« d o s »

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El almuerzo no pudo haber sido peor. Era el bicho raro de ahí, y no tenía ni idea de en donde sentarme. Observe la mesa V. I. P. de los profesores y vi a mi hermana mayor ahí sentada, riendo y haciendo chistes en compañía de los otros profesores, yo quería acercarme a ella y hablarle, pero si llegaba a romper una sola de las reglas que estrictamente me había ordenado obedecer, ella me mataría.

—Disculpa, ¿Te has perdido? – me habló alguien a mis espaldas. Una voz masculina sin lugar a dudas.

«Esto no puede ser más cliché» pensé. El primer día de clases de la chica nueva, se siente que no encaja con nadie, aparte de que no conoce a nadie más en la universidad, y de la nada llega un apuesto chico que resulta ser una especie de bad boy súper guapo, musculoso, por el cual todas las chicas de la uni se mueren que le ayuda a hacer amigos, la invita a fiestas y se enamora perdidamente de ella... Más que una novela esto parece sacado de Wattpad.

Entonces decido girarme para hacerle frente al amor de mi vida.

Pero no es lo que esperaba.

Para nada.

Al girarme lo único que vi fue a un señor de unos cuarenta años más o menos, sonriente y demasiado formal para mi gusto, de seguro era uno de los profesores, pero no quise darle tanta importancia en ese momento. Le sonreí un poco para tratar de ocultar mi decepción. Y me anime a contestarle.

—Hola, no estoy perdida, solo... no conozco a nadie. – hablé con timidez inclinándome de los hombros.

—No te preocupes, te ayudaré con eso. – él hizo una seña a alguien a quien no alcancé a ver y luego volvió a dirigir su dulce mirada hacía mí. Un chico alto y esbelto llegó enseguida, de cabello negro y con algo de barba, bastante guapo, a decir verdad. – él es Hayden, un buen chico, estarás bien en sus manos. Hayden, ella es Scarlett, asegúrate de que su primer día en la facultad sea fantástico.

El chico empezó a hablarme y yo solo podía pensar en una sola cosa, ¿Cómo es que sabe mi nombre? Digo, es un profesor, sí, pero hasta el momento, no había tenido clases con él. Hayden luego me tomo del brazo, (ya que yo me había quedado paralizada ante tal afirmación) y me guio hasta su mesa, donde conocí a unas cuantas chicas y chicos que fingieron interesarse por mí, me preguntaron mi nombre, de donde era, que estaba estudiando, mi edad, entre otras cosas.

Luego todo pareció detenerse cuando una de las chicas me hizo una pregunta que me descoloco.

—... Y, ¿Qué parentesco tienes con el director? – me pregunto una chica de cabello rubio y un acento bastante peculiar.

— ¿Cómo dices?

—Sí, el director. – recalcó Hayden. – el que habló contigo hace unos minutos y nos presentó. Él es el director y dueño de esta institución, ¿No lo sabias? Qué raro...

—No, no tenía idea, ni siquiera tengo un parentesco con él, ni nada por el estilo.

—Ah, qué raro... – comento otra chica, una de piel tostada y cabello afro.

Al girarme a buscar al sujeto lo ubiqué sentado en la mesa con los profesores, ahora podía entenderlo todo.

Las Reglas No Se AplicanWhere stories live. Discover now