Diario de una depresiva

Decepción.

Bueno, al inicio pensaba escribirlo todo en un solo capítulo, pero mi toc no me permite hacer un caos narrativo de tal magnitud. Así que quizás habrán unas cuantas partes el día de hoy, con cambios emocionales ya que, estoy bien y mal, o estaba mal y ahora estoy bien... Quizás al revés, no lo tengo claro.

Discutí con mi mamá hace dos días, se enteró de mi constante deseo de suicidio y lloró mucho, se enojó conmigo y básicamente la decepcioné. Lo que recuerdo que me dijo:

- Ya te perdí

- No vale la pena que me siga esforzando por tu bienestar

- Da igual, ya no tienes futuro.

Ya no tengo futuro...

Si mi mamá piensa eso ¿Para qué seguir? ¿De qué sirve seguir intentando si la decepcioné?

No soy buena estudiante.

No soy buena novia.

Soy sólo una decepción para mi mamá.

Da igual si muero ya o luego, me quedó claro.

El luchar cada día con esa necesidad de matarme no sirve de nada, el esforzarme por vivir un día más no tiene importancia...

No lo tiene...

"Tienes una relación tóxica con tu mamá". Sí, creo que la tengo, pero... Pero la amo, me duele ser su mayor decepción, me duele no ser esa hija que ella quiere, no cumplo sus expectativas.

Ese día, sentí que necesitaba con todo mi corazón las cuchillas, esas que ella me tiró hace meses. Me urgía un abrazo, un consuelo... O morir.

¿Por qué recurro a los cortes?

No sé la razón de los demás, pero al  cortarme me siento menos sola; mi sangre roja y tibia me hipnotiza... Me da calor y casi se parece al de un abrazo.

El daño físico lo relaciono con el emocional, pues me curo el corte yo sola y me repito que estaré bien, así me consuelo... Así yo sola me doy las esperanzas.

Notar mi sangre me recuerda que sigo viva, que aquí estoy y de cierto modo, que puedo superarlo... Lloro y mis venas lloran conmigo.

¿Y si muero? Da igual, sal de ahí, sangre, no te detendré, si quieres salir por completo y para siempre no me importa; yo me entrego a la muerte... No importa.

Annie~