—Es tu cocina, Lily. Puedes hacer lo que desees y escuchar lo que quieras—me dice ella y noto su tono de molestia lo que me hace suspirar con resignación.

La Lauren que tomaba la escoba y bailaba mientras cantaba limpiando la cocina en noches cuando todos ayudábamos ha desaparecido por completo. Sus ojos ya no brillan, apenas sonríe y sus sueños se han perdido. Ya no existe la Lauren que venía al restaurante porque amaba cocinar, sino que ahora viene como si fuera su sentencia personal.

"Un tigre de bengala encerrado entre cuatro paredes ocultando su majestuosidad", esa era mi hermana.

—Tu trabajo con el spaguetti frutti di mare, fue increíble—eso la hace sonreír un poco lo que me recuerda la sonrisa de genuina felicidad al encargarse de la mesa diez esa noche. Aprovecho la oportunidad para respirar hondo y atreverme a decir lo que llevo pensando toda la noche—, es lindo.

—¿Perdón? —me dice ella un poco distraída lo que me hace sonreír mucho más.

—El hombre de la mesa diez—ella me ve a los ojos como si no entendiera de que le hablo, y de inmediato me arrepiento de mis palabras, pero no puedo retractarme ahora—. Desde aquí pude notar que es muy guapo aunque solo vi su perfil—ella no responde y solo escucho su suspiro profundo mientras su mirada está perdida en algún punto de la cocina y de repente veo algo que jamás pensé volver a ver. Sus ojos brillan y en sus labios se extiende una hermosa sonrisa.

¡Sus hermosos ojos brillan de nuevo como tanto tiempo atrás!

—Camila—la escucho susurrar y me giro para encontrarme con una tímida mujer acompañada por Thomas. Se ha cambiado de ropa, pero la recuerdo perfectamente de horas atrás en el restaurante. Le mesa diez, la mesa que Lauren había atendido personalmente.

¡Oh, acabo de comprenderlo!

—Buenas noches a todos—dice sonrojada y veo a mi hermana salir a su encuentro de inmediato lo que me hace pensar lo tonta que he sido—. Lamento tanto interrumpir.

—No interrumpes nada, cara—le dice Lauren feliz dándole un suave beso en la mejilla, y la tensión es tan fuerte que puede cortarse con un cuchillo cuando veo a la linda chica observar a mi hermana como lo más especial de la tierra.

—Estaba esperando afuera y cuando salí a ayudar a mamá y papá que ya se fueron la vi y le dije que entrara—explica mi hermano y Lauren asiente dándole las gracias a Thomas y sé que hay algo más por el guiño de ojo que le hace Thomas a Lauren sonrojándola completamente.

—Te lo agradezco—la mirada de mi hermana se dirige a mi y yo alzo una ceja haciendo que ella vuelva a sonrojarse—. Camila—le dice a la chica que la observa con inconfundible fascinación—, te presento a mi hermana Lily.

—Es un placer conocerte—yo le sonrío sin poderlo evitar y le doy un beso en la mejilla como saludo. Somos afectivos en la familia Marchetti, debe acostumbrarse—. He escuchado muchas cosas sobre ti.

—Espero que fueran cosas buenas—alzo la copa en un brindis silencioso mientras sus los ojos de mi hermana van de nuevo a mi. Tengo muchas preguntas acerca de lo que pasa, pero no quiero que Lauren vuelva a cerrarse de nuevo como cuando nos confesó por primera vez que para ella el género era algo efímero y que no le importaba en una relación. Esta mujer es especial, lo noto.

Además, la chica ha vuelto casi de madrugada a esperar que mi hermana termine su turno. Eso es algo que veo por primera vez. Si, Caleb jamás lo hizo.

—Tengo que ayudar a limpiar la cocina, cara. Agradezco que vinieras por mí, pero no quiero hacerte esperar horas—ambas se ven a los ojos y parece que no existe nadie más a su alrededor—. Sé que tienes un largo día mañana en el hospital.

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