-Nos vemos mi Watson, tenemos un crimen por resolver-

Cuelgo la llamada para pensar mejor en que voy a hacer, claramente ninguno de sus hermanos sabía de esto. Recuerdo que Elsa salió al hospital, más sencillo para mi.

Rápidamente marco el número de Mara, luego de un par de sonidos al fin contesta.

-¿Como demonios tienes mi número?-

Reviso mi pantalla pero si es el número correcto.

-¿Mara?- pregunto con miedo, esta mujer es realmente dulce.

-Sí, ¿Quién demonios eres?-

-Nyx- respondo sin dudarlo- La novia del hermano de Iván Volkov-

Espero que no me insulte o mejor dicho espero que no sepa donde vivo.

-Te estoy pregun... Hola Nyx- su voz dulce me asusta más que el insulto- ¿Como estas?-

-Bien, bien- no quiero morir- Queria saber si Iván está contigo-

-¡Ivan!- grita a todo pulmón, mis oídos mueren- ¡Te llaman!- vuelve a gritar- No se donde esta, ¿Necesitas algo?-

¿Nuevos oídos?

-Elena tiene su baby shower,es en la noche- me ahogo con las palabras- Si quieres venir, eres invitada-

-Claro- dice sin dejarme terminar de hablar- ¿Qué llevo?-

Esperaba una mejor respuesta.

-Pues, puedes traer globos o algo para decorar-

-No hay problema- dice y cuelga la llamada.

Nota Mental: Nunca llames a Mara aunque tu jodida vida dependa de ella.

Ahora, podemos volver a la realidad, apenas han pasado treinta minutos, tengo que bañarme y salir antes de que el sexto sentido de Xavier se active e inicie a llamarme.

En la ducha, el agua caliente me relaja cada músculo y mi cabello se deshace del aroma a quemado. Moverme sigue siendo un poco complejo pero ahora por lo menos soy capaz de hacer dos cosas a la vez.

Cuando salgo, me coloco la mejor ropa interior que tengo porque uno nunca sabe, un conjunto negro muy cómodo. Me meto rápidamente en un jeans negro, una camisa con mangas roja para quitarme el frío que estaba apareciendo en mi cuerpo nuevamente, seco mi cabello y lo peino con mis dedos de manera para que no se esponje dentro de un rato.

Es hora de salir, me pongo mis confiables converse rojas y mi cartera para poder salir sin pena. Quizás debería de llamarlo, cierro la puerta, mejor pedir perdón en estas ocaciones.

Afuera, las calles se encuentran llenas de carros pero no me molesta para nada el sonido. No recuerdo muy bien para que direccion queda el supermercado pero antes de eso necesito conseguir un buen regalo para la bebé.

Hace un par de años asistí al baby shower de una de las mejores amigas de mi madre. Al parecer, una mujer de cincuenta años puede quedar embarazada al tener un novio veinte años menor y toda la comunidad en realidad piensa que es un milagro divino que los espermatozoides de un viejo de setenta años sigue siendo un total semental.

Cruzo la calle, veo una tienda de Converse, si mi memoria no me falla existen hasta tallas para bebés. El aroma a zapatos nuevos me inunda los sentidos, puede parecer extraño pero el olor es realmente una droga para mi.

Danzando me muevo de estante en estante hasta llegar al área de bebés, son las cosas más pequeñas pero hermosas que he visto desde hace bastante tiempo.

Mi Caos RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora