dolcissimo ━ remus lupin. ✓

ii. cabello de dumbledore

( CAPÍTULO DOS: CABELLO DE DUMBLEDORE )

REMUS LUPIN ERA UN MERODEADOR e un idiota cuando se trataba de Dawn. Cualquier tema relacionado con ella inmediatamente lo tomaba desprevenido y su boca divagaba palabras sin sentido. Sus mejillas se sonrojaban, pero luego recordaba que era un monstruo y que no debía ser capaz de amar a alguien.

Puede que sea un caballero, pero eso no significaba que fuera bueno hablando con ella. Siempre se le daba bien hablar con amigas y conocidas, ya que no sentía nada por ellas, pero Dawn hacía que su cerebro se apagara.

Remus besó a una chica antes, pero todo por culpa de Sirius. Había estado preocupado por la "falta de besos" de su amigo y lo obligó a invitar a salir a una chica de Ravenclaw en un fin de semana de Hogsmeade en tu tercer año. Terminaron besándose porque Sirius empujó a Remus contra la chica.

—No tienes remedio.—Sirius dijo, masticando un pedazo de carne de pollo.

Remus apartó la mirada de Dawn para mirar a su amigo.—¿Qué, yo?

La rubia estama mordisqueando un pan, con la cabeza metida en un libro que sostenía. Rara vez notaba el mundo que la rodeaba durante las comidas.

—No está tan mal como James.—comentó Peter.

Era poco probable de que Peter hablara, porque por lo general estaba llenándose la boca con comida, pero Peter sintió la necesidad de señalar que nadie era peor que James en el juego de conquistar a su enamorada.

—¡Oye!—exclamó James.

Sirius asintió, tratando el pollo.—Peter tiene razón.

James miró a los dos.—La conquistaré. Nadie le puede decir que no a esta cara.

—Ella lo ha hecho más de cien veces.—Remus replicó.

—Como si pudieras hacerlo mejor.—James rodó los ojos.—¡Ni siquiera has hablado con ella!—James miró a Dawn, quien seguía mordisqueando su pan en silencio.

—¡Ella es callada! ¿Qué se supone que deba decirle?—Remus se quejó.

—Algo como: "Dawn, ¿tendrías una cita conmigo?" Eso podría ayudar.—Sirius respondió con indeferencia mientras se encogía de hombros.

—¿Quién quiere tener una cita conmigo?—una voz inocente preguntó a los cuatro.

El tiempo pareció congelarse y, en ese momento, Remus deseó tener un giratiempo.

Se tensó ante la voz, con los ojos muy abiertos mientras un sudor frío comenzaba a formarse en su espalda. James resopló como un cerdo, agradecido a Godric por el karma que recayó en Remus. Sirius se atragantó con la pierna de pollo que comía, tosiendo e intentando la maniobra de Heimlich en sí mismo. La boca de Peter estaba completamente abierta por la sorpresa; el jugo que estaba bebiendo previamente le goteba por la barbilla.

Dawn tenía su libro metido bajo su brazo e inclinó la cabeza hacia un lado mientras se sentaba junto a James.—Escuché mi nombre.

—Hey, ¿eres Dawn, cierto?—James preguntó cuando su ataque de risa terminó finalmente.

Ella asintió.—Así es. Eres James Potter, ¿verdad?

James asintió con orgullo.—Apuesto a que escuchaste a mi Lily flor jactándose de mí.

Ella negó con la cabeza.—En realidad, la he oído quejarse de ti. Además de eso, no hablo con ella.

—¿Por qué no? ¡Mi Lily flor es un amor!

—No somos amigas. Somos conocidas. No tengo amigos.—explicó.—¿Qué tipo de apodo es Lily flor?

Antes de que James pudiera atacarla verbalmente, Peter decidió hacerle una pregunta que sorprendió a todos. Se limpió el jugo de la barbilla con la túnica y habló.—¿Tú, uh, quieres ser nuestra amiga?

Dawn lo observó con confusión.—¿Es así como se hacen amigos?—ella preguntó.—No creo que funcione así.

—¡Eres bienvenida a unirte a nuestro grupo!—exclamó Sirius, ganándose una mirada por parte de Remus.

—Pero ustedes son los Merodeadores. Nadie simplemente se une a ellos.—señaló.

—Bueno, puedes ser nuestra pequeña asistente. Tal vez te hagamos una prueba y veamos si pasas. Entonces puedes unirte a nosotros.

—¿Qué tipo de prueba?

Parecía tener curiosidad. La chica se inclinó hacia Sirius, quién dejó la pierna de pollo en su plato. Sirius miró a sus compañeros Merodeadores.—Consigue un mechón del cabello de Dumbledore. Es bastante simple.

Ella miró a Dumbledore, que estaba comiendo.—Está bien.—se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia el director.

—¡Espera, no quise decir ahora mismo!—exclamó Sirius.

Dawn lo ignoró y se paró frente a Dumbledore.—Hola, director.

Él rió.—Hola, Dawn. ¿En qué podría ayudarte?

—Necesito un mechón de su cabello.

—¿Eso es todo? Bueno, esperaba algo más tortuoso. Después de todo, tú eres quien explotó el salón de Adivinación.

—No fue a propósito.—mintió.

Dumbledore le guiñó un ojo mientras se arrancaba un cabello.—Mentiras, niña, mentiras. Bueno, aquí tienes. Espero verte pronto, Dawn.

—Y yo a usted, director.

Caminó felizmente de regreso a los Merodeadores, ignorando las miradas que estaba recibiendo.

—Lo tengo.—dijo, arrojando el cabello a Sirius.—Eso fue aburrido. ¿No hay algo más emocionante que pueda hacer?

Dawn estaba un poco nerviosa. Nunca había estado tanto con un grupo de personas en su tiempo en Hogwarts; pero estaba lista para hacer más.

—Bien. Empapa a Malfoy en agua.—ordenó Sirius.

—Está bien.

Usando magia no verbal, Dawn tomó una jarra y la levitó sobre la cabeza de Malfoy para luego derramarla. Malfoy jadeó cuando el agua fría empapó su ropa.

Dawn miró a su alrededor antes de volverse hacia los Merodeadores.—Eso estuvo mejor.

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