Fue hasta la cocina y recordó lo que solía hacer a aquella edad. Cogió el desayuno que su madre le había preparado, le dio un beso en la mejilla y se despidió de su hermana. Lo hizo con tanta naturalidad que al salir de su casa se dio cuenta de que por un momento se había olvidado de que todo aquello no era real. Antes de empezar a caminar soltó un largo suspiro, sumiéndose cada vez más en sus pensamientos con cada paso que daba.

Apenas había caminado un minuto cuando escuchó a alguien gritar su nombre.

—¡Harry! ¿Dónde vas? —escuchó a lo lejos la voz de su viejo amigo.

Zayn apareció corriendo detrás suyo, deteniéndose en cuanto estuvo cerca mientras intentaba regular su respiración.

—Zayn —dijo su nombre en voz alta.

—¡Casi te vas sin mí! ¿Aún te duran las vacaciones en la cabeza? —le dijo en tono de broma.

Pestañeó un par de veces antes de hablar, volviendo de nuevo a la realidad.

—Ah...sí, sí, perdona. Se me ha pasado totalmente.

—Bueno, entonces... ¿vamos o no?

Asintió con la cabeza para después empezar a caminar juntamente con el moreno a su lado, siendo este quién dio comienzo a una larga conversación sobre un proyecto que tenían para final de curso en la clase de historia del arte, el cual sabían que aquel día tendrían que empezar después de que el profesor de dicha clase les avisara con antelación del plan para todo el curso.

El proyecto de historia del arte.

Dios.

No había caído.

Recordó que aquel proyecto lo habían planeado hacer juntamente con Zayn, ya que sabían que se podía hacer en parejas. Pero al final no pudo ser así, ya que el profesor eligió a cada pareja sin dejar libertad ninguna en la elección. Y a él precisamente le tocó con el chico nuevo, el cual sabía que iba a conocer aquel mismo día.

Tuvo que detenerse al recordar qué día era. Aquel día...fue cuando conoció a Louis.

—¿Qué pasa? ¿Por qué te has parado?

Tuvo que pestañear un par de veces antes de volver a mirar a Zayn.

—Nada, nada. Pensaba...pensaba que me había dejado algo en casa. Falsa alarma —fingió una leve risa y volvió a caminar como si nada hubiera pasado.

—Vale... —dijo el moreno, sonando poco seguro.

Llegaron al instituto, aquel edificio que por años había sido una tortura para Harry. Nunca le gustó, y sabía que cuanto más tiempo pasaba en él menos lo hacía. No precisamente por las clases o por lo mucho que tuviera que estudiar, sino por las personas que también había en el lugar. Personas las cuales fingieron ser sus amigos por puro interés durante todos aquellos años, ya que cuando más los necesitó ninguno de ellos estuvo a su lado.

—¡Harry! ¡Zayn! —escuchó un grito.

Era su amigo Oliver. Oh, aquel hijo de...

—¡Oliver! ¿Qué tal las vacaciones? —lo saludó Zayn.

En aquel momento Harry se preguntó por qué, incluso en un sueño, tenía que soportar el hecho de tener que ir al instituto y ver a cada una de las personas que hicieron de su vida un infierno. ¿Cómo podría fingir después de todo lo ocurrido?

—Bien, bien, lo mismo de siempre —dijo el pelinegro, uniéndose a ellos.

Harry tragó saliva y miró al frente.

memories bring back to youWhere stories live. Discover now