chapter eighteen

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Cuando la latina terminó de hablar, Guzmán se quedó en completo silencio, meditando las palabras que ella acababa de pronunciar. Dando una última mirada a todo el grupo, el rubio tomó su mochila para luego salir por la puerta dejando un clima bastante tenso en el salón.

Olivia volvió a tomar asiento y con sus ojos destellando de la rabia tomó su bolígrafo para comenzar a garabatear algunas líneas en su cuaderno, mientras Polo simplemente la observaba.

— Morena entiendo que no estés de acuerdo con la actitud de Guzmán pero hay que entenderlo, ha perdido a su hermana.

— Polo también perdí a una hermana y jamás adopté una actitud tan... ¿Cómo dicen ustedes? Gilipollas, como la que Guzmán adoptó, es un idiota que se encierra en la idea de que todo el mundo está contra él cuando no es así. Necesitaba un golpe de realidad y como ninguno de sus amigos se atreve a dárselo tuve que hacerlo yo, porque lo único que va a lograr es hundirse más en esa miseria.

Polo abrió sus ojos con sorpresa, Olivia jamás le había hablado de aquello, jamás había mencionado el haber tenido una hermana y mucho menos el hecho de que ella ya no estuviera con vida.

— Jamás habías mencionado eso, en verdad lo lamento Liv.

— No es algo de lo que me guste hablar, Sofía era todo lo que tenía en ese momento donde ocurrió la tragedia y créeme no me gusta revivirlo, uno no puede quedarse estancado en esas situaciones. —el español de ojos azules notó como los ojos de la latina se cristalizaban ante el cúmulo de lágrimas que se formaba en estos. Sin pensarlo, Polo la atrajo hacia él en un cálido abrazo, besando con delicadeza su frente. Ambos se quedaron así los minutos que restaron de clase hasta que finalmente sonó la campana indicando el fin de aquella clase.

****

POLO TOMÓ LA MANO DE OLIVIA CON SUAVIDAD, ENTRELAZANDO SUS dedos con delicadeza, para comenzar a dirigirse hacia donde se encontraban Ander, Lucrecia, Carla, Valentino y Guzmán. Cuando la pareja llegó hasta ellos, Guzmán observó a Olivia con una mueca en sus labios, sin embargo, decidió no decir nada aún.

— ¿Por qué de repente tu hermano está aquí? —Olivia desvío su vista de Guzmán hacia Valentino que acaba de hablar, era la primera vez que oía su voz desde que habían llegado al instituto aquella mañana. La muchacha suspiró notando como Valentino evitaba su mirada, con sus ojos clavados en el hermano de Lucrecia a unos cuántos metros de donde estaban.

— ¿No se supone que está con su madre? ¿Por qué no ha vuelto con ella?

— Porque ya no sabe que hacer con el, se lo empaqueta a nuestro padre cada vez que puede, mi papá se aburre de él después de unos cuantos meses y lo envía de vuelta, y así una y otra vez, un ciclo sin fin podría decirse.

— Debe ser duro para él ¿no?

— Que va, ¿que tan duro puede ser una vida llena de lujos como la de él? Tiene su vida hecha, y seguramente la de sus hijos y nietos también. —murmuró, Valentino, ante la pregunta de Carla.

— Creo que Carla se refiere al hecho de que básicamente tus padres te bateen de un lado a otro como si te trataras de una pelota, algo sin valor, que les importa poco.

— Exactamente a eso me refería, gracias Liv. —la rubia agradeció con una pequeña sonrisa que la latina correspondió.

— Pues no se lo ve demasiado afectado, el primer día y ya quiere irse de fiesta. —Guzman soltó una pequeña risa amarga.— Lo envidio.

— Si bueno, pues yo iré porque alguien tiene que asegurarse de que no caiga en un coma etílico, de que no se quede tirado por ahí y que mantenga su billetera en su bolsillo, y tú también deberías ir Guzmán para despejarte un poco. Todos ustedes deberían ir, tal vez puedan ayudarme a mantenerlo a raya.

— No me apetece demasiado ser el niñero de tu hermano Lucrecia, así que por esta vez en verdad paso. —tras decir aquellas palabras, Valentino se despidió de Carla con un beso y del resto con un asentimiento de cabeza para comenzar a caminar por el pasillo en la dirección contraria.

— Ahora que lo recuerdo, Olivia y yo tenemos que ir a la biblioteca por un libro que ella necesita, así que nos vemos más tarde chicos. —y sin dejar que alguno dijera algo, Polo tiró suavemente de la mano de Olivia hacia las escaleras para dirigirse hacia la biblioteca.

— ¿Así que ahora tengo que ir a buscar un libro? ¿Necesitaba un libro y no me enteré?

— No, claro que no, pero ellos no lo saben. —con una sonrisa divertida ambos atravesaron las puertas de la gran biblioteca, dirigiéndose a uno de los pasillos más alejados y donde casi ningún estudiante iba. Polo le guiñó un ojo para luego acercarse hacia ella de forma peligrosa, embriagandose con el dulce aroma frutal que Olivia desprendía, tirando ligeramente del labio inferior de esta antes de besarla.— ¿Qué dices morena? ¿Salimos de fiesta esta noche? —el español ocultó su rostro en el cuello de la latina rozando con su nariz la curva de este, provocándole unas pequeñas cosquillas a la muchacha.

Olivia soltó una risita, negando con diversión.— Claro que sí Polo, sólo aclaro que no pienso cargar a mi novio si se emborracha ¿Estamos? Ya se emborrachó una vez y créeme no es nada liviano para cargar.

— No pienso emborracharme Olivia, no pienso tomar, porque yo prefiero estar sobrio para recordar todo lo que haremos.

La morena levantó una ceja antes de atacar los labios del español mientras este llevaba sus manos hacia la cintura de la latina.

LATIN BLOOD - ELITE [descontinuada]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt