JUN [Junhao]

XXV

Cuando conocí a Hoshi casi era navidad. Fue en una plaza comercial, había niños alrededor gritando y corriendo, Jun tenía que trabajar en el pequeño escenario firmando autógrafos, por suerte a mi me dejaron ir diciendo que sería cruel tenerme ahí sin hacer nada, o quizás solo querían librarse de mi, no lo sé. De cualquier modo yo caminaba alrededor observando las tiendas de regalo decoradas de rojo blanco y verde, hasta que vi el pequeño stand de santa.

Era un pequeño escenario adornado con una casa cubierta de nieve, renos y un trineo, en el centro había una silla y ahí estaba un joven santa clouse recibiendo a los niños con una linda sonrisa, sus ojos eran rasgados y el reloj sobre él no se movía, siempre marcaba las 10 10. Yo me acerque por mera curiosidad, nunca había visto un santa tan joven.

"Jo, jo, jo" rió el santa alzando a una pequeña niña. "¿Qué vas a pedirle a santa Hosh como regalo de navidad? Pequeña"

"¡un hermanito!" gritó la niña y la madre se puso roja.

"Ten un dinosaurio" Santa Hosh tomó un peluche de dinosaurio del gran bolso de regaños que tenía a su lado.

"Pero..."

"¡Jo,Jo,Jo! ¡Siguiente!"

La niña se fue arrastrando su dinosaurio, yo no pude contener la risa, y me reí tan alto que santa volteó a verme. Me sonrió.

"¡Santa, yo quiero un helicóptero!" un niño gordo saltó sobre las piernas de Santa.

"Ummm... Justamente tengo un helicóptero para un niño bien portado" Santa no se demoró en encontrar un helicóptero de juguete.

"¡Yo quiero uno real!" gritó el niño.

"Ponlo en agua, viene deshidratado" Y Santa Hosh sacó al niño de su regazo.

Una chica se acercó murmurándole un par de cosas y Santa se puso de pie quitándose el sombrero, se apartó de la silla y alguien más llegó vestido igual para tomar el puesto. Era buen momento para irme, así que di la vuelta.

"Se me ha escapado un reno ¿lo has visto?" Preguntaron a mis espaldas y yo giré. Un dedo tocó la punta de mi nariz. "Oh, creo que lo encontré"

No comprendí hasta que me miré en el reflejo de una pared. Había pintado mi nariz de rojo, y no sé porque me eche a reír.