El Castaño De Las Donas [Stony]

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El aire fresco le había servido al más alto para calmar sus nervios, pero regresaban de vez en cuando pues su mano a veces rozaba la mano del más bajo mientras este caminaba a lado suyo.

–Te voy a contar una historia, hipotética por supuesto–Tony se dirigió a una banca y el otro le siguió–, había una vez un castaño que estaba apunto de renunciar a su empleo, pues no tenía tiempo, el último año de universidad apestaba, pero una tarde llegó cierto rubio que cautivó al otro así que decidió quedarse un tiempo más sólo para ver si ese chico volvía y para su sorpresa lo hizo, pero se veía tan concentrado escribiendo en un cuaderno que el castaño se limitó a servirle lo que pedía.

–Pasó el tiempo y el rubio le pidió su número, el castaño se moría por recibir alguna señal del otro, más nunca llegó. Tiempo después empezó a sentarse con una castaña, conversaban mientras reían y el castaño supuso que por eso no le llegaban mensajes de aquel chico.
Un día el chico rubio olvidó el cuaderno que siempre tenía entre sus manos, el castaño de las donas–Tony interrumpió la historia pues el apodo que Steve le había dado era gracioso–, no tenía intención de verla, pero como a veces es muy torpe, la tiró y de la libreta azul salió una hoja suelta, la levantó y admiró, era él quién estaba plasmado ahí a lápiz–Steve tragó duro.