no es lo que parece

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La sonrisa y las miradas de los hermanos Kamado puede verse entre la oscuridad gracias al brillo que entra de la ventana en ese justo instante, probablemente por algún auto que pasaba con las luces encendidas.

El hombre vuelve a retorcerse y el burdeo se aleja lentamente, la azabache empieza a tirar de la cuerda, sin usar aún mucha fuerza.

—Empecemos con algo fácil, dinos el nombre de tu jefe.

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—¿Te gusta Zenitsu-san?

Tanjirou mira con ojos en grande a Nezuko que está en lado del copiloto.

Ambos iban en camino a casa, ya acabado el trabajo tenían el tiempo libre que quisieran hasta tomar otro. Por supuesto que, ellos habían tenido éxito.

—Nezuko, por favor, no de nuevo. —Inclina la cabeza y parece que refunfuña como niño pequeño (Vamos, que es un hombre de casi treinta años). Intenta concentrarse en el camino, no puede darle atención a su hermana mientras está manejando el auto.

—¡Hermanooooo! ¿Cuándo será que te animes a invitarlo a salir? ¡Es obvio que le gustas! ¡Se gustan! —Ella hace berrinche en el asiento y patalea un poco.

—¡No somos unos adolescentes, Nezuko! ¡Para de hacer eso! —Regaña el burdeo con su semblante de hermano mayor, tan serio como siempre.

Nezuko cruza los brazos y hace un puchero, gira la cabeza hacia la ventana y se hace la que está enojada (Se supone que ella también está por tener treinta, en unos años después que él los cumple). Tanjirou decide poner algo de música para relajarse y luego de elegir algo, anima a su hermana a que cante con él a pesar de que no canta para nada bien.

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A un lado del apartamento Kamado está el de Agatsuma, eran vecinos desde unos años, no faltaba mucho para cumplir, tal vez, los tres años.

Tanjirou se arregla un poco la camisa antes de tocar, Nezuko pone ojos en blanco y ella quiere reír pero no lo hace, sólo se inclina para tocar la puerta. Ella se ríe cuando escucha el jadeo de su hermano a espaldas sabiendo que lo ha tomado con la guardia baja.

No esperan mucho para que la puerta se abra y salga Zenitsu.

—¡Buenas noches, Zenitsu! Hemos traído un postre, lamentamos hacerte esperar. —Tanjirou rápidamente se disculpa mientras alza una bolsa a la altura del rostro de Zenitsu.

El rubio se ríe entre dientes y se echa a un lado para dejar a ambos Kamado pasar. —No tienen que disculparse, entiendo que el trabajo es pesado. Me alegra que siempre hayan llegado. —Hace un ademen para que los dos entren.

Los hermanos entraron soltando un bajo ''con permiso'', dejaron los zapatos donde debían y se adentraron al apartamento. Era igual al de ellos con la diferencia de la decoración y la posición de los muebles, pero eso ya lo sabían, habían estado muchas veces allí para cenar.

—Inosuke debe estar por llegar también, dijo que tenía un trabajo de última pero llegaría, espero no les importe. —El rubio los guía hasta la sala con una apenada sonrisa.

—Oh, no hay problema, nosotros podemos esperar ¿Verdad, Nezuko? —Se dirige el burdeo a la azabache un momento y esta asiente con una suave sonrisa. Entre los dos se echan miradas pero él prefiere ignorar esto y prestarle atención al rubio. —¿Qué podemos hacer mientras?

—¡Oh! ¡Olvide algo en el apartamento! —Nezuko salta de repente.

Antes de que pudieran acomodarse en los muebles, la azabache le da una sonrisa de disculpa al rubio excusándose con que ha dejado algo para la cena. El burdeo la mira irse con los ojos en grande y los labios fruncidos en una mueca.

no es lo que parece - TanZen [One-shot]Where stories live. Discover now