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Ya estaba aburrida de la misma rutina, estoy en vacaciones, aún, falta poco para entrar a clases nuevamente. Pero yo tengo un pequeño problema...

No tengo dónde estudiar.

Sí bien pasé de curso, no quería estar más allá. Mi familia estaba lejos, era exactamente una hora de mi hogar al colegio. Y llegaba ya de noche a mi casa. Era horrible. Así que madre dijo "Voy a ver cómo le hago para meterte a un colegio ahora." Porque sí, ahora para estar en un colegio se necesita hacer todo por internet.

— ¡Aay, qué aburrimiento! — moví los brazos y piernas sobre mi cama, ya harta. Sin querer pasé a golpear a mi amiga.

— ¡Qué bruta eres! — se quejó y me peñiscó una pierna. Hice una mueca de dolor.

— ¡Estúpida, mi pierna, idiota! — le lance una patada haciendo que se caiga de la cama.

Me reí, muchísimo.

— ¿Te caíste? — le pregunté burlona recibiendo un cojín en todo mi rostro, que me quitó el aire por un momento, ahora ella se reía y yo trataba de llenar mis pulmones con aire. — ¡Casi muero! — le lancé el mismo cojín con más fuerza, y logré que le llegara también en la cara provocando que se tire para atrás debido a la fuerza.

— Te pasas. — murmuró mientras se colocaba derecha y masajeaba su nariz con sus dedos.

— ¿Meper?

Bufó rodando los ojos.  — Teper. — se levantó y volvió a sentarse en la cama.

— Eres la mejooor. — alargue y tomé el móvil de mi velador.

Lo desbloqueé, y me metí en el Instagram.
Casi se me cae la baba. Y le di corazón.

@giyutomioka

Ya falta poco

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Ya falta poco. 🥴

❤️ 5000.
💭 3557.
➣.

Ni dudé en entrar a su perfil. ¿Desde cuándo lo seguía? Está bien guapo. Tragué saliva.
¡Y ni me di cuenta que el me seguí también!
Ri-qui-si-mo. Esos ojazos.

No quise estar tan de psicópata así que guardé su foto y dejé de nuevo mi móvil dónde anteriormente estaba.

— ¿Y si salimos? Hace un lindo día.  — miré por la ventana para luego mirarle a ella.

— Cómo quieras, Shiori.

Me estiré y me dirigí hacía mi armario. Para tomar ropa limpia, no iba a salir con pijama. Saqué un haori bien lindo, una polera de color negro pegada al cuerpo y un short del mismo color de la polera.
Entré al baño y me despojé de mi ropa. Por segunda vez en el día me bañé y ya lista me puse la ropa que había sacado minutos antes.
Me sequé mi cabello con el secador. Y ya lista salí del baño.
Por problemas de salud no ocupo sandalias.
Así que tomé mis zapatillas Fila y me las coloqué.

— Ya estoy lista. — me crucé de brazos. Para llamar la atención de Aimé.

— Ya, vamos. — se levantó de mi cama y se estiró, se giró a verme y me silbó. — Uffaaa, que guapa.

— Gracias. — murmuré mientras movía mis hombros en señal de nerviosismo.

Nuevamente fui en busca de mi móvil, dinero y llaves.
Lo guardé todo en una cartera.
Salimos y cerré la puerta tras de mi.

— ¿Vamos a dónde? — preguntó Aimé mientras guardaba su móvil en mi cartera.

— Quiero helado, anda a comprar. — saqué dinero y se lo entregué. Me miró y alzó una ceja. — Voy a estar aquí, en serio.

Asintió y se adentró a la tienda, a los minutos después salió con dos helados, ambos de chocolate. Nuestro favorito.

— ¡Gracias, Aimé! — besé su mejilla y tomé mi helado. Y emprendimos nuevamente para ir al parque. Íbamos hablando de cualquier cosa mientras comíamos felices.

— Cuántos chicos lindos. — habló ella mientras miraba a todas partes.

— Te faltan ojos, ¿Eh? — me burlé mientras le codeaba.

— Sh, callada. ¡Mira ese de ahí! — apuntó a alguien con la mirada.

No.
Lo.
Puedo.
Creer.

¡Era el chico de Instagram! En persona se ve mucho mejor.
¡Esto es el paraíso! Al lado de él había un chico albino con cicatrices en su rostro. ¡Era tipo un fuckboy!
Mientras los saboreaba con la mirada, sin darme cuenta el albino me quedó mirando. Rápidamente aparte la vista. Y observé a Aimé reírse de mi cara.

— ¡Disimula, cariño! — le di un manotazo para que se quedara callada.

— Es que el chico albino está diez de diez.

— Ahora a ti te faltan ojos. Tómale una foto, dura más.

— ¡Ja! Que vergüenza, no jodas. — le enseñé la lengua.

— Hace que me estás tomando una foto a mi pues.

— ¡Qué no! — recibí otro zape y se levantó de dónde estaba, sacó mi celular y me empujó haciendo que yo quede en el lugar que estaba ella.

— ¡Posa! Modelo uno, rótate. Modelo dos, rótate. Modelo tres, rótate. Lúcete, ahora es...  — mientras cantaba me sacaba fotos, reía al verla. — Lista, tienes una foto del chico. — me devolvió el móvil y me fijé las fotos. Estaban muy lindas. Y ahí estaba él.

— ¡Qué lindaaa, gracias! — ahora yo le sacaba fotos. Hicimos prácticamente una sesión fotográfica.

Y así terminó nuestro día, volvimos a casa, ella pasó a quedar a la suya, que estaba al lado de la mía. Amigas de la infancia y vecinas, ¿Qué mejor?
Mis pensamientos fueron interrumpidos al sentir mi celular sonar, era una notificación. Desbloqueé este y vi.

Bien, ¿Alguien me atrapa? Creo que me voy a desmayar.

❝ Imagination. ❞ ; Kimetsu No Yaiba. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora