Mate

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Amanecí añorando,

el mar entre mi cuerpo,

la brisa sobre mis cachetes,

y el sonido de la hamaca.



Desperté con la sensación

de un bollo de pescado,

y el olor del maní recorriendo

mis papilas gustativas.



Y reaccioné...

seguía en Buenos Aires

oliendo medialunas,

rebuscando la bombilla para el mate.



Y rebusqué más,

ya no estaba yo.

No sabía quién era,

no reconocí el espacio de tiempo.



Amanecí añorando,

el bolón con café,

el encebollado con chifle,

y el calor de Guayaquil.



Desperté con la sensación

que nunca me fui,

y que siempre estuve ahí

abrazando pedacitos de mí.


Y rebusqué la bombilla,

cebé un mate más

y pensé que tengo más aquí

de mí de lo que creí.


Annette C.M.

Madrugadas tibias [Colección de poesía]Where stories live. Discover now