El comisionado pasó por su lado y se dirigió a la puerta con mucha cautela para salir de la propiedad. Kate estaba en un estado de shock ¿Por qué lo había hecho realmente? ¿De verdad Arthur era su hermano? Esto podía explicar el hecho de que a pesar de todas las cosas terribles que este payaso había hecho, jamás pudo deshacerse de él. Solo le hubiese encantando poder haber estado ahí, saber qué fue lo que realmente ocurrió esa noche.

Pero ¿Qué había ocurrido aquella fatídica noche?

Luego de haber abierto aquel paquete, Bruce se dispuso a quemar el contenido del mismo. Estaba harto, ya no podía seguir lidiando con toda esa carga del pasado. Esa carga que juraba había dejado atrás. De pie frente a la hoguera en la que había convertido su chimenea, fue como si todo le hubiese venido encima, como si cada golpe, cada caída, cada broma, cada perdida, lo estuviese viviendo otra vez, todo a través del fuego. Esto fue como el punto de inflexión, el punto de quiebre para su débil cordura. Ya no quería seguir viviendo con todo esto, ya no quería seguir atado al pasado, y si acabar con su vida era la única salida, era el camino que seguiría.

Cualquiera podría pensar que era la decisión más cobarde, pero si tan solo supieran todo lo que pasaba por su cabeza, todo eso por lo que había pasado a lo largo de su vida, quizás le entenderían. Entonces, en esa soledad total, se dispuso a poner todo en orden, no podía dejar un cabo suelto, no estaba dispuesto a dejar un cabo suelto. Lo último que hizo antes de entrar a su habitación, fue escribir aquella carta que dejó para Kate, estaba convencido de que ella sí lo entendería. Sabía que sería doloroso, pero lo entendería.
Y así lo hizo, cerró la puerta de su habitación y lo arregló todo. La luz eléctrica no dejaba de bajar, la tormenta era terrible, quizás una de las más fuertes de los últimos tiempos. Era como si la naturaleza supiera lo que estaba pasando ahí adentro, en su cabeza y llorara esas lagrimas que él no se permitía derramar.

Pero algo mas ocurrió, cuando aquella inyección letal estaba a punto, la luz volvió a bajar, pero dejando completamente a oscuras todo el lugar por algunos segundos. Bruce se mantuvo sereno, calmado. Cuando la luz volvió a encenderse, una mediana sonrisa, llena de ironía, se dibujó en sus labios. Sabía que detrás de él había alguien, sabía que detrás de él estaba Arthur.

—Ni voy a molestarme en cuestionar cómo entraste hasta acá. –Dijo con mucha calma el anciano Wayne sin siquiera voltear, pero esa risa tan irritante hizo que sus dientes chirriaran. Jamás creyó que volvería a escuchar esa risa-

—Yo, por lo contrario, no he dejado de cuestionarme cómo seguiste con tu vida como si nada hubiese pasado. –Bruce volteó con lentitud-

—Fue liberador el creer que todo había terminado. Pero al darme cuenta que no fue así, volvió todo una pesadilla. Una más oscura de la que ya estaba viviendo.

—¿Tan terrible es mi presencia en tu vida? –Preguntó con un tono burlón-

—Se acabó Arthur. Ya no puedo más, este juego enfermizo acabó conmigo. Y acaba conmigo.

—¿Esta es una especie de acertijo? Porque me desconcierta un poco que…

—No es un acertijo. Te estoy diciendo que se acabó, que yo no voy a seguir con esto. Cuando te creí muerto, el juego había llegado a su fin, o eso creí, porque aquí estás. Pero si ese es el único modo de ponerle fin a todo, yo estoy dispuesto a hacerlo. –Joker volvió a reír-

—¿Piensas matarme? ¿Eso no va en contra de tus principios, de tus leyes?

—No pienso matarte. Pienso matarme. –La sonrisa en el rostro del bufón se fue borrando ¿Qué acababa de escuchar? - Esa es la única forma de estar completamente en paz.

—¿Qué estás diciendo? Se supone que el loco soy yo, bueno, es algo de familia, pero se suponía que tú eras el cuerdo, el que jamás hubiese pensado en algo como esto para… ¿Serias capaz de acabar con tu vida solo para librarte de mí? –Esta pregunta la hizo con preocupación- Yo soy el único que realmente se preocupa por ti.

—El mundo no gira a tu alrededor Arthur. Aunque eso es lo que siempre deseaste, yo te daba esa atención, hacía que la gente te diera esa atención. Pero esto no tiene que ver completamente contigo. Esto es algo que tiene que ver conmigo. Mi vida es un chiste, siempre lo ha sido, uno en el que yo mismo me he envuelto al no tener el valor de darle fin cuando debí. Eso cambia esta noche, estaba escrito.

—Es egoísta de tu parte. Si tú mueres ¿Qué hago yo ahora? Creo que estuve toda mi vida buscando un objetivo falso, al final solo hacia todo para pertenecer a la familia, tal y como debía ser. Lastimosamente, este fue el único modo de encontrar el contacto con mi hermano.

—Tarde para darse cuenta de ello. Una vez te ofrecí mi mano, y te negaste a aceptarla, te reíste, como siempre. Ahora ya se acabó, ya no voy a dar un paso atrás, ni uno hacia adelante, solo voy a lanzarme para terminar con esto. –Hubo un momento de incomodo silencio, ambos solo se miraban-

—¿Entonces? ¿Es realmente el fin? –Bruce asintió- Entonces el juego terminó completamente. Es una pena, pero al menos estoy aquí. Eso me reconforta. –Bruce asintió con una pequeña sonrisa en el rostro. Era aceptar completamente el final. -

Bruce tomó aquella jeringa, y sentado viendo hacia la ventana, a aquella implacable lluvia, se colocó la inyección. Arthur se posó frente a él y asintió. Poco a poco Bruce empezó a sentir que perdía la movilidad, así que aprovechó para decir sus últimas palabras.

—Te veo en el infierno.
Dicho esto, quedó completamente paralizado. Sus ojos aun abiertos veían fijamente a Arthur. Era irónico que la última imagen que haya visto haya sido la de él, que sus últimas palabras, se las haya dicho a él, era muy irónico. Pero más irónico era, que a pesar de todos esos años de persecuciones e intentos “fallidos” de asesinato, esto no dibujaba una sonrisa en el rostro del Joker, esto no era lo que realmente quería. Esto le dolía de una forma que jamás pudo imaginar. Y ahí se quedó, hasta el último aliento, no podía dejar que el mundo creyera que Bruce Wayne había escapado de su vida, había más honor en que todos creyeran que había sido asesinado antes de que supieran que se había quitado la vida. Por un momento tomó su mano y la cubrió con la suya, era increíble, ya no había nada que hacer, sentía que su camino también había terminado.

Con mucho pesar besó la frente de su hermano mientras dejaba caer una lagrima.

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