Agnes x Lincoln (1/?)(+16)

Start from the beginning
                                    

Iba a tratar de despertarlo y preguntarle lo que pasó, pero se estaba adelantando.

Lentamente trataba de reconocer donde estaba, al abrir bien los ojos, se dio cuenta de la mujer que estaba frente a él.

Se sonrojó levemente, pues de lo húmeda que estaba la playera de la mujer se traslucían sus generosos senos, y sin contar la diminuta ropa inferior.

Sin embargo, reconoció ese cabello rojizo y la voz de la mujer.

— ¿Te encuentras bien chico? —dijo la mujer con nervios pues después de años un hombre está en su casa, uno atractivo.

— Profesora Johnson, ¿Acaso no me reconoce? —dijo extrañado por verla después de tiempo.

— ¿L-Lincoln? ¿Lincoln Loud? Sí, eres tú —se quedó perpleja al darse cuenta que era su antiguo alumno de la primaria.

No podía creer que este chico era su alumno, después de tiempo que se encuentra con él y no en un buen momento.

— ¿Qué te pasó Lincoln? —preguntó con preocupación.

— Regresaba de realizar un proyecto donde un amigo y por el camino se cruzaron unos ladrones, por no darles lo que querían me golpearon entre los cuatro, salí muy adolorido, pero no me quitaron nada al final —lo dijo sonriente.

— ¡Lincoln Loud! No vuelvas a hacer eso, te podrían haber hecho peores cosas, de veras que tienes mucha suerte —le dijo con algo de enojo.

Lincoln se tomaba lo que pasaba de lo más normal hasta gracioso, pero su maestra estaba enojada por su actitud.

— Bueno maestra fue bueno verla, me tengo que... ¡Auch! —el peliblanco aún estaba adolorido y algo herido.

— Siéntate aquí y espera que te traiga una toalla junto a una crema para esa herida que tienes en el brazo —lo dijo muy preocupada.

Al levantarse e ir a buscar lo que dijo, Lincoln sin querer va a ver dónde se dirige y se queda sorprendido por ver a su maestra de espaldas.

Jamás había visto a su maestra de esa manera.

En ese instante la comparó con una de las chicas del equipo de porristas de la preparatoria.

Su figura era despampanante ahora. Cuando tenía once años, siempre le pareció una señora cincuentona por la forma en que vestía.

Ahora mismo es todo lo contrario, hasta comparable con la maestra Di Martino.

Agnes buscaba el botiquín donde tenía la crema para las heridas y una playera que un sobrino dejó cuando una prima la visitó con toda su familia.

Aún estaba sorprendida por el físico de su alumno. Cuando tenía once años Lincoln era alguien enclenque y bajito, ahora es algo y fornido para su talla.

Se dio cuenta de cómo estaba pensando y rápidamente se enfocó solo en buscar el botiquín.

— Muy bien Lincoln te traje una toalla y una playera, puedes usar la habitación de huesp... —no pudo hablar nada más.

Lincoln se quitó su playera mojada en frente de su maestra, lo que vio la dejó muy cautivada y sin pensarlo se mordía el labio inferior.

El peliblanco acostumbrado a cambiarse la playera frente a sus hermanas, no prestaba atención a la reacción de su maestra.

Al terminar de secarse con cuidado su cuerpo tonificado y colocarse de manera dificultosa la playera por el dolor, se dio cuenta que su maestra estaba con su rostro rojo y mirada perdida.

Colección de One-Shots: Loudcest y No Loudcest...Where stories live. Discover now