₀₈.

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N/A: Por fin, por fin, por fin llegó este capítulo. De verdad espero que les gusteee tanto como a mí, llevó varias semanas esperando este momento ;; V  ;;


Craig despertó, sintiendo el cuerpo tan pesado como si un peso invisible se encontrara encima de él. Su alrededor se sentía en algún sentido distinto, como si se encontrara aún en un sueño. Sin embargo, ahí se hallaban todas sus cosas. Cada objeto estaba en un sitio en específico, como si cumpliera algún objetivo oculto. La tranquilidad en la habitación calmó sus latidos a la par que los segundos transcurrían.

—¿Q-qué sucedió...? —se incorporó en la cama, llevando una de sus manos hacía su cabeza. Trataba de recordar lo que ocurrió el día anterior pero sentía era un extraño pitido que le atormentaba. 

Continuó observando su entorno sin percatarse de la presencia de Clyde, mientras que a la par seguía buscando algo fuera de lo común.

Un dolor empezó a presentarse en la parte baja de su espalda, esto le dio una alerta que lo despertó y se apresuró en levantar su camisa. No se había cambiado de ropa, tenía el chaleco mal colocado y el chullo reposaba sobre la almohada.

El tono de su piel a partir de la cintura se encontraba de un tono violeta y algunos raspones se encontraban alrededor de esta. Se levantó de golpe de la cama.

—No... No fue un sueño, ¿qué diablos...? —dio zancadas para llegar al baño rápidamente, frente al espejo confirmó que la ropa estaba algo sucia y alguna que otra hoja o pétalo reposaban como decoración en el azul oscuro de la tela.

El rostro sorprendido de Craig se reflejó en el vidrio. Dejó sus manos en el lavado tratando de razonar. 

Los recuerdos de Tweek el día anterior llegaron a su mente. Subió la mirada rozando el rosario con sus dedos.

Salió de la habitación a toda prisa. Sintiendo una gran necesidad de encontrar a su compañero para contarle lo ocurrido ya que no lo había visto el día anterior. 

Pronto se encontró en mitad de la plaza y lo buscó con urgencia. Continuó por los pasillos para llegar a la cancha de la Iglesia. Era uno de los lugares en donde podría estar.

Con la respiración agitada subió las escaleras para llegar al tercer piso. Con algunas miradas curiosas sobre él. 

Poco a poco notó como había niños con ropa deportiva. Algo incómodo, siguió con el objetivo de buscar a Clyde hasta que sintió como su cuerpo chocó con el de alguien más.

—¡Agh, diablos, ten cuidado por donde vas! —ambos se quejaron, Craig abrió sus ojos para toparse con un chico pelinegro de ojos azules. Era de su misma estatura y llevaba su uniforme blanco, le sorprendió el hecho de toparse con alguien tan alto como él.

—Eh, lo siento mucho. —se limitó en disculparse y continuar con su cometido mientras sentía la mirada del chico sobre él hasta que estuvo lo suficientemente lejos. 

Una gran puerta de color rojo se hizo visible junto a varios carteles. Entró dudando un poco, no era que le agradara la idea de estar en un lugar con muchas personas. A pesar de que quería ser pastor, sabía bien que tenía que superar en algún momento su timidez.

La luz le cegó por unos segundos. La cancha se encontraba casi vacía. Parecía que habían terminado de practicar. No tenía ni idea que hora podía ser, ni cuánto tiempo se había quedado dormido. Nervioso, paseó su mirada buscando aquella singular cabellera castaña.

Cada minuto que pasaba le desesperaba, necesitaba hablar con él inmediatamente. Olvidó su teléfono en la habitación y aun así, conocía bien a Clyde y él no acostumbraba mucho a utilizarlo.

𝐒𝐞𝐧̃𝐚𝐬 ¦ CreekWhere stories live. Discover now