I n v i e r n o

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A sus pobres pero felices siete años, un pequeño y joven niño de sublime y larga cabellera roja, ocasionalmente se dirigía entre los pasillos de un hermoso estructurado orfanato cristiano, con la esperanza de encontrarse con una Monja y pedirle casi de rodillas que le diera un pedacito chiquitito de su tiempo para contarle un cuento, y debido a la ternura que irradiaba el pequeño Anthony, ninguna lograba negarle tal petición. Pese a que el joven se había leído como diez veces la biblia y la mayoría de libros de donde sacaban las monjas las historias, él aún lo hacía, casi todos los días, ya qué era muy distinto contar un cuento que leerlo y la experiencia de ver y escuchar la misma historia pero en modos tan alternos, le fascinaba.

Un día, una de las monjas, la mas traviesa pero amable y bella de todas, se acerco al niño y le narró un fragmento del libro que ella estaba leyendo, Crowley por un tiempo la vio como un amor platónico pero tarde o temprano llego a observarla como una hermana, dado que eran muy similares, el rojo de su cabello tenía la misma intensidad que el del niño, y sus ojos eran de un verde manzana muy brillante, peculiares como los de Crowley, que eran amarillos, un color que no es para nada común. Le fue difícil leer y recordar la portada del libro para buscarlo el mismo en la biblioteca ya que estaba boca abajo, pero recordaba cada palabra y cada artículo de aquel libro.

Se trataba de un ángel que se interesaba en una hermosa doctora de ojos azules, y esté al final se termina enamorando de ella hasta al punto de caer con tal de estar juntos, pero al final está fallece, Crowley ese día se enojó bastante por aquél y trágico final, no era justo, estaban destinados desde el principio y ese ángel había caído solo para que la razón de aceptar su humanidad muriera poco después, se encontraba demasiado indignado y furioso, tanto que la joven monja trató de explicarle el verdadero mensaje del libro sobre la vida para que se traquilizara pero este insistía con sentirse enojado al respecto, refunfuñó y le hablo de manera grosera a monjas por varios dias sobre ello. Poco después en la soledad de su recámara se dio cuenta que se tomó demasiado a pecho aquel libro, si, era injusto, pero era un cuento, una historia de ficción, y fue demasiado poético y hermoso, la muerte de la doctora fue necesaria para demostrar un mensaje mas importante, el porqué se lo había tomado tan personal le fue desconocido entonces.

Más tarde, en vísperas de navidad, sus compañeros de orfanato se obsequiaron mutuamente regalos hechos a mano por ellos mismo, Crowley en su caso, no se presentó aquél día en la entrega de presentes, le parecía muy aburrido y sabía que no le regalarian nada puesto que era la oveja negra del lugar, a los niños les parecía raro un varon con cabello largo, mas que el de las niñas que siempre iba descalzo por todos los pasillos y que salía al bosque a hacer que sabe qué, en vez de quedarse en el horfanato y esperar que le adoptaran, pero al parecer no le parecía preocuparle. Cabe aclarar que también habían celos de por medio, además de que el joven tenia rasgos tan peculiares y bien finos, era un niño bien lindo a comparación de todos los de allí.

Las monjas amaban la actitud entusiasta del niño, era vidente el favoritismo pero muy bien sabian las monjas que Crowley estaba disfrutando sus días como niño con mucho regocijo, podrían decir que la infancia del chico parecía mas bella que cualquiera de la que fue la de aquellas mujeres. Ellas murmuraban que el comportamiento de él sería el mismo que tendrían ellas si por solo un día fueran niñas de nuevo, viviendo su juventud cada hora y segundo como si siempre hubiesen carecido de ser un niño.

Ese 24 de Diciembre, en los ventanales de cristal se asomaban con anhelo, niños que desde la calidez de sus cuartos observaban al pequeño Anthony jugando y saltando entre la nieve con muchos abrigos y ropa encima pero sin zapatos, estimando que por ello agarraría despues un fuerte resfriado, pero la resaca de aquella diversión aún no sería vigente ese día, valía la pena para el pelirrojo disfrutar una noche tan mítica como esa de una manera que jamás olvidaría. Ninguna monja se dio la tarea de detenerlo o llevarlo adentro, sabían bien que el estaba consciente de sus actos y no tenía a donde ir, además que tenia la costumbre de ser de mucha confianza, y que jamás se acercaría a un extraño por nada del mundo, pero esa noche, fue bastante desigual a las demás.

Fragmented Memories [|Ineffable Husband|]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora