[7] Ella la busco por cada rincón

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—¿Qué es...?

—¡Disculpe! —Una voz suave se apresuró a disculparse, mientras se inclinaba para recoger los ramos de flores, intenté ayudarle, pero me detuve en el instante en que vi las tarjetas de felicitaciones, eran de la "fiesta" de ayer y no tenía ánimos de saber nada sobre ello. Negué lentamente con la cabeza cuando me pregunto si me había lastimado, quito las flores de mi cabello antes de irse por el pasillo, fue en ese momento que recordé que no me había peinado por la mañana, aunque, llegado a este punto, era lo que menos me importaba.

Entre a su oficina sin pesármelo otro segundo más, era la oportunidad perfecta para hacer algo y no pensaba perderla. Mi padre estaba detrás de una gran pila de papeles y libros, ni siquiera se molestó en alzar la mirada, aunque tampoco creía que me hubiese visto entrar.

—Majest... —Hice mi voz mucho más fría y seria de lo que usualmente es, pero él me interrumpió.

—Ya te dije que dejaras el resto de las flores y regalos en la habitación de... —Comenzó dándome una orden, pero se detuvo a la mitad de la frase. —Por unos segundos creí ver el rastro de una sonrisa en su rostro, pero su expresión volvió a la normalidad en cuanto corto su frase, dio un leve suspiro antes de fijar su mirada en la gran cantidad de papeleo. —¿Qué sucede, Amelie?

—Quiero ver a mi madre...

—Eso no será posible, tu madre no tiene permitido reci...

—No. —Esta vez fui yo quien le interrumpió. —No aceptaré una respuesta como esa, querido padre. —Él se cruzó de brazos mientras me miraba fijamente. —Quiero saber dónde está mi madre... —Le imite cruzándome de brazos, podía ver como una pequeña sonrisa se formaba en su rostro, aunque su ceño fruncido hacia casi imposible el verla.

Vous avez le même tempérament [Tienes su mismo temperamento]... —Dio un leve suspiro antes de seguir. —Si estas intentando lograr algo con un berrinche, debo adelantarte que la respuesta no va a cambiar, dije que no verías a tu madre... no empeores las cosas, tengo mucho trabajo que hacer.

—¡No es justo!

—¿Piensas que gritarme hará que cambie de opinión?

"Deberías de actuar como mi padre por una vez en tu vida y dejarme ir junto a mi madre", claro que me hubiese encantado decirlo, pero por alguna razón me fue imposible utilizar las mismas palabras que tenía en mi cabeza.

—Si.

—¿Sí? —Soltó una pequeña risa seca. —¿Es posible que seas más empecinada? —Volvió a bajar su mirada hacia la gran pila de papeles, haciendo un gesto con las manos para que me fuese.

—No soy emteci...empleci... ah... ¡empecinada! —No tenía la menor idea del significado de la palabra, pero de seguro se estaba burlando de mí de alguna forma. —¿Qué clase de rey eres?

—Amelie, deja de perder el tiempo y ve a jugar por el castillo.

—¡Prestame atención! —Sin pensarlo me quité uno de mis zapatos y lo lancé directamente a esa gran pila de papeleo, la cual cayó al suelo sin ningún esfuerzo.

—Amelie...

—Ups... —Recobré mi postura.

—Ya fue suficiente. —Caminó hacia mí a paso firme, no pude evitar cubrir mi rostro cuando estuvo lo suficientemente cerca, solo pude escuchar un pesado suspiro, como si estuviese cansado antes de caminar nuevamente a su puesto, quité las manos de mi rostro en el momento en que le sentí alejarse.

—¿No me harás nada?

—Detén tu absurdo berrinche, no tengo mucha paciencia...

—Claro que no tienes paciencia... no la tuviste con mi madre, mucho menos la tendrás con tu hija... —Murmure entre dientes y de alguna forma esperaba que él no me haya escuchado del todo.

Segunda Vida Para Amelie [EDITANDO]Where stories live. Discover now