XI: La vigésimo primera salva.

237 25 31
                                    

Katrina no estaba autorizada para entrar al quirófano y ayudar en la cirugía de su esposo, pero no podían impedirle ver desde afuera lo que sucedía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Katrina no estaba autorizada para entrar al quirófano y ayudar en la cirugía de su esposo, pero no podían impedirle ver desde afuera lo que sucedía. Sus compañeros del ala de Neurología eran los mejores del país tratando accidentes cerebrovasculares, así que Blue estaba en las mejores manos.


 

—Va a estar bien, Kat —Lavender tomó a su nuera de la mano para reconfortarla—. Pudimos darnos cuenta a tiempo de lo que pasaba.

—Las secuelas son lo que me preocupa, señora Blanchard.

—Estoy consciente de eso, mi niña —replicó la abuela de una pequeña Emeraude que dormía en su coche y no se daba cuenta de lo que sucedía con su padre—. Pero sabes que Blue es más fuerte de lo que parece, y tus colegas son expertos en lo que hacen. Eso debería tranquilizarte.

Aunque Lavender se veía serena por fuera, estaba haciendo un trabajo titánico para ocultar la angustia de ver a su hijo intubado, con el cráneo expuesto y perdiendo sangre a cada segundo que transcurría. Trataba de mantenerse positiva, conocía muy bien a toda su descendencia y sabía que él no se rendiría tan fácilmente.

Blue Blanchard no iba a morir en un hospital y mucho menos a los treinta y cuatro años.

Una enfermera entró a la sala de observación, se acercó a Katrina y le tocó el hombro con suavidad.

—¿Doctora Myers-Blanchard, me permite un momento? El doctor McKinnon debe decirle algo importante. —asintiendo, la joven médica salió de la habitación y bajó rápidamente al quirófano para conversar con el cirujano que atendía a su esposo.

—Caleb, ¿qué sucede? No he visto que los signos vitales de Blue mejoren.

—Necesito hablarte de eso antes de continuar con la cirugía, Kat —el médico se quitó el tapabocas—. Es probable que Blue necesite una transfusión con urgencia y la única aquí que tiene su tipo de sangre es tu suegra.

Katrina suspiró. Lavender no podía ser donadora debido a una transfusión recibida en Inglaterra unos años antes, pues estuvo en riesgo de contraer el mal de las vacas locas cuando vivió allí.

—Descártala. Viridian y Papá Blanchard son O positivo y Gray tampoco puede, llamaré a Amber.

—¿Qué tan rápido puede llegar aquí?

—Está en Las Vegas, tal vez unas cuatro horas.

—Kat, sabes muy bien que no podemos esperar tanto. Es más sencillo buscar en bancos de sangre de hospitales cercanos.

El Orgullo del Pavo Real (Tomo Plumoso 2) - #LaHistoriaPlumosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora