Cuando las miradas se cruzan

Parte 2 Amada

Estaba pensando en aquel chico, parecía un estudiante de segundo año de secundaria, como yo. 

No lo había visto en el instituto donde estudio, solo en el tren hacia aquella ciudad cercana a Blud. no sabia si él volvía a esa ciudad o al igual que yo iba de paseo.¿él, viviría en aquella ciudad, o vivía en Blud, al igual que yo?

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Aquel día de inicios de clases me encontré con Agostina, mi mejor amiga. Ella no iba al mismo secundario que yo, pero nos veíamos seguido, porque vive a tres cuadras de mi casa. Nos conocemos del jardín de infantes. Ella es una chica amable, inteligente y a diferencia mía, no le importa nada y vive su vida sin timidez. 

El primer día de clases me toco sentarme con el chico supuestamente "popular" y que le gusta el fútbol, no lo soportaba.

-¿Que estas haciendo?-. Pregunto el imbécil llamado Juan. Lo ignore.-Dale,  mostrarme y te cuento algo que no le conté nunca a nadie-. Dijo el. 

Yo super intrigada por lo que el tenia para decirme (que seguramente era una mentira o algo por el estilo), le mostré lo que estaba pintando en lápiz.

-wooooooow-. Dijo -Dibujas super-. Agrego. A lo que yo respondí -Gracias, ahora te toca a ti-.

Y el me contó que le gusta una chica pero que no sabe como decírselo y que estaba entrando en crisis. Muy desesperado me pidió ayuda y yo, toda tímida, acepte a brindarle mi ayuda. 

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-Eu, Agos.-

-¿Que?

-Viste que te conté que hay un chico que me caía mal en la escuela-.

-Si, ese tal juan, idiota-.

-Si ese, bueno...-.

-¿Que paso con el?-.-¿Hay que ir a golpearle la cara?

-No nada de eso. Me pidió ayuda con una chica. Y no se quien es, ni como darle esa ayuda-.

-Ay! No lo puedo creer!-.

-¿Queeeee?!-.

-Diooooos, el Juancito, ese, te esta pidiendo ayuda para poder hablar con vos, y estoy segura de que esa chica eres tu-.

-NO QUE DICES, TU ESTAS LOCA-

-Ay, bueno, ya para de gritar. Que ya todos sabemos que son las mayúsculas en un mensaje de texto.

-No, es que tu te pasas de loca-,

-Ok, pero que tu estas ciega, no lo niega nadie.

-¿Que dices? Nos vemos en cinco minutos, en la puerta de tu casa. Alístate-.

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Cuando llegue a la casa de Agostina me recibió su madre y me dijo que Agostina seguía en su cuarto alistándose. Subí corriendo a matarla, y me la encontré toda roja con su celular en la mano. 

Se le había declarado al chico que le gustaba. <¿Como había sacado esa conclusión? En cuanto llegue y su madre me dijo eso supe que algo andaba mal, porque ella es muy puntual, y si no estaba lista era porque le pasaba algo. En cuanto entre en la habitación, vi almohadones tirados, y eso me dio la pauta de que había estado llorando o gritando. Su cara roja, era de vergüenza, ella nunca sentía vergüenza, solo cuando sentenciaba sus sentimientos mas profundos. Así de bien la conozco, espero que reciba lo mismo de su parte.>

-¿Que le dijiste?-. Pregunté.

-Que me gustaba todo de el-. Respondió. -Mierda, fue un error-. Soltó entre sollozos y se desato el rió amazonas. 

-No, no es un error-. Dije, porque realmente no sabia que decir. Ella era realmente valiente, yo no podría hacer eso nunca. -Solo hay que esperar que conteste-. Agregue, sin saber que decir.

-¿Podemos quedarnos en casa?-. Me preguntó.

-Si, porque no-. Respondí. <Menos mal que no vamos, me dan pánico los lugares llenos de gente. Me asfixian. Todavía no se como es que puedo viajar en tren, pero menos mal que lo hago porque sino no hubiese conocido a ese chico tan lindo. Así me pierdo yo, con cada cosa pienso en el.

Después de ayudarla a Agostina con sus problemas amorosos, decidimos ir a tomar un helado. 

-¡No puede ser!-. Intente no gritar por lo que estaba viendo. -Cállate, esta Lucas viniendo para este lado-. Dije mientras lo miraba con intriga.

Agostina lo primero que hizo fue mirar para atrás y al ver a Lucas tan cerca, dio un pequeño grito. 

Lucas, de manera repentina, le planto un intenso beso. En ese momento me di cuenta que no encajaba en ese lugar y tiempo. Me pare de mi silla y me fui. Se sintió extraño dejar a mi amiga con un chico que no conozco. Supuestamente eran compañeros de la secundaria.

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Después de unas horas, recibí un mensaje de Agostina, diciendo lo bien que la había pasado con Lucas.

Ahí, en ese instante, sentí como si fuese una segunda opción. Siempre me pasa con todos. No puede ser que hasta con mi mejor amiga. Ese es mi mayor miedo, quedar en un segundo plano eterno, o no encontrar a alguien que me acompañe en ese segundo lugar.