[4] Él ha sido temido

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Conocía perfectamente los sentimientos de mi madre, pero cuando era turno de hablar de los míos, todo cambiaba completamente, es verdad que estuve viviendo por un par de meses en ese castillo, sin embargo, no fue lo suficiente para reconocerlo como mi hogar, además, se podría decir que estaba acostumbrada a cambiar de casa cada cierto tiempo... no siempre era capaz de pagar la renta de los lugares en los que vivía y ya me he rendido. No estoy diciendo que voy a quedarme sin hacer nada, pero debo resignarme a interpretar el papel que se me fue dado y en este caso soy un bebé.

Al poco tiempo mi madre volvió a fijar su vista en mí, le gustaba acariciar mis mejillas o mi cabello, siempre lo hacía con suma dulzura y delicadeza, como si de lo contrario fuese a quebrarme en mil pedazos.

—Father once spoke of an angel... —Comenzó a cantar mientras jugaba con mis dedos. —I used to dream she'd appear... now as I sing, I can sense her... and I know she's here... —La melodía me parecía familiar, como si la hubiera escuchado en algún lugar antes, pero era diferente... quizás solo era mi imaginación. —Mi pequeña Amelie. —Dio un pequeño suspiro. —Te prometo que convertiré ese castillo en nuestro nuevo hogar... no importa lo que piense, diga o haga tu padre.

Me gustaría poder responderle, decirle de alguna forma que no temía por lo que pudiera pasarme, sino que era ella quien debía de preocuparse de su propia vida, ella era quien al fin de cuentas perdió su hogar por culpa mía... no... no es tiempo de pensar de esa forma, no debo asumir la culpa como si fuese algo bueno, debo de cambiar esta clase de pensamiento que no me llevara a nada; simplemente le sonreí mientras tomaba su mano entre las mías.

Pasaron varios minutos, aunque se sintieron como horas, el camino hacia el castillo de invierno era muy largo, hasta dudaba de que llegáramos antes de que anochezca, pero de un momento a otro mi madre le alzo en sus brazos y me acerco hacia la ventana, no lo entendí hasta que comencé a ver un gran campo de flores, era hermoso, tantos colores que brillaban con la luz del sol, intente agudizar mi vista todo lo que podía para observar con mayor claridad los caballos blancos que corrían libremente a lo lejos.

Era fascinante, en mi vida anterior no hubiera podido ver una vista como esta, aunque saliera de la ciudad, de hecho, creo que solo en las películas se podía observar algo tan perfecto, tan brillante y lleno de vida. Por lo que, en el fondo, no me afectaba irme a vivir a un lugar alejado de todo como lo era el castillo de invierno. El carruaje se detuvo varios minutos después, fue Oliver quien nos ayudó a bajar del mismo, hasta el momento me había olvidado de que él había viajado con nosotras, por no decir que fue obligado a acompañarnos gracias a que interfirió en la decisión de mi padre.

Debo de destacar la forma en que tomó a mi madre en brazos para bajarla, siempre he tenido ese pensamiento de que la realeza era intocable, de que nadie podía dirigirse hacia ellos con informalidad o cosas de ese estilo, pero la relación que tenía Oliver con mi madre rompía el estereotipo que estaba insertado en mi cabeza.

Cuando volví a centrar mi vista hacia lo que nos rodeaba, quedé impactada, era uncastillo enorme, de verdad pensé que nos encontraríamos con algo viejo, casi en ruinas, pero no podía ser más distinto a la realidad. Era la personificación de un castillo encantado, su color blanco era idéntico a la nieve y su techo era azul oscuro, lo cual hacía un perfecto contraste con la parte inferior... no podría decir cuántos pisos tenía, pero era gigantesco, aunque no lo suficiente como para superar al castillo de mi padre, sea quien sea el que haya diseñado este castillo, estoy completamente feliz de llamarlo mi nuevo hogar.

No me gustaría ilusionarme, pero si este lugar tiene un jardín de rosas como el de mi padre, les aseguro que no querré irme jamás, su belleza me había hechizado y por lo visto a mi madre igual, estaba tan sorprendida como yo y lo demostró dando un pequeño salto de los brazos de Oliver antes de comenzar a correr hacia las grandes puertas, aunque se detuvo a mitad de camino. Eso había sido aterrador, increíble, pero aterrador, verme siendo levemente agitada sin poder controlar mi cuerpo... no fue completamente de mi agrado.

Segunda Vida Para Amelie [EDITANDO]Where stories live. Discover now