—Gracias.— Harry suelta una risita, cerrando la puerta con seguro e ignorando las múltiples pisadas que se escuchan detrás de la puerta. Él necesita limpiar su habitación o por lo menos cerrarla con seguro así nadie puede merodear dentro durante fiestas como éstas.

—Déjame salir.— Louis toma un largo trago de su bebida, el líquido baja por el costado de su cuello. —Tú me odias, horrible Harry.

Harry tiene gran resistencia al alcohol y puede adivinar que ésta es la primera vez que Louis se pone ebrio. Él claramente no conoce sus límites. —¿Piensas que soy horrible?— Pregunta, acercándose a la cama mientras Louis lo observa con sus brillantes ojos azules.

—Mhm.— Louis rueda su cuello. —Horrible por dentro, no por fuera.

La única razón por la que Harry no ha corrido a Louis de su habitación es porque el chico es entretenido, es divertido observar como maldice y murmura para sí mismo mientras casi se ahoga con su bebida. Harry ha visto a demasiadas personas ebrias, pero Louis es diferente. Sobrio, Louis es tan tímido, casi se esconde detrás de sus libros o de sus gigantescas prendas de ropa. Él tiene muros que lo rodean y un aura que dice "no estoy aquí para hacer estupideces así que déjame solo". Ahora, él se ve más relajado, libre, se sonroja menos y suelta maldiciones. Es el polo opuesto de lo que ha visto en las últimas semanas.

—Eres precioso y tú malditamente lo sabes.— Louis gruñe. —Estúpida cara, estúpidos labios. Eres demasiado lindo siendo horrible.— Harry frunce el ceño. —¿Por qué demonios estás aquí? Ve a casa, estás ebrio.

Esta vez, Harry se ríe. —Estoy en casa y tú estás en mi habitación. Y yo solo estoy achispado, el que está ebrio eres tú.

—Cierra la ventana, me estoy jodidamente congelando.— Louis se remueve violentamente sobre la cama. —Voy a morir aquí.— Louis es ridículo, pero Harry obedece simplemente porque no quiere escuchar como el pequeño chico se queja mientras trata de sacarle la verdad.

—Eres irritante.

—Nadie te preguntó, horrible Harry.— Esa es la respuesta de Louis. —No me importa lo que piensas...de hecho, realmente me importa lo que piensas.— Gruñe. —Siempre me importa lo que piensas.

Con movimientos tímidos, Harry se queda junto a la ventana. La música y las ruidosas conversaciones del primer piso siguen siendo audibles. —¿Te importa?

—S...— Louis suelta un hipido. —
..ip.— Él rueda sobre sí mismo, derramando lo que queda en su vaso sobre las sábanas. —Lo amo desde hace un largo tiempo, horrible Harry es demasiado estúpido como para darse cuenta.— Los ojos de Harry casi se salen de sus cuencas. Esa palabra de cuatro letras hace que su mundo se derrumbe, jodido amor.

No hay maneras de describir los pensamientos que corren a través de su cabeza. Amor, una palabra anticuada y sobreutilizada que perdió el significado, la palabra que Harry solo ha usado con su familia ahora está siendo usada por un ratón de biblioteca embriagado que descansa sobre su cama. El chico con los ojos más azules que haya visto alguna vez está balbuceando acerca de cuanto lo ama. A un tipo egocéntrico e idiota como Harry.

—Siempre estás en mi cabeza. Quiero que salgas, no te quiero dentro de ahí.— Louis murmura. —Ocupas mucho espacio.— Harry frunce sus cejas. —Salte, no quiero que leas mi mente.

Dios, Louis está demasiado ebrio, comienza a ser preocupante en vez de divertido. Harry se pregunta si necesita llamar a Liam, aunque primero necesita que Louis hable con él sin los discursos inentendibles. —Repite lo que dijiste hace rato en el pasillo,— Harry se sienta lentamente sobre el colchón, sintiéndose tenso de repente. —Tú dijiste algo.— Intenta lucir relajado, esperando que aunque Louis esté intoxicado, le dé una respuesta sincera.

You Put the Sun in Sunday; larry stylinson [bottom!louis] [traducción]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin