| PASADO |

1.8K 217 38
                                    


     El silencio fue ensordecedor, las palabras fueron letales y las lágrimas veneno, aunque para Auron las gotas de agua en las mejillas de aquel muchacho con lentes, le daban un aspecto inocente, pero en ese instante solo le provocaban querer ir abrazarlo, la desesperación e impotencia se mostraban en su rostro, bajo la mirada y carraspeo un poco, no lo suficiente para perturbar la escena, sabía de antemano que ahora mismo para aquellos dos individuos, él no estaba, un fantasma que presenciaba la impotencia misma, rabia y desesperación donde eran interpretadas por un hombre de aspecto acabado con cuadros de ansiedad e insomnio, ataques de pánico e incluso, se atrevía a decir, dependencia hacia su victimario, la incredulidad, el pánico y la furia lo hacían la otra persona, un muchacho de cabello anaranjado, pecas casi desvanecidas en sus mejillas y parte de la nariz. Auron pensó si fue buena idea rechazar que estuviera un guardia presente, regreso su vista a la escena, permitiéndose observar el numero desde primera fila, no, el guardia no era necesario, recapacito, Mangel nunca registro un contacto físico por Lolito tampoco verbal, solo el que presenciara sus actos de violencia hacia otras víctimas y demás atrocidades que estaban en la libreta de Auron. El cuerpo del Psicólogo se tensó, el de coleta avanzo lentamente, ahora mismo Mangel era como una presa, indefensa y temblorosa que retrocedía a nada de tocar la ventana que daba con Karmaland, Auron movió rápidamente la pluma entre sus dedos, antes de que llegara Lolito a consulta y que subiera, se lo explico, que posiblemente trataría de convencerlo de caer otra vez, buscaría una forma de atravesar sus defensas, era importante que mostrara ante Lolito que no iba a tener poder sobre él. Nunca más.

—No. —fue débil, Auron con trabajo y lo escucho. — joder, tío ¿por qué no entiendes? ¡Te quiero fuera de mi puta vida, la has echado a perder!

     El mayor de los dos no daba cabida a sus palabras, su mundo sin niña ¿es eso posible? ¿que hizo mal para que aquellas palabras salieran de la adorable boca de su niña? ¿no le dio suficientes cosas? trato de alcanzar al fruto de su obsesión con su mano temblorosa, su corazón palpitaba muy rápido, la desesperación comenzaba hacer desastres en él ¿por qué se portaba con él de ese modo? llevo su mano a su pecho, sosteniendo su muñeca ¿acaso su niña le dio un golpe en su intento de alcanzarlo? la sorpresa no cabía en él. El de lentes con furia se limpió las lágrimas con cuidado de no dejar caer sus gafas, era ahora o nunca, debía de ser letal con Lolito, dejar las cosas más que claro, demostrarle que ya no era su niña y nunca más lo seria. Avanzo los pasos que Lolito lo hizo retroceder, tenía que aprovechar esa repentina adrenalina antes que se fuera, por lo que apresuró su rostro al de los ojos verdosos y con la más rabia contenida, sentencio.

—Quiero que te alejes de mi vida, que no me busques, que olvides que existo, ¡solo me has causado desgracias, Lolito! Ya no soy más tu niña.

     Solo se escuchó el ascensor, el silencio que se hizo comenzó a molestar los oídos de Auron, Lolito se quedó viendo fijamente la ventaba aun con la mano sosteniendo su muñeca, Nobita que se encontraba en su escritorio no pudo evitar mirar de reojo al obsesivo de Karmaland. ¿Era así el rostro de un corazón roto o de un hombre muerto?

*

     Trastorno del amor obsesivo, Auron lo coloco como título de aquella libreta que albergaria las futuras declaraciones de Lolito, más abajo encerrado en un círculo "¿Cuándo?". Recuerda sus pasadas clases de su licenciatura en Psicología, no era el más listo, pero le ponía empeño, se caracterizaba por no ser el más avispado, pero cuando se trataba de identificar algún trastorno, él era siempre el más rápido. No fue fácil hacerlo en Lolito. Cuando llego al pueblo, inicialmente pensó en Psicopatía, la gente comentaba y murmuraba, Auron comenzó, inconscientemente a crear el perfil del muchacho de coleta, pero cuando lo conoció, fue el chaval más curioso que abría conocido en su vida, era toda una explosión de escenarios, facetas que cada día confundían más a Auron, al punto de no saber cuál era la verdadera y por lo que lo atrajo mas a convivir con él.

     Levanto su vista, Nobita seguía enfrascada en su área de trabajo, ajeno a todo el tumulto de pensamientos de su jefe e incluso familiar. Auron se rasco la nuca.

—No sé qué hacer, Nobita. ¡No puedo obligarlo a venir! Tiene que buscar el cambio el mismo.

     El alcalde, ese mismo día en la mañana lo mando a llamar a su oficina, él fue con toda la actitud, había desayunado con Frederick, gritado un poco a Gustavo y saludado a Rodolfo, nada podía arruinar su perfecta mañana, excepto que el mismísimo alcalde Luzu, le pidiera que tratara a Lolito.

"Anda tú, ¡sal y doma un clipeer! Y vienes y me dices como te fue, cerdo"

     No se arrepentía de gritarle, era una locura lo que pedía no podía obligarlo, si Lolito quería un cambio, debía de buscarlo él. Y Auron con gusto le ayudaría. Pero no así. Observo a la gran estructura roja que se visualizaba desde su consultorio ¿Qué estaría haciendo? Desde hace días que Mangel lo confronto, nada se sabe de Lolito, la última vez que lo vieron fue adentrándose en su casa, eso era malo, se estaba aislando lo cual podía generar otro trastorno más. La última vez que lo observo fue ahí mismo en su consultorio, la mirada verduzca le causo inquietud, no había ira, no desesperación ni preocupación, simplemente no había nada y eso fue aún peor, Auron sabía que todavía no caía en la realidad que Mangel verdaderamente lo dejo.

     Y eso era mil veces peor.

| Confrontación | Lolitoplay |Where stories live. Discover now