make you mine ✧ rubegetta week ❬karmaland❭

That's how I know you are the one.

Porque yo sabía que
El primer día que te conocí
Que nunca iba a dejarte
dejarte ir lejos
Y yo
Aún recuerdo sintiendo nervios
Intentando encontrar las palabras para
Traerte aquí hoy.

Y ahí estaba otra vez, fuera de la iglesia de Karmaland esperando el momento ideal para entrar acompañado de su mejor amigo, Mangel el cual en su rostro se asomaba una enorme sonrisa de felicidad y además, aunque trataba de retenerlas, unas cuantas lágrimas sobre sus ojos.

Rubius pensó que este día nunca llegaría, pensaba que esto era un hermoso sueño del cual nunca quería despertar y seguir viviendo una falsa realidad. Pero esto no era falso ¡Esto realmente estaba pasando! Vegetta estaba adentro de la iglesia, esperando con él, menos nervioso o peor que él.

La suaves melodías que entonaba el violín era signo de que su entrada a la iglesia estaba por comenzar y el ver también a su otro mejor amigo Alexby (que no tuvo otra opción que obedecer a Mangel con ponerse la falda) frente a él con un canasto de flores blancas hizo que comenzará a temblar un poco de las manos.

—¿Te vas a hechar para atrás cuando ya estás a punto de decir "acepto" frente a todo Karmaland? —la voz cantarina de Willyrex lo sacó de sus pensamiento y al parecer también sorprendió a Mangel y Alexby, ya que rápidamente reaccionaron ante la voz del albino-. Pensé que tenías los cojones duros, eh.

El castaño no dudo ni un segundo y soltó una fuerte carcajada de burla hacía el comentario de su hermano, el contrario solamente se dedico a sonreírle con gentileza. Pero a pesar de que lo dicho por Willy solamente fue por bromear y relajarlo un poco, tenía toda la razón. Tenía muchísimo miedo, hasta quería cometer la peor locura de una boda: huír.

Pero su amor por Vegetta lo retenía ahí, lo tenía fuertemente amarrado que le será imposible correr sin sentirse fatal por el de cabellos negros.

—Já, cuando le de el "sí" te callarás la boca —contestó Rubius con aires de grandeza.

—Pensé que tenías miedo, se te nota en como te mueves —Mangel y Alexby rieron ante la respuesta dada por Willy, el de orbes avellana solamente los miró de mala forma-. Pareces gelatina.

Las fuertes risas de Mangel y Alexby no tardaron en aparecer junto con las de Willy, lo que provocaron un sentimiento de inseguridad, algo que ya había sentido antes y definitivamente, no le agradaba.

—¡AAAAH, joder! —chilló Ruben con los ojos llorosos—. ¡¿Y si le digo que nos casemos mañana?! ¡¿Creen que se enoje?! Pues claro que se enojará, coño... ¡Viva España, joder!

A sus oidos se dejó escuchar la típica melodía de boda, donde la novia entraba felizmente y se dirigía a donde estaba su futuro esposo para comenzar una nueva etapa en su vida.

Pero Rubius quería orinarse en los calzones.

—Vamos tío, que no me puse una falda bien mona a lo estúpido —se quejó Alex volteando a ver a su mejor amigo.

—Coño Rubius... —Mangel no tuvo más remedio que colocar sus manos en las mejillas del más algo y apretarlas levemente—. Luchaste para que este día se hiciera realidad ¡¿Y ahora quieres tirarlo todo a la mierda?! Perdóname tío pero no. El amor de tu vida esta ahí adentro, esperando verte ya que desde ayer no se ven, esta esperando a Ruben Doblas, su futuro esposo... ¿Estás listo para lo que viene?

—Mangel tiene razón, Rubius —susurró el de orbes verdes al mismo tiempo que colocaba una mano en el hombro de su compañero—. Vegetta también tiene muchísimo miedo, pero cuando te vea entrando por esa puerta ya no habrá más temores por parte de él ni tuya, simplemente serán ustedes dos que hicieron todo lo posible por llegar a este día. Así que si lo amas y te sientes seguro de que quieres tomar la mano de mi mejor amigo para toda la vida, comencemos con la boda.

Willyrex se acercó al oido de su compañero para susurrarle algo que lo hizo reflexionar: "Además, no te desvelaste toda la noche en la hermandad memorizando tus votos matrimoniales".

Maldita sea, odiaba a esos parguelas porque lamentablemente tenían razón, su historia de amor con Vegetta era gracias a sus amigos, quienes habían sido parte de la grandiosa aventura que había vivido con su amado.

Soltó un suave suspiro tratando de relajarse, pero las mariposas que sentía en su estómago no lo dejaban en paz, ahora la emoción lo invadía ya que con tan solo imaginarse que Vegetta lo espera del otro lado de la puesta lo llenaba de orgullo.

Y como dijo Mangel, no luchó por Vegetta a lo tonto, todo lo que hizo por él tenía una razón, y esa razón era la que estaba por vivir, su futuro matrimonio.

—Niña flor —habló Rubius con un tono de voz burlesco—. Abre la puerta y comienza con tu caminata, que estando acá afuera no me puedo casar.

Dicho lo anterior Alex solamente soltó una risilla para después abrir las puertas de la iglesia de Karmaland con fuerza, y llamando la atención de los presentes (y del mismísimo Samuel) comenzó a tirar pétalos de flores, abriendo el paso para que el novio pasara al son de la música que resonaba en la iglesia.

Caminando con lentitud se encontraba, siendo sostenido del brazo por su mejor amigo y atrás el que alguna vez consideró su enemigo.

Samuel pensaba que sus ojos ya habían visto de todo en esta vida, pero con tan solo ver la bellísima figura de su querido oso entrando por la puerta con su traje blanco y la corona de flores que llevaba su velo sobre su cabeza, sabía que aún le faltaba ver a su futuro esposo con una genuina felicidad desbordando de todos lados.

Luzu también estaba a borde de las lágrimas, a pesar de ser quien llevaría a cabo la ceremonia se sentía orgulloso por todo lo logrado por sus amigos, al fin serían felices. Dirigió lentamente su mirada a Auron, quien portaba un elegante traje negro con corbata roja y cargaba con cuidado a su pollo Frederick, quien sería el encargado de entregar los anillos.

Entendía perfectamente bien el amor de Vegetta y Rubius cuando veía a Auron.

Pero eso no importaba hoy, ya que no opacaría el feliz día de sus mejores amigos por su amor hacía Auron, se concentraría en recitar las palabras que estudió durante una semana para que la ceremonia saliera de maravilla.

Cuando Rubius llegó finalmente al altar observó con entusiasmo a Vegetta el cual también compartía el mismo sentimiento que él.

—Hola —musitó el de orbes violáceos.

—Hey... —contestó Rubius en un susurró casi inaudible.

Vegetta estiró su brazo derecho hacía su novio con lentitud, Rubius captó el mensaje rápido y tomó con rapidez la mano de su contrario para apoyarse en ella y subir al altar que estaba decorado con flores moradas y azules.

La música nupcial finalizó dando por entender que la ceremonia daría comienzo.

Dando a entender que la boda Rubegetta comenzará en breve momento.

Casi lloro escribiendo esto jdkskdks, me enamoré re feo sisi♡