"¡Qué gran ayuda!
Muchísimas gracias"

La dejó a un lado y pasó cerca de un minuto registrando la chaqueta del cadáver. En un bolsillo sólo encontró un paquete de cartas, y en el bolsillo delantero un puñado de caramelos de menta cubiertos de borra... Pero en otro había varias llaves más cogidas a una anilla. Dos no estaban etiquetadas, pero en una tercera estaba grabada la palabra "REVISOR" en el metal. Seungcheol se las guardó en el bolsillo y, después de pensarlo un momento, se agachó y con cuidado le sacó la chaqueta al cadáver. No pudo evitar una mueca de asco al notar la textura fría y esponjosa de su piel. El pobre tipo no parecía haber pillado el virus, pero una o varias personas desconocidas lo habían mordido repetidamente, del rostro y las manos le habían arrancado grandes pedazos de piel y músculo; estaba hecho un desastre.

Seungcheol regresó a donde se hallaba Jeonghan, pero se detuvo antes para cubrir con la chaqueta el cadáver del P.L.E.D.I.S. muerto. Sólo le ocultaba el rostro y la parte superior del cuerpo, pero supuso, pensando en el chico, que cualquier cosa sería mejor que nada. Cuando Jeonghan se acercó, le hizo un movimiento con la cabeza enseñal de agradecimiento, pero no dijo nada.

—La llave que viste era del vagón restaurante, donde ya hemos estado —le explicó, y sacó el llavero del bolsillo—, pero puede ser que éstas abran algo.

Se hallaban ante la puerta que estaba señalada como la oficina del revisor. Seungcheol alzó la llave grabada. Con un gesto de asentimiento de Jeonghan, la metió en la cerradura y la hizo girar sin problemas. Alzó su arma y empujó la puerta, preparado para disparar contra cualquier cosa que no se identificara al primer segundo.

No había nadie.

Seungcheol se relajó un poco y entró en la oficina. Jeonghan esperó en la puerta con el arma desenfundada y miró hacia el escritorio cubierto de papeles. Comenzó a revisarlos mientras Seungcheol registraba el resto de la cabina.

—Horarios, cartas... Hay algo llamado "Manual de uso del lanzagarfios"... Informes de mantenimiento; una nota sobre un cierre de anillo, sea lo que sea eso; hojas de pedido para la cocina...

Seungcheol abrió el armario mientras el menor seguía recitando el contenido del escritorio. Un par de letreros, postales y varias notas enganchadas en el interior de la puerta, talonarios de gastos y un maletín cerrado. Seungcheol lo cogió y lo sacudió. Algo se agitó en el interior, pero pesaba muy poco. No era probable que fuera una llave, pero siempre quedaba la esperanza.

Examinó la cerradura con el entrecejo fruncido. No había agujero para ninguna llave, aunque en la parte superior tenía una hendidura en forma de círculo. Movió el picaporte. Estaba firmemente cerrado. Seguramente lo podría desmontar, pero era de buena calidad y posiblemente le ocuparía un tiempo que no podía perder.

—Hace un momento has dicho algo de un cierre de anillo, ¿no? —preguntó.

Jeonghan apartó unos cuantos papeles.

—Ah... Aquí. Es una nota escrita a mano; dice: "Modo de acceso a porta, cierre de anillo separado, dos partes"

Seungcheol comenzó a encogerse de hombros, y entonces sintió una oleada de excitación cuando vio el portafolios. La llave estaba en el maletín, lo presentía. Observó atentamente la cerradura y de repente recordó el extraño anillo de plata que había hallado arriba, antes de su encuentro con la cosa escorpión. Las muescas de la hendidura se parecían a las del anillo. Pero en la nota dice dos partes, y...

—Eh, he encontrado un anillo en la parte trasera del tren —exclamó Jeonghan.

Seungcheol alzó la mirada mientras el joven se sacaba un anillo de oro del dedo índice, y antes de que se lo entregara, supo que se trataba de la segunda parte.

Zero Hour ➳ JeongcheolWhere stories live. Discover now