único

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Suspira.

Cierra los ojos mientras su cabeza se arroja hacia atrás, dejando a la vista su cuello largo y los cabellos café claro cayendo como cascadas. Era de noche, tal vez de madrugada, solo quería disfrutar de la brisa nocturna un momento, para no ahogarse en un habla sin sentido ni emoción. Abre sus ojos y mira el cielo; las estrellas eran opacada por las grandes nubes que los surcan e inundan. "Lástima" pensó, si hubiera sabido que hoy estaría nublado no tendria porqué haber salido de su casa.

Pero que importa, ahí estaba, y escuchaba un murmullo que pronto se aproximaba a él, hasta al fin atrapar la frase.

—¿Qué  sería estar en el espacio? Te imaginas Jimin-ssi, ver la tierra desde la luna.

—Sería deprimente, sí, deprimente ver el mundo poblado de seres egoístas, matándose. En definitiva sería cruel ver como las personas matan y se matan —miro de reojo al menor que rápidamente desvió sus ojos, incrustandolos al piso, nervioso. En parte sabía que lo estaba destruyendo con palabras, y que lo último que iba a mencionar, iba a destruir al chico sensible que le hacía compañia—. Es morboso pensar que ver la tierra desde el espacio es hermoso y romántico.

Jungkook se removió incómodo, Jimin lo notó. No entendía porque no podía dejarse querer por el menor, Jimin lo amaba, lo ama y anhelaba correr y estremecerse entre los brazos de su novio, pero había algo de él, de su memoria y recuerdo que lo hostigaban a comportarse de forma cruel, y a pesar que el comentario hizo que se deleitará al imaginar vista tan preciosa, su boca no paraba de lanzar palabras dañinas.

Lo sabía, sabia que su relación iba de mal en peor.

Su mano alcanzó las papas fritas de la bolsa y empezó a comer de forma perezosa, mientras el sonido del mar chocaba en sus oídos.

Era una madrugada dulce y triste de invierno.

—Jimin-ssi —susurros con timidez del menor llegaron nuevamente a él— ¿me dejas papas? —pregunta, pesé a que las papas la había comprado él.

—No, allá hay galletas de coco —dijo el peli castaño, mientras ingería las últimas papitas que no tenían la culpa de nada, y se las comió sin importar de que estaba saciado, obligando a su estómago a hacer espacio para no darle el gusto a su pequeño novio, y también porque sabía que las galletas de cocos era la que más detestaba Jungkook —. De todas forma, las de coco son tus favoritas, amor.

No, no sabía cuando iba a parar, a pesar de que por dentro sufría al ver a Jungkook con su cara tan triste, aunque disimulaba todo tras una gran sonrisa. No podía parar de hacerle daño... y Jimin se odiaba por eso, se odiaba saber que el chico le mentía, se odiaba porque entendía que significaba cada gesto que hacía, cada actitud, cuales eran sus límites y sus gustos, se odiaba por saber y conocer tanto de él.

¿En qué  momento Jungkook se fundió tanto en su ser?

—¿Por qué mierda comes esa cosa si no te gustan? —mascullo con enojo—. Acaso ya ni siquiera sabes quién  eres, por qué, por qué  no te enojas conmigo y me mandas a la mierda, me dejas botado y te vengas de todo lo que he hecho estos meses.

Jungkook solo río de manera ligera y suspira. Su cabeza se mueve de izquierda a derecha, consiguiendo que su cuello tronara.

—Es por que te amo, Jimin—soltó para besar su frente —. Te amo demasiado para dejarte así de fácil.

Jimin se muerde el labio, era repulsivo sentir "eso", maldice su vida.

—Adios Jungkook, si tu no me dejas, yo te dejaré.

Toma sus cosas lo más rápido, cuelga su mochila en la espalda para caminar por la carretera vacía, a kilómetros de la ciudad, para irse del humedal. Recorre lo más veloz que puede, en un momento no sabia que estaba corriendo mientras lloraba, dejando atrás al que creía que era el amor de su vida.

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⏰ Last updated: Jan 01, 2020 ⏰

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perdón; kookminWhere stories live. Discover now