❛ 03 ❜

12.5K 930 201
                                    

Brahms volvió a suspirar con pesadez. Sólo un rato, debía esperar unos minutos más. Sólo un rato y volverías.

Y la intranquilidad que lo carcomía no hacía más que aumentar. El incesante mordisqueo en su labio inferior por la misma mezcla de frustración e impaciencia era prueba clara de eso.

Las pupilas de Brahms estaban clavadas -a través del cristal de la ventana- con una seriedad impune a la poca vista que tenía del camino que daba a una de las entradas de su hogar.

¿Una hora? ¿Ó tal vez dos y media? Y aún no regresabas...

Comenzando a sentir algo de sueño hacía unos minutos, había recostado el mentón entre sus brazos para una vista mejor, pero la impaciencia era tal que no le permitía siquiera levantarse y distraerse o ir a su cama.
Por lo visto, haberle dejado una carta en lugar de esperar a que despierte fue una mala idea.

Las cosas se tornaban aburridas, solitarias y silenciosas sin tu presencia en la mansión.

En su aburrimiento su mente comenzó a divagar.
¿Acaso tu... ? No, no había manera, no lo harías. Simplemente no.
Se lo habías dejado muy claro infinidad de veces. Pero aún así, como era de esperarse, aquel miedo en ocasiones salía a flote...

T/N me quiere. No es como ella. No me dejaría.
Comenzó a repetirse mentalmente una, dos, tres veces para despejarse a sí mismo.

O... ¿qué tal si habías conocido a un chico en la tienda? Las posibilidades eran muchas.
Oh no, un escenario mucho peor, ¿y si... hoy finalmente aprovechaste para escapar de él? Brahms abrió los ojos de manera abrupta haciendo una mueca de disgusto, sintiéndose abatido por pensar semejante cosa.
No. Un gran no. De nuevo, tu no harías eso.
Al fin y al cabo te habías ganado buena parte de la confianza de Brahms y no en vano.

Se reprochó inmediatamente.
"Si ella estaría aquí escuchándome, se decepcionaría de mí por pensar estas cosas... muy decepcionada."

De manera precipitada percibió el sonido de la puerta cerrándose en el piso de abajo.

¡Lo sabía! pensó.

Sin tomarse unos segundos para limpiar el polvo en sus rodillas, salió disparado hacia tu llegada escaleras abajo cual perrito casi tropezándose dos veces en el camino.

Realmente tenías que tener una buena excusa por tu tardanza, eso era un hecho.

Una vez en el primer piso, su silueta apareció en la fuente de sonido: la cocina.
Considerable fue su indignación al verte allí parada, depositando tranquilamente bolsas de supermercado en la mesa.
¿Cómo te atrevías? Ausentarte de esa forma y volver como si nada.

-Ahí estás -te acercaste bajo su atenta mirada hasta tomarle las manos -. ¿Me ayudas con esto?

Y uno de sus objetivos se había desmoronado, no había manera de que pudiera ignorarte si venías de esa forma desprendiendo tu característica e involuntaria dulzura.
Asintió con la cabeza rápidamente, agradecido internamente de llevar puesta su máscara en el momento.

Una vez que todas las latas y paquetes en fueron colocados en sus respectivos lugares, hablaste:

-Muchas gracias, Brahms, eso es todo. Ahora...

Brahms sentía una ligera extrañeza, ¿desde cuando la comida pasaba a mayor plano que él?

-¿Por qué tardaste tanto? -enderezó un poco su postura sin quitarte la mirada de encima.

໑࿔. Brahms Heelshire | one shots | PEDIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora