Secreto - BeomGyu

• 0 - Intercambio •

- ¡Mamá!

- ¿No puede tu madre darte un beso de despedida? - Mi mamá exclama un poco divertida cuando me ve que retiro su rosado labial de mi mejilla derecha con un poco de pena.

- Tu labial es demasiado rosado, mamá. - Digo entre dientes. - Ya me tengo que ir.

- Está bien, me envías un mensaje cuando salgas, ¿de acuerdo? - Me avisa.

- De acuerdo, mamá. - Esta se acerca y sus brazos alcanzan a rodearme en un abrazo. - Mamá, todos nos están viendo.

- Oh, es cierto. - Dice riendo por mi vergüenza.

- Nos vemos luego. Adiós. - Me despido de ella mientras me alejo poco a poco.

- ¡Te amo, Scarlett! - Giro bruscamente para ver a mi mamá quien hacía con sus manos un corazón, específicamente, para hacerme pasar pena nuevamente.

Di media vuelta con un color carmesí en mis mejillas dispuesta a irme a la escuela, alejándome lo más pronto posible de mi madre antes de que dijera o hiciera algo más vergonzoso para mí.

Mientras caminaba pude observar a diferentes alumnos y alumnas con su respectivo uniforme. Me sentía un poco incómoda ser la única que llevaba ropa casual, me sentía fuera de serie, pero por ser transferida a esta escuela de último momento, no se prestó el tiempo para conseguir los libros de textos, nuevos cuadernos para apuntes o el uniforme escolar.

Mi padre siempre ha sido un ermitaño, decía que nunca se mudaría y que siempre viviría en la misma casa de siempre. Por el otro lado, mi madre, era completamente lo contrario. Le encantaba viajar, conocer y experimentar diferentes cosas y lugares.
Los dos eran contradictorios en mi estilo de vida. Creo yo, que tengo un poco de los dos y todos nos acostumbramos a todos en cuestión de su forma de ser y sus preferencias, pero a mi madre y a mi, nos tomó por sorpresa cuando mi padre llegó a la casa, un día después de su trabajo y dijo que quería mudarse a otra ciudad. A mí y a mi mamá nos encantó la idea, conocer gente nueva, lugares nuevos y costumbres diferentes se escuchaba prometedor; pero es inevitable pensar en no querer dejar mi ciudad por mis amigos y escuela. Técnicamente tengo que empezar desde cero y en otra ciudad, no es fácil pero tampoco imposible.

Así que, el día de hoy será un buen día y comenzaré con el pie derecho. Quiero que...

- ¡Lo siento! - Un chico de pelo castaño claro se disculpa cuando ya me encontraba en el suelo por su descuido. - ¿Te encuentras bien?

Éste me toma de uno de mis brazos y me ayuda a reincorporarme.

- Claro, descuida. - Le sonrío tímidamente puesto que me acababa de dar cuenta que era muy lindo y más alto que yo.

- Estaba muy apurado por llegar a mi salón de clases que no te vi, lo siento. - Explica acomodando su mochila sobre su hombro. - ¿No quieres que te lleve a la enfermería? Podrías haberte lastimado.

Negué con mis manos apresuradamente.

- No, de verdad que estoy bien. - Di unos brincos en mi lugar para que viera el castaño que me encontraba en perfectas condiciones. - ¿Lo ves?

El mismo da una pequeña sonrisa haciendo que me sonrojara un poco.

- ¿Eres la chica del intercambio? - Me pregunta después de ver mi ropa casual y no portando el uniforme escolar como él.

- Oh, sí. ¿Cómo lo...?

- Nuestro tutor nos lo dijo. - Me explica aún con una sonrisa en su rostro dejando ver sus hoyuelos. - Al parecer estarás en nuestro grupo.

- ¿De verdad? Vaya... Qué coincidencia.

- Lo sé. - Ríe. - Vamos, te llevaré a nuestro salón.

- Claro, gracias. - Le sonrío. - Oh, por cierto, me llamo Scarlett. Lee Scarlett.

- Mucho gusto. Soy BeomGyu. Choi BeomGyu.