CAPÍTULO 1. Recuerdos

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Claro que eso ella no lo sabía al principio, así que al momento tuve que calmarla después de un ataque de pánico ante mi sorpresa, aún no superaba su horror a los regalos, principalmente cuando esos regalos venían de mí. Le rogué por varios minutos que me escuchara, y al final fui capaz de explicarle la razón de dos autos en lugar de solo uno. Alice y yo habíamos estado de acuerdo en conseguirle un Mercedes Guardian. Había tenido que convencer a Alice de ayudarme a conseguirlo ya que el auto en cuestión no estaba en venta aún en Estados Unidos, ni siquiera en Europa; era el auto perfecto para Bella, mientras llegaba el día en que dejara sus días mortales en el pasado.

Cristal anti-misiles y 4000 libras de carrocería blindada, Un motor biturbo de 12 cilindros y 517 CV que le permitiría escapar de cualquier situación comprometida, además, esa versión Guardian tenía un nivel de resistencia B6/B7, lo que implicaba ser inmune a pequeños proyectiles y proteger frente a fragmentos de granada. Además, neumáticos anti-pinchazos, depósito de gasolina auto-sellado y sistema de extinción de incendios. Exagerado. Me decía a mí mismo al tiempo que Alice lo pensaba también.

¿Para qué querría, no, para qué necesitaría Bella todas esas características reunidas en un solo carro? Sabía que ningún proyectil o granada caerían disparadas sobre su cabeza. Odiaba la alta velocidad, y la mayoría del tiempo estaba sentada a mi lado en mi Volvo. Pero no iba a correr riesgos con su vida.

El pensar en todo esto, y el no tenerla a mi lado empezó a causar ansiedad en mi otra vez. Pero otra vez, sabía que no tenía nada de que preocuparme.

Me distraje, recordando el momento, y principalmente la expresión que Bella había tenido el día en que su oxidada camioneta había dejado de ser útil. Imaginando el carro que venía para ella después de eso. Alice y Emmett habían ayudado con ese pequeño detalle. Jasper y Rosalie en especial, habían pensado que era un poco infantil el deshacernos de la camioneta de Bella para cambiarla por el auto que ya esperaba por ser usado en nuestra cochera.

Emmett había sido el más emocionado en empezar a trabajar con el funcionamiento de la camioneta, Alice había previsto que todo saldría de maravilla. Y mientras Bella dormía en mis brazos una noche, mis hermanos favoritos se deshacían del auto de Bella. Viéndola dormir en mis brazos, sentí una punzada de remordimiento.

No te atrevas a arrepentirte en este momento, Edward Cullen. Todo saldrá de maravilla.

Sí, todo saldría bien. Pero sabía cuanto amaba Bella su camioneta... oh, está bien. Me di por vencido y Alice sonrió abiertamente, feliz de ver cómo mi mente cambiaba de opinión, y con ella el futuro.

Bella había estado murmurando toda la noche, y más seguido de lo que era cortés, Emmett había reído de forma escandalosa, al mismo tiempo tan bajo que nadie pudo haber sido capaz de escuchar ni un murmullo, solo Alice y yo.

¿Solo sueña contigo? ¿Qué no tiene una vida, hermanito?

No había salido a darle un golpe detrás de la cabeza, solo porque se suponía que no estaban fuera de la casa de Bella, tratando de hacer que su camioneta no volviera a funcionar. Algo que no era muy difícil, pero que Emmett había decido tomar con mucha, mucha tranquilidad y seriedad. Dentro de lo que cabía ser seriedad para Emmett.

"¡Vamos, Emmett! Acabemos con esto."

"¿Qué? Alice, mí pequeña hermana, tenemos que hacer un trabajo limpio, ¿de acuerdo? Así que, paciencia. Tenemos toda la eternidad."

"La eternidad será más corta, considerando que Bella estará despierta en unas horas."

Emmett se quedó pensando un minuto. Claro...

amanecer (de parte Edward Cullen )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora