XXIV

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Matt miró aquella escena, sintiendo tristeza por su ahora amigo. Le dio su espacio, mirándolo desde el umbral de la entrada, escuchando el llanto de Elián.

—La busqué por un año, crucé portales—suspiró ondo—, busqué en cada rincón del primer universo, atravesé universos desconocidos, arriesgué vidas, cada maldito planeta, y...—se detuvo, mirando a su alrededor.

—Elián...—llamó Matt con calma.

—Maldita sea la hora en que Izan decidió usarla—apretó sus puños, estaba verdaderamente furioso.

—Elián...—volvió a llamarlo, esta vez acercándose a él con cuidado—, debemos regresar con los demás, no es seguro aquí.

—No me importa si es seguro o no—dijo Elián, con ira en sus palabras.

—Este lugar puede derrumbarse con nosotros—posó su mano en el hombro de Elián, demostrando apoyo.

—Mejor, mi vida no es nada sin ella—susurró entre dientes.

—No sabemos si está o no...—Elián lo interrumpió.

—¡No digas esa palabra!—le quitó la mano de encima y se levantó, mirando a Matt con furia.

—Hay que investigar, incluso en los escombros—Matt se mantenía al margen. Elián no dijo nada y se aproximó a la orilla de la habitación, mirando el reino desde la torre. Miró hacia abajo, en los escombros.

—Bajemos—pidió Matt, dirigiéndose a los escalones. Elián lo miró con enojo y se lanzó—¡Elián!—gritó asustado, asomándose por donde se lanzó. Elián estaba bien, flotó antes de llegar al suelo, Matt sentía su corazón en la boca y se dispuso a bajar las escaleras.

Elián levantó los escombros con sus dones, habían cuerpos, pero ninguno era de Gislena. Escuchó un quejido que provenía de un cuerpo, era una mujer que se encargaba del cuidado de Gislena. Elián se sorprendió, dejando la ira a un lado y corrió hacia ella.

—Máandhae—sostuvo su cabeza, mirándola fijamente.

—Señor—dijo apenas, con una sonrisa sincera—pasó algo horrible.

—Máandhae, no siga esforzándose—pidió Elián.

—Necesito que sepa lo que sucedió—susurró con dolor—, es sobre su amada— Máandhae tomó la mano de Elián y la depósito en su frente—. Hágalo, señor. Le doy mi recuerdo—Elián asintió con la cabeza, absorbiendo sus últimos recuerdos, una estela blanca salía de su cabeza, entrando a la cabeza de Elián.

—Máandhae...—murmuró Elián, pero ella lo silenció.

—Es hora de que me lleve, señor—susurró ella—¿Puede concederme pertenecer a las estrellas?— Elián no pudo evitar derramar lágrimas y asintió con la cabeza.

—Te llevaré a ti y tus compañeros a ser parte de las estrellas, Máandhae—le prometió. Ella sonrió, fue la última vez que lo hizo. Elián acostó su cuerpo con delicadeza y se levantó. Agarró las almas de los recién fallecidos, colocándolas sobre la palma de su mano; alzó aquella mano hacia el cielo, abriendo una luz brillante, depositando las almas y siendo llevadas al universo, cumpliendo su promesa.

Aquello era una escena increíble, era hermosa a pesar de que se trataba de algo trágico, pero después de la pérdida, siempre hay una luz brillante.

—¿Elián?—interrumpió Matt.

—Avisen a las familias y ofrezcamos un entierro digno a cada uno—le dijo a Matt. Elián se dirigiría a la fuente de recuerdos. Cuando entró a aquella habitación, cuya fuente era iluminada por una luz brillante extraña, él tomó el recipiente, llenándolo del agua de la fuente y bebió un poco de esa agua. El agua que sobró, la derramó en la fuente, posteriormente, sumergió su rostro en ella, presentándose el recuerdo:

—¿Hay alguna novedad?—preguntó Máandhae, mientras entraba a la habitación. Gislena estaba acostada en una camilla, siendo analizada con tecnología de Aardak.

—No, nada aún—comentó un investigador.

—Es curioso, parece no tener nada, pero no despierta por nada—dijo Máandhae, observando detalladamente a Gislena desde la pantalla.

—Deberían llevarla a Novhhic, ellos tienen más avance en tecnologías de estas—le respondió el mismo investigador.

—Se lo comentaré a Rey de Todo—le sonrió.

—¿Qué está ocurriendo!—cuestionó con asombro una de las investigadoras. Gislena sacaba humo de su boca y nariz.

—¡Por Joorhec!—gritó Máandhae. Gislena se había levantado de la camilla, asustando a todos allí dentro.

—¿Gislena?—cuestionó Máandhae, teniendo esperanzas de que Gislena respondiera.

Gislena miró hacia ella, con ojos rojos, una escena de miedo. Gislena había hecho estallar la torre, haciendo que todos allí salieran volando.

Elián salió de la fuente, asustado.

—¡No está muerta!—murmuró Elián y salió corriendo de aquel santuario.

Matt desde lejos veía a Elián corriendo hacia todos ellos.

—¡Investiguen planetas cercanos!—ordenó Elián, mientras se diría a ellos.

Neizan asintió con la cabeza y se dirigió a su nave, buscando a su mente más inteligente, Mehelet.

—Mehelet, necesito que veas las actividades sobrenaturales de los planetas cercanos—le ordenó Neizan al comandante oficial de la fuerza inteligente de Novhhic.

—En seguida—dijo ella. Extendió el panel de visión, buscando fuerzas sobrenaturales de cada planeta cercano a Aardak—. Hay un movimiento extraño pasando por Neb-loh, pero va tan rápido...—seguía analizando el movimiento—pasó Sagard, Jubteeh, Marsov—murmuró—¡Está entrando a Terric!—gritó, avisando a Neizan.

El heredero de Novhhic se asombró e immediatamente corrió fuera de la nave, buscando a Elián con la mirada.

—¡Entró a Terric!—gritó. Elián asintió con la cabeza.

—¡A las naves todos!—ordenó Elián. Todos hicieron caso, poniéndose en posición dentro de cada una.

—¿Elián?—cuestionó Matt desde adentro de la nave.

—Yo iré por mi cuenta, debemos llegar cuanto antes—lo miró serio. En seguida, un casco cubrió la cabeza de Elián y se dispuso a volar. Las naves se encendieron y ascendieron, salieron de Aardak.

—Debo abrir un portal, así llegaremos rápido a Terric—avisó Elián desde el comunicador del casco.

—Lo seguimos, señor—dijo el capitán de la tropa.

Elián se alejó de las naves, se concentró en su tarea, abrir el portal más grande, jamás antes hecho por él. El universo parecía abrirse, dejando ver a Terric; era mucho poder para un joven que apenas aprendía a usarlo en su totalidad.

—Los veo allá—dijo Elián y se metió al portal.

Elián-The new universe [Libro 2]Where stories live. Discover now