III.- Todo Empieza.

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-  Te lo advertí Mim... te dije que te ibas a arrepentir - Mimi intentaba levantar las manos para tocarlo pero no podía - Me has perdido para siempre - decía justo antes de echar a andar. Ella intentó correr detrás de él pero no pudo, sus piernas no se movían, quiso gritar pero no hubo sonido...

-  Ven aquí princesa - sintió unas manos ásperas rodear su cintura y empujarla contra él, ese olor amargo, esa voz pastosa - lo vamos a pasar muy bien - la manoseaba con total libertad pues no podía oponerse, no se movía ni podía emitir sonido - sabía que un día serías mía - le decía pegado a la piel de su cuello, succionando con fuerza, mientras ella sentía la excitación de ese tipo pegada a su espalda.

-  Tranquila... todo está bien, no pasa nada... - Dejó de sentir las sucias manos y la nauseabunda presencia de Rober. La oscuridad se disipó dando paso a una luz intensa y cálida, sus piernas se volvieron a sentir ligeras y su boca pudo abrirse, permitiéndole respirar con soltura finalmente. - Nadie va a hacerte daño... - Unas manos suaves enmarcaban su rostro y acariciaban con ternura sus mejillas.

-  ¡Ah! - Abría los ojos alterada, estaba agitada pero con sensación de libertad. Se sentaba en la cama en penumbras, miraba para todos lados intentando vislumbrar algo fuera de su sitio en la habitación. Se sentía observada, estaba segura que había alguien, podía sentir esa presencia y percibía una fragancia ajena a ella, casi reconocía ese aroma, pero nada... - Uf... - se dejaba caer de espaldas llevándose los brazos cruzados sobre el rostro - Esto no puede ser normal.


...

-  ¿Qué te pasa? - Laura le pasaba la mano frente al rostro, la rubia estaba como ida.

-  ¿Eh?

-  Estás distraída, más empanada que de costumbre, apenas atendiste en clase y eso sí que es raro en ti. - Laura era lo más cercano a una "amiga" que tenía Mimi, la razón... a ella no le había quitado al novio ya que Laura era lesbiana, lo que eliminaba su problema número uno con el sexo femenino, la competencia por la atención masculina. Además, sólo tenían una cosa en común, las clases de baile. Nunca se veían fuera de ahí, lo que ayudaba a mantener a la morena alejada de su mala leche y sus dramas.

-  Ya... no tuve una buena noche, tengo muchas cosas en la cabeza... ¿Sabes de alguien que pueda prestarme una pasta?

-  Si quieres, tengo algo ahorrado ¿Cuánto necesitas?

-  Cinco... mil. - la morena escupía el trago que había dado a su botellín.

-  ¡¿Estás loca?!

-  Jodida, estoy jodida...

-  Lo siento linda, no tengo tanto... pero si te sirven un par de cientos.

-  Gracias - Suspiraba con pesar, salían del estudio y caminaban al metro juntas.

-  ¿Esperas a alguien?

-  ¿Eh?

-  Que miras para todos lados como si esperaras ver algo, no sé tía, estás rara. - hasta ese momento Mimi fue consciente que estaba actuando con paranoia, se sentía observada, vigilada.

-  Ya... nada. - Compartieron una parte del camino, luego Laura se despidió en su estación y Mimi continuó su camino - Te estás volviendo loca, normal - se decía en voz baja a ella misma - entre el cabrón de tu novio tirándose a una del psiquiátrico y tus putos problemas financieros, por cierto, provocados por el tontopollas... - dejaba su monólogo recriminatorio cuando le parecía ver una figura conocida al doblar en su calle. Había unos chicos del barrio, los típicos que gustaban de acosar a las chicas y molestar a los vecinos, Mimi tenía cierta relación con ellos por Will pero realmente nunca fueron de su agrado, demasiado babosos e idiotas. - ¡Ey! ¿Qué hacéis? - Llegaba hasta donde tenían a la chica que se temía, acorralada contra el muro.

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⏰ Last updated: Feb 18, 2020 ⏰

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