su risa resonó por el lugar como una dulce melodía y el tronco tembló ligeramente, la pelota pareció subir en el interior. A su lado, otro niño de una edad cercana, un par de semanas de diferencia, yacía en silencio, como pensativo. Solía ser un bebé muy callado casi todo el tiempo y raramente lloraba, sin embargo, sabía exactamente cuándo hacerlo para obtener lo que quería. Igual de carismático que su papi, a diferenciar del estoico de su padre.

—Vamos, papi confía en ti—declaró Wei Ying y le hizo cosquillas a su retoño en las costillas. Su hijo sonrió y obedeció.

El segundo tronco tembló de igual forma, pero en ninguno la pelota podía superar la altura necesaria para salir.

Finalmente, el tercer bebé era la mayor de los tres infantes y se encontraba sonriendo tiernamente, calmada, justo como el esposo del Rey Demonio, pero incluso ellos sabían que su hija era más lista de lo que uno podría pensar. Ella sólo miró a su padre y éste la alentó a continuar.

Ahora eran los tres troncos los que temblaban mientras las pelotas subían y los padres animaban a sus hijos a continuar.

—¡Vamos, mi pequeño loto, tu puedes hacerlo!—exclamó emocionado—. Con el dinero que ganemos te compraré un juguete.

—¡Oye eso es trampa!—se quejó Luo Binghe, mirando molesto a Wei Ying, antes de que él mismo usara la misma tactica—. Papá te prepara la mejor papilla de zanahoria, pequeño Luo.

—¡Ja! ¿Quién es el tramposo ahora?—comentó Wei Ying, pero no había enojo en su voz, sólo diversión. Luo Binghe lo ignoró.

—Tu puedes, princesa—se sumó Hua Cheng sonriéndole a su pequeña y ella sabía que su padre estaba deseando que ganara.

La habitación se llenó de gritos animados y las risas de los niños, los tres adultos competían para ver cual de sus tres retoños tenía una fuerza espiritual mayor, claro que al ser muy pequeños casi no tenían energía, pero podían usarla para hacer levitar la bola de seda. Hubo apuestas y diversión, siempre era así cuando cuidaban a los bebés y dejaban que sus esposos descansar mientras ellos conversaban en otra parte de la mansión Paraíso (al ser el lugar más grande, era el sitio preferido para reunirse).

Paternidad lo estás haciendo-sin comentariosWhere stories live. Discover now