El fin de la maldad

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La princesa de pelos claros, se encontraba peleando con una joven de casi su misma edad. Estaba desarreglada y furiosa.

—¡Kovu!—Gritó la de ojos rojos al ver a su pareja.

—Hola, princesa—Sonrió el moreno y empujó a la joven contraria para que se aleje de Kiara.

Kiara dibujó una sonrisa. Pero despareció cuando vio a Zira a punto de atacar a su padre.

—Papá...—Susurró preocupada.

Las guerreras de la tribu ya habían empezado a atacar. Era un gran batalla. ¿Quién iba a quedar de pie?

—¡No!—Kiara se opuso entre su padre y Zira. Agarró una lanza del suelo y comenzó a pelear con la mayor durante un largo rato.

—¡Princesa de-!—No terminó de decir la frase. Kovu, con mucha pena, la mató con una navaja por detrás.

—K-kovu...—Susurró la mayor antes de caer al suelo con un charco de sangre y... Muerta.

El de ojos verdes soltó la navaja sin dejar de mirar a su madre.
La batalla se había detenido. Todos estaban viendo aquella escena.

Algunos quedaron boquiabiertos, otros estaban asustados.

—Kovu—Susurró la princesa acercándose a su pareja y besándolo. Él no dudó ni un segundo en corresponder. No les importaba que los vieran, necesitaban hacerlo.

Ambos clanes estaban desconcertados viendo aquella escena. La princesa de Pridelands besando con ternura al hijo adoptivo de Scar.

Simba quedó petrificado por la escena. Su madre, la de ojos claros, sentía felicidad y algo de miedo por lo que su esposo vaya a pensar.

Kion soltó un grito de felicidad con una sonrisa, el hermano mayor solo miraba desconcertado. Al igual que Nuka y que todos no entendía lo que ocurría.

Cuando al fin ambos se separaron del beso, Kiara se retorció de dolor. La parte de su pecho tenía sangre. Ella se agarró de ahí y Kovu la miró asustado. Zira había logrado lastimar a Kiara.

El de ojos verdes la agarro al estilo princesa y empezó a correr hacia el palacio. Kiara soltaba leves quejidos y gemidos de dolor.

—Por favor, resiste.—Gritó su pareja corriendo más rápido aún.

Todos, sean de la tribu o no, los siguieron. Sus padres corrían rápido también, pues les preocupaba la salud de su hija.

Cuando llegaron, el curandero Rafiki, muy amigo de la familia real, agarró a la princesa.

—¡Kiara!—Exclamó.—Makini, corre.—Llamó a su asistente y fueron hasta la gran habitación de la princesa.

Allí, la colocaron delicadamente en la cama. Ella casi no podía hablar, sentía como todo se iba oscureciendo lentamente. Cerró sus ojos y todos se quedaron mirando a la joven.

Kovu, el cual estaba al lado de su cama con em viejo Rafiki, estaba con sus ojos llorosos.

—K-kiara...—Susurró su madre.—Por favor...

—Necesito que todos salgan de la habitación, ahora—Dijo el curandero—Necesito que se retiren.

Todos suguieron las instrucciones de Rafiki menos Kovu. Se quedó ahí mirando a su amada en la cama.
Kopa le tocó el hombro y susurró.

—Vamos...—Su rostro mostraba tristeza también.

Ambos se retiraron. Todos estaban afuera con el corazón en la boca por aquella princesa.

—Por favor, no puedes morir—Susurró el de ojos verdes sentado en el pasillo juntos a los demás. —Mi princesa...

—Kovu.—El padre de su pareja lo llamó. —Yo... No sabía de lo suyo.

El de ojos verdes se levantó, secó sus lágrimas rápidamente y se puso firme frente al líder.

—Perdone, señor—Susurró bajando la cabeza como forma de respeto.—Su hija y yo teníamos miedo de que se enoje y nos separe.

El mayor levantó la mirada del menor.

—¿Enojarme? ¿Por qué lo haría? Durante estos meses en el palacio has demostrado ser un joven con un corazón de oro.—Sonrió levemente—No te dejaste influenciar por los malos deseos de tu familia. Y cuando te ví hoy como agarraste a Kiara y corriste hasta aquí sin preocuparte por nada más que ella, supe que eres digno de mi hija.

—Gracias, majestad.—Hizo una leve reverencia con una pequeñita sonrisa.

—¡Nada de majestad!—Dijo el líder—A partir de ahora me dirás Simba o suegrito—Le dió un apretón de manos.

La madre de la joven, la cual estaba al lado de su esposo, se encontraba triste como todos. Aún así se acercó al de ojos verdes y lo abrazó.

—Gracias por traer a Kiara rápidamente—Le dijo.

—No es nada, Nala—Correspondió—Es mi deber cuidarla.

"Si tan solo Kiara viera que sus padres me aceptaron..."-Pensó Kovu.

͠s͠ᴏ͠ʟ͠ᴏ ͠ᴀ ͠ᴛ͠ɪ ͠ᴛ͠ᴇ ͠ɴ͠ᴇ͠ᴄ͠ᴇ͠s͠ɪ͠ᴛ͠ᴏWhere stories live. Discover now