Girasoles

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Fue una suerte que Anthony se haya despertado tan tarde ya que el desayuno de esa mañana fue un rotundo desastre.

Una niña nueva, de ojos azules y cabello corto completamente negro, en un ataque de malcriades, tiro un jarrón con las flores favoritas de la Monja madre casi en toda su cara, de no ser por otra monja que previo el ataque y la alejó, tal vez su rostro pudo verse afectado.

Apenas la vio ingresar al orfanato supo que causaría problemas, eso le confesó  lilith, la monja pelirroja de ojos manzana, y era la única de todas que no le prestaba cariño, pese ser muy tierna, ha de admitir que muy linda y bajita, su edad era la misma que la del chico, parecía de 6 pero en realidad tenía ya 11, tenia la percepción de que ella estaba consciente y lo hacía aproposito, era indignante que todos ignoraban que el mismísimo diablo rondaba por los pasillos y era nada mas que ella.

Crowley tampoco le agrado al principio, pero luego noto que era un poco parecida a él, los niños la distanciaban mas por miedo que por otra cosa, y le tenían envidia por lo linda que era, y ella esto poco le importaba también, era un sentimiento que compartían los dos. Cada vez que Crowley sale a jugar ella también lo hace pero por la parte sur del orfanato a hacer quien sabe qué. Nunca se han dirigido la palabra y tampoco se han tomado la molestia de hacerlo, hacen todo lo posible por no toparse y tan solo se han visto en los pasillos.

Ese mismo día, la monja madre, triste, se acerco al joven Crowley apenas que despertó, implorandole que por favor le buscará unos Girasoles, su flor favorita, y se los trajera para su nuevo jarron. Crowley no pudo negarse, y sabía perfectamente que ella se lo pedía porque el pelirrojo tenía una buena selección y sabía exactamente dónde buscar, claro no le gustaba arrancarla de sus tallos, pero no pudo negarse a la propuesta de la monja de regalarle una radio a cambio.

Crowley llego mas tarde lleno de tierra, con una cesta llena de las más hermosas girasoles, y dentro de sus bolsillos guardaba semillas de otras flores y de las mismas para sembrarlas en el patio, así no habría problema si se marchitaban. Claro que, en poco tiempo la monja cumplió su parte del trato y le otorgo una muy pequeña radió que el recibió con mucho cariño.

Cuando llego la estación en la que las flores salen a desfilar sus pétalos, el niño corrio sin darse la molestia de ponerse sus zapatos a ver su jardín "secreto" con radio en mano y sonando a todo volumen "Don't Stop me Now".

Ese jardín estaba muy detrás del árbol de la colina. Notó que ahora se veía deslumbrante, más colorido, con vida, tal vez lo que dijo ese periódico era cierto sobre que las plantas sentían, y mimarlas dan buenos frutos pero a Crowley eso le parecia muy lento por lo cuál estaba decidido a poner en marcha otro metodo de hacerlas crecer... A la fuerza.  

Mientras regaba sus "no me olvides" empezó a formularse su futuro, y fue ahí que finalmente vio más allá de lo que sería de grande, e inevitablemente le encantó, sonrió ante la idea y los escenarios que se imaginaba en su cabeza, ahora tenia una razón y un paraíso el cual alcanzar.

Entonces una voz de un acento británico bien marcado sonó sacándolo de sus pensamientos.

—¿Ese es tú jardín, querido?—.

Crowley volteo y se exaltó por la abrupta presencia de aquella persona provocando que su regadera cayera al suelo y se rompiera. El pelirrojo se trago algunas blasfemias que leyó en un libro al ver sus plantas llenas de agua, sería un milagro sí ninguna se haya ahogado. Era su lugar secreto y NADIE podía estar ahi, pero tarde o temprano un niño o una monja lo descubriría, así que ya se estaba formulando una explicación.

Pero era el señor de aquélla Navidad de hace 3 años, aún lo recordaba, pensó por meses que tal vez ese encuentro fue un producto de su imaginación, pero nunca lo afirmó, ya que sabía que su imaginación no tenía porqué imaginar algo así, era mas creativa que eso. Lo observo con los ojos entrecerrados y notó que sus vestimentas estaban mas oscuras que antes y su cabello ahora era de un color ceniza, pero sus ojos, seguían siendo de ese hermoso y bello azul.

Fragmented Memories [|Ineffable Husband|]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora