Remedio Choi

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Y así, volvemos al inicio de todo; actualmente me encuentro en mi primera semana de castigo, los maestros me dieron oportunidad de mandar las tareas y trabajos vía digital, pero mis padres me tienen lo bastante castigado, no con cosas materiales, pero si en el aspecto emocional, ya no platican conmigo, tampoco cenamos juntos ni nada, sencillamente me siento lo bastante solo, porque además mis amigos no quieren estar conmigo, hoy lo supe cuando llegue a la escuela y ninguno me saludo; también me encontré al conejito, pero este se hizo como si yo no existiera.

Lo sé, fui un completo idiota, con todos. Hoy debo disculparme con ellos.

- ¿Por qué tan solo Choi?

- Hola Noona. Ya sabes, yo y mis tonterías.

- Lo sé, de hecho toda la escuela lo sabe, ¿Qué piensas hacer al respecto?.

- Hoy iré al entrenamiento, voy a pedir disculpas a mis compañeros.

- Eso es bueno, al menos harás algo bien. ¿Quieres desayunar conmigo?

- No noona, gracias, iré a regocijarme en mis lágrimas bajo el árbol, yo solo. – Noona simplemente soltó una carcajada ante mis ocurrencias, negó a ello y se dispuso a ir a la cafetería.

El día había pasado de lo más aburrido, porque en definitiva no tenía a mis amigos, no había hablado con nadie en clase, y las dos veces que logré ver a Taemin, este solo desviaba la mirada y se aferraba al brazo de su amigo. Después de que acabaron mis clases me dirigí hacia el estadio, espere pacientemente en las gradas a que todos terminaran y una vez que lo hicieron se reunieron en un medio circulo con sus brazos cruzados, pero viendo hacia mi, esa era mi señal, debía disculparme, ahora o nunca.

- Buenas noches – comenté haciendo una reverencia de noventa grados a todos, ellos simplemente suspiraron profundo. Sin importarme el orgullo no espere a escuchar sus palabras y simplemente me hinque colocando ambas manos en mi estomago y con la frente casi tocando el suelo – Lo lamento mucho, en verdad fui un completo idiota que no analizó todo lo que podía perder, por una estúpida obsesión de alguien que no me toma en cuenta. Lamento haberles causado tantos problemas, lamento que se hayan preocupado por mi y que ahora por mi culpa, deban cambiar algunas de las jugadas; lamento que ahora se vayan más tarde de los entrenamientos, yo sencillamente no pensé en nada de ello. Reciban por favor una entera disculpa de parte de esta tonta y torpe persona.

Ninguno de mis mayores comentó absolutamente nada, conforme se iban retirando del campo, palmeaban suavemente mis hombros o espalda, eso significaba que aceptaban las disculpas, pero no sería tan fácil para ellos perdonarme, y eso yo lo tenía completamente en cuenta.

- ¡Vamos Choi, mueve esas piernas!, tan solo una semana y ¿ya has perdido toda tu condición?

Sí, el entrenador se estaba vengando de mí, pero no podía alegar nada, pues él tenía todo el derecho de hacerlo, sabía que tenía las razones necesarias para ponerme un entrenamiento mucho más complicado que a todos los demás jugadores.

- Venga Minho, tú puedes.

- Vamos Choi, confiamos en ti mocoso.

- Déjate de tonterías Minho, esto es para terminarlo hoy.

Y esos, eran algunos de los ánimos que me daban mis hyungs mientras yo seguía bajo el sol completando aquel entrenamiento, especial para "matar a Choi Minho".

Las cosas, se puede decir, que regresaron casi a su completa normalidad; después de aquella disculpa, mis hyungs poco a poco comenzaron a buscarme de nuevo, aunque obviamente, yo no me sentía del todo cómodo, por lo que no solía compartir todos los momentos libres con ellos, como antes lo hacía. Y fue en una de esas ocasiones, que estaba solo en la biblioteca leyendo, cuando vi como un chico de tercer año tomaba del rostro a Taemin y lo besaba, no fue un beso exigente, pero tampoco fue demasiado inocente; mi interior hervía de celos por lo que sencillamente salí de aquel lugar con la fuerte decisión de hacer de cuenta que Taemin jamás existió, del mismo modo que él lo hacía conmigo desde hace dos semanas.

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