Los golpes cesan, pero decido abrir la puerta.

Unos ojos grandes y llenos de lágrimas me reciben.

Un llanto inunda la estancia, me perfora la cabeza.

Le golpeo.

De nuevo silencio.

Yace inconsciente en el estrecho hueco del armario, una niña de apenas cuatro años de edad.

No creo que haya visto nada, bueno, me ha visto la cara.

Sólo tiene cuatro años.

¿Pero y si no lo olvida?

Suspiro.

Al fin y al cabo tendré que matarla igualmente.

Un momento, mi mente me recuerda los archivos.

Dos.

No tenían una hija, sino dos.

Reviso el resto de la casa, de arriba a abajo, pero no hay ni rastro.

De repente recuerdo el llanto que escuché en la calle y la extraña figura que corría con un niño en brazos.

Ladeo la cabeza en señal de negación.

Tendré que deshacerme de la niña, pero he de marcharme ya, la cojo en brazos aprovechando que aún se halla inconsciente y  salgo de la casa.

Ya veré qué hago con ella.

La coloco en el asiento trasero pero justo cuando voy a cerrar la puerta me doy cuenta de que sus labios se han tornado de un color un tanto azulado.

Respira de forma forzosa e inestable.

Decido salir de dudas.

Levanto su camiseta, ''mierda'', pienso.

Una cicatriz justo en la zona donde se encontraría su corazón.

Lleva un marcapasos que regula sus latidos.

Ladeo la cabeza y cierro la puerta.

....

Detengo el coche tras lo que han parecido varias horas de trayecto y cojo a la niña.

No me siento capaz de matar a un ser tan indefenso.

La cojo en brazos y me adentro en el bosque, avanzo hasta que considero que estamos lo suficientemente lejos de la entrada y la dejo ahí, en el suelo, abandonada a su suerte.

No soy capaz de matarla, pero nadie ha dicho nada de dejarla morir sola.

Me giro, avanzo hacia la salida, no tan rápido como me gustaría.

''Mierda, no'', pienso.

No aguanto más y decido girarme, vuelvo corriendo hacia el lugar donde he dejado a la niña pero me detengo de forma brusca al vislumbrar una luz aproximándose.

-¿Estás seguro de que se ha metido por aquí?- dice una voz femenina.

-Sí señora, lo vi con mis propios ojos.- comenta un niño pequeño.

-Está bien, cuidado con donde pisas.- la misma voz femenina contesta, logro ver a una mujer que agarra de la mano al niño pequeño.

-¡ACE!- grita el niño.

✨THE FIRE AROUND US✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora