Capítulo 1: parte 2

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Un gélido escalofrío pasó por la columna de Jones, al leer el historial, una de las enfermeras había suministrado el mismo medicamento que él colocó para sustituir el Gen S.

—Acabamos entonces de perder la única posibilidad que teníamos con el Proyecto S?

doctor Clasmok, en efecto, con la muerte de Edward el proyecto S quedó cancelado. Se han perdido muchas vidas con él y la fachada del orfanato en cualquier momento podría caerse, será mejor seguir practicando los experimentos tradicionales hasta que la apertura de este proyecto sea factible.

Ambos se observaron y salieron de la habitación lo más rápido que pudieron.

—Mataste al niño Jones.

Cómo iba a saber que una enfermera colocaría el mismo medicamento. No fue mi culpa Clasmok, solo fue una coincidencia.

Querías ofrecerle un mejor futuro a Sara y Tamara y acabas de terminar con uno.

Me dirás que estoy loco, pero se salvaron dos vidas por el precio de una, dos vidas que nos ayudarán a prevalecer en este mundo y nos permitirá adquirir cuanto conocimiento deseemos, así que no me vengas con un ataque de moralismo que en este momento es lo que menos te queda.

Clasmok solo lo observo y poso su mano en el hombro.

Discúlpame amigo, sé que esta muerte no te es indiferente, no te hagas el fuerte. Solo fue eso una coincidencia, será mejor lucirte en esa cena.

No pasa nada Clasmok, no te preocupes por la cena, eso ahora es el menor de nuestros problemas.

Luego, los médicos se separaron y cada uno se enfocó en su área, mantuvieron la cabeza ocupada todo el día en otros asuntos, las Gemelas estaban donde tenían que estar, y ellos tenían de frente una gran oportunidad.

Al terminar sus actividades, el doctor Samuel Jones salió del laboratorio, realizando como siempre el protocolo de seguridad. Los guardias se aseguraban de que no salieran con ningún tipo de documentación extra, ni artefactos usados para la transferencia de datos.

Jones se despidió amablemente de los guardias, subió al auto y se fue camino a casa, lo único que debía hacer era estar a tiempo en el laboratorio para recoger a Katie la enfermera y brindarle una muy buena cena.

Mientras estaba en el denso tráfico de las cinco de la tarde observó una pequeña joyería, entonces, se le ocurrió algo, había pasado mucho tiempo pensando en la muerte de ese niño, claro estaba que participó en una cantidad exorbitante de experimentos con bebés, pero con los que trabajaba eran regresados al orfanato, si hubiera implementado el Gen correcto en este niño, existía la posibilidad de que continuara vivo.

Sacudió su cabeza para sacarse la idea y giró en dirección a la joyería. Su cansancio se veía reflejado en su rostro, en ocasiones pasaba encerrado en ese centro más de tres días, eran poco los momentos de libertad que poseía. Vivía retirado de la sociedad, para evitar a los vecinos y no tener que inventarse un trabajo.

Entró en la joyería, y una pequeña campana sonó, de inmediato un hombre de unos 70 años se le acercó con una sonrisa en el rostro.

Buenas tardes señor, ¿en qué puedo ayudarle?

Jones observó las manos del joyero, podían verse sus cayos, sin embargo, a diferencia de él, este lucía muy feliz con su trabajo.

Buenas tardes. respondió Jones.—busco unos relicarios, los más pequeños que tenga, idénticos de ser necesario o que se complementen, son para unas niñas.

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