Capitulo 2: La comida.

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- ¿Porqué debo sacarme la ropa? - pregunté

- No es como si quisiera mirarte gordito - saco una huincha de medir - no es que no confié en mi gente - se acerco a mi - pero prefiero tomar las medidas sin ropa, así tengo una medida exacta.

- Ok... - dije algo nervioso.

- Deja solo tu ropa interior.


Me saque la ropa con mucho nervio y como no estar nervioso si no me quitaba la mirada de encima. Cuando solo me quede en con mis bóxer, se acerco para medirme.

Les juro que nunca he visto a otro hombre de una manera sexual. Cuando salí de la escuela tuve una novia que es la misma novia actual, por lo que mi experiencia sexual es bastante precaria. Con mi chica hemos tratado de experimentar posiciones en el sexo, pero les prometo que nunca sentí con ella lo que estoy sintiendo en estos momentos.

Mew solo esta midiendo mi cuerpo, pero lo hace de una manera demasiado lenta, tanto que siento cada rose que da con sus manos en mi piel. Nunca había temblado tanto con solo un toque, mi cuerpo parece gelatina y me siento débil, las piernas no me responden y siento que en cualquier momento me caigo.

- Creo que deberías sentarte - me dice susurrando en el oído - pareces como si acabarás de correrte.

- Mierda - fue lo único que puede exclamar y me senté en el suelo.

- Bien - me dice después de unos minutos - estaba incorrecto, debes bajar solo 14 kilos de grasa.

- Gran consuelo - bufé - es solo un kilo.

- Gulf - se acerca mi rostro - creo que deberías explicarle a tu pareja que hay otras formas de bajar algunos kilos - otra vez se acerco a mi oído - el sexo es un buen ejercicio.

- Umm... - maldición acabo de gemir - no tengo pareja.

- Te puedo ayudar con eso entonces - dijo pasando una mano en mi cintura.

- Yoo...

- Vamos - me levantó y cuando esta de pie me dijo que saliera con él.

No se como pude ocultar a mi novia de años, pero es que ese hombre parece un dios griego. Su cuerpo, su cara, su porte, su voz, sus ojos, maldición todo en el era perfecto.

No me di cuenta que estábamos en la entrada del gimnasio.

- Wayne - le escuche gritar - esta es su pauta de ejercicios - dijo dándole un papel al chino.

- Pensé que tu serias mi entrenador - por que mi voz salio tan desesperada.

- Si pero ahora no tengo tiempo para enseñarte a usar las máquinas y debes primero aprender eso, para seguir tu entrenamiento.

- No te preocupes Gulf - me hablo el chino - Mew te ejercitara en sala - vi como le guiñaba un ojo al dios.

- Wayne - dijo en tono amenazante, hasta ese tono suena sensual - escucha Gulf, vendré en una hora y media para que coordinemos los horarios.

- Ok.

- Vamos - me dijo el chino.


Wayne me enseño a usar las mitad de las máquinas de mi entrenamiento, me dio la pauta y la seguimos tal cual como decía. Me comento que no podía hacer todos los ejercicios y usar todas las máquinas el mismo día, por lo general me dijo que los principiantes trabajan en el gimnasio dos o tres veces a la semana y se trabaja de a poco el cuerpo. Al cabo de una hora estaba mas que agotado, no tenía fuerzas ni para moverme, según el chino eso no era ni la tercera parte de mi entrenamiento total, yo solo quería morir en ese momento.

My PERSONAL TRAINERWhere stories live. Discover now