Ambas dieron un pequeño brinco sobresaltadas y Ren rió antes de saludarlas con la mano.

―No me miréis así, yo también tengo curiosidad por saber qué esconde Triz en su móvil.―habló Ren, ella y Ann intercambiaron miradas y se encogieron de hombros. Nunca venía mal una ayuda extra.

Tras una breve charla llegaron a la conclusión de que lo mejor era distraer a Triz y robarle en ese momento. Salieron de bajo la mesa y cada uno se dirigió a su posición.

―Creo que deberíamos tener una cita.―al escuchar eso dio un traspiés y a punto estuvo de comerse el suelo, gracias al cielo Damián la sostuvo del brazo.

―¿¡Pero qué dices?!―preguntó sobresaltada encarándolo.

―Que mañana vamos a ir a la pista de patinaje y tendremos una cita y por fin admitirás que me amas.―declaró él mirándola fijamente, ella rodó los ojos.

¿¡Por qué se había enamorado de ese mandón?! Como pillase a Cúpido le iba a dar una paliza.

―No voy a...

―Por favor.―susurró Damián, ella parpadeó sorprendida y él siguió mirándola fijamente con cara desesperada, fue entonces cuando recordó lo que pasó la última vez que se vieron.

Había reconocido que Ren le gustaba y aunque eso seguía siendo cierto, el sentimiento por el japonés se había visto eclipsado por sus sentimientos por Damián. Ren le gustaba, era bueno con ella y una gran persona pero no había química entre ambos, no como la que existía entre Damián y ella.

Miró de reojo hacia Ren, debía hablar con él cuanto antes.

―Me lo pensaré.―esa respuesta pareció bastarle a Damián que sonrió contento antes de asentir.

―Genial, ya verás "Oye, oye" después de nuestra genial cita olvidarás esas ideas estúpidas como que Ren te gusta.―dijo Damián con entusiasmo, deslizó su mano por su brazo hasta tomarla de la muñeca y tiró de ella hacia una de las mesas donde habían puesto las bebidas. Luego volteó hacia ella y ladeó la cabeza.―Estás un poco colorada, ¿cuánto más tiempo vas a estar en estado de shock?

―El que me dé la gana.―respondió de mal humor sabiendo que el aumento de color en sus mejillas era culpa de ese idiota porque cada vez era más consciente de él.―¡Y ya suéltame!

―No te preocupes, yo cuidaré de ti como cuando te...―pero Damián no pudo continuar ya que le metió un puñado de patatas fritas en la boca.

Si le volvía a recordar esa maldita noche y como él la cuidó, lo mataría.

―¡Que me matas mujer!―exclamó Damián entre tos, ella lo ignoró y Damián tomó el primer vaso que vio y se puso a beber como loco.―Que mala novia eres.

―¿Novios?―preguntó su madre con ilusión ella la miró horrorizada pero desgraciadamente no pudo interceptarla antes de que saliera corriendo hacia su padre y los señalase con emoción.

―¡No somos novios!―exclamó pero sus padres hicieron oídos sordos y los saludaron con efusividad.―Increíble.

―¡¿Qué acabas de decir?!―gritó Sonia, rápidamente volteó hacia Ann y la encontró haciéndole señas hacia Triz.

Bueno, ¿hay alguna distracción mejor que las peleas de Dan y Sonia?

―¿Dónde vas?―preguntó Damián.

―¡Al baño!―gritó frustrada extendiendo las manos al cielo.

―Vale, ¡pero no tardes!―gritó Damián mirando hacia los lados como si buscase a alguien.

Cállate y Bésame (TQST Libro #2)© [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora