Capitulo 7.

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Un año más tarde.

Miré el calendario y me pareció increíble que el tiempo pasara tan rápido. Sacudí la cabeza y volví a concentrarme en el pavo que estaba en el horno. Me había comprometido a preparar la cena de Acción de Gracias. Además, al día siguiente era mi primer aniversario con Anthony.

Cuando estuvo listo el pavo, lo saqué del horno y Amber empezó a decorarlo, mientras yo subía a arreglarme. Me duché, me ricé el pelo y me maquillé un poco. Luego me puse un vestido con una rebeca y unos botines de tacón.

Cuando estuve lista, bajé a la cocina y Amber y yo acabamos los preparativos de la cena. Cuando todo estuvo perfecto y todos sentados a la mesa, aparecí con el pavo. Lo dejé en el centro de la mesa y me senté al lado de Anthony.

-¿Estás bien?- me preguntó, al ver una mueca de dolor.

-Sí. Solo me duele un poco la espalda.- le sonreí y me apretó la mano.

-Chicos, me gustaría bendecir la mesa, si no os importa.- intervino Catherine, la novia de Eric. Asentimos todos y nos cogimos de la mano.- Bendícenos, Señor, y bendice estos alimentos que por tu bondad vamos a tomar. Te damos gracias por todos tus beneficios, así como también por permitir que estemos todos hoy aquí reunidos, -Miré de reojo a Anthony, que estaba a punto de reírse y le di una patada por debajo de la mesa.-  alrededor de esta mesa, a punto de disfrutar los alimentos que Amber y Jacqueline han preparado. Bendícenos señor, que reinas en los cielos. Amén.

-Amén.- dijimos el resto al unísono.

Cenamos y luego, al ver la cantidad de comida que había sobrado, se me ocurrió una gran idea. Envolvimos la comida y Amber, Catherine y yo, la llevamos al Grace Hospice, un orfanato que había cerca.

Cuando volvíamos a casa, una gitana que vendía laurel, nos paró en la calle. Me miró de arriba abajo y detuvo su mirada en mi tripa.

-En ese vientre se desarrolla una vida. Hazme caso.- luego les dijo algo a Amber y Catherine, pero no presté atención.

Llegamos a casa, subí a dejar el bolso y luego volví al salón. Los chicos estaban jugando a la X-Box, como de costumbre. Me senté en el regazo de Anthony y me abrazó. Al rato, subí a acostarme, últimamente estaba muy cansada, pero al desvestirme, me quedé delante del espejo. Me puse de lado e intenté imaginarme embarazada. Justo en ese momento, entró Anthony y me abrazó por detrás.

-¿Qué haces?

-Comprobar que no tengo ningún chupetón.- Anthony empezó a darme besos por el cuello y, al apartar el pelo, se quedó quieto, mirándome la nuca.

-Siempre me ha gustado ese tatuaje.

Me giré y le besé. Poco a poco, fui llevándole hacia la cama, pero calculé mal la distancia y tropezamos con el borde antes de lo esperado. Empecé a reírme y Anthony volvió a juntar nuestros labios para callarme.

Una hora después, estaba boca abajo en la cama y Anthony de lado, recorriendo la línea de mi columna con los dedos.

-¿Me vas a contar lo que te pasa? Estás como en tu mundo.

-No es nada momma dance.- se rio.- Estoy pensando en algo que me dijo una gitana cerca del orfanato.

-¿Qué dijo?

-Nada.

Me tumbé de lado, dándole la espalda a Anthony, que me abrazó. Empezó a cantarme Nothing Lasts Forever al oído hasta que me quedé dormida.

A la semana siguiente.

Me desperté, miré el calendario y bajé a desayunar. Al abrir la nevera, me llegó un olor a huevos que me provocó nauseas. Fui al baño justo cuando Anthony bajaba las escaleras. Entró en el baño detrás de mí y me sujetó el pelo. Luego, me senté en el suelo.

-¿Estás bien Jackie?

-Sí. Solo ha sido el olor de…- de repente caí en la cuenta.

-De…

-Anthony.- me levanté del suelo y él me imitó.

-¿Qué?

-Me duele la espalda, estoy más cansada de lo normal, y el olor de los huevos me provoca nauseas.- Anthony me miró, ladeando la cabeza.- Y no hay ni rastro de “Amapola” desde hace tres meses.

Anthony me miró y asentí. Me abrazó y empezamos a reírnos. De repente Anthony me bajó al suelo.

-¿Lo sabías desde hace tres meses, y no me has dicho nada?

-Quería evitar que nos hiciéramos ilusiones antes de tiempo. Los tres primeros meses son de riesgo.

-Ahora, es seguro que vamos a ser padres.- Asentí y le besé.- Hay que ir al médico y avisar a los demás. ¡Vamos a ser padres!

-Tengo un poco de miedo. ¿Y si no soy una buena madre?

-Vas a ser la mejor madre del mundo.

Al día siguiente, nos fuimos a la ginecóloga. Estaba haciendo la ecografía cuando se quedó mirando fijamente el monitor.

-¿Está todo bien?- pregunté preocupada.

-Sí.- nos miró y giró el monitor.- Pero hay una sorpresa.

-¿Qué sorpresa?- Anthony me dio la mano.

-Hay dos futuros bebés.

-¿Dos?

La doctora asintió y yo miré a Anthony. Sonreímos y nos dimos cuenta de que nuestra vida, acababa de entrar en una nueva fase. 

Me muero si te vas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora