Epílogo

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Nueve meses más tarde, nacieron nuestros pequeños, Ryan y Bailey. A Anthony se le caía la baba con ellos, y yo adoraba verle así. Semanas más tarde, mientras nuestros bebés dormían, y yo veía la tele, Anthony me obligó a levantarme y a ponerme guapa. Cuando acabé de arreglarme, llegó Amber.

-Amber, ¿qué haces aquí?

-Viene a cuidar a los mellizos.- Anthony apareció en la puerta.- Nos vamos a cenar.

-Anthony…

-No acepto un no por respuesta.

Sonreí y, tras darle a Amber todas las indicaciones necesarias, nos fuimos. Llegamos al restaurante y cenamos. Luego, nos fuimos a dar un paseo. Para mi sorpresa, Anthony me llevó al parque en el que nos vimos por primera vez y se puso de rodillas. Me llevé una mano a la boca.

-Jackie, nos conocemos desde hace más de tres años y llevamos dos y tres meses saliendo. Eres la chica más guapa, especial, inteligente y buena que conozco, además de que eres la madre de mis hijos. Hace un año, te prometí que te daría un cuento de hadas y eso estoy haciendo, o intentando. Así que, Jacqueline Gabriela Augusto, ¿quieres convertirte en la señora Ladao?

-Sí. Sí, sí, sí.- me lancé a su cuello y le besé.- Te quiero.

Se levantó y a mí con él. Volví a besarle y me miró a los ojos.

-Recuérdalo siempre…

-…Me muero si te vas.

Me muero si te vas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora