Descubrirlo a tiempo

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Hay una personita acá que está en un punto muy delicado con su vida, aun no le diagnostican depresión ni ha ido al psicólogo, pero está necesitando ayuda. Este fragmento se lo dedico, por si lo está leyendo.

Por muchos años yo he tenido que lidiar con la depresión, el problema es que no lo sabía hasta hace menos de un año. De hecho a los 7 me llevaron a psicólogo y me iban a remitir con psiquiatra; sin embargo, eso no se dio debido a que mi mamá no le puso cuidado a la orden, lo dejó pasar y eso le dio alas a mi trastorno para avanzar mucho.

Al inicio fue lento, me cohibía frente a otros niños y terminaba aislada por alguna que otra razón: Por ser la noña, por ser gordita, porque les parecía muy irritante (que me parece muy acertado) y por cualquier cantidad de cosas; después de todo mis defectos han ayudado mucho a ese aislamiento.

A inicios de secundaria el bullying se fue haciendo más intenso y yo me fui cerrando más, también empecé a verme de la misma forma que ellos, acepté que soy un estorbo, que irrito, que soy fea, tonta, inmadura, maleable, la mascota del profesor, ridícula, gordísima y la lista podría seguir.

En ese punto, aun era resistente en cierta forma, pero empezaron las discusiones en la casa y a mis doce años falleció mi abuelo. Fue un golpe muy duro, pues era un apoyo muy grande en mi vida, fui su orgullo desde que nací, su niña del alma, y yo era feliz haciéndolo sentir orgulloso, lo quería con todo mi corazón y a pesar de que han pasado seis años, lo sigo queriendo y sigo intentando que esté orgulloso, no importa dónde esté.

Mis papás no me permitieron llorar su muerte y me reprimí ese duelo, ya para octavo todo el salón de clases se puso en contra mío: Se burlaban, buscaban hacerme caer, me enviaban al rincón, se alegraban de que yo estuviera triste... Fue horrible, intenté hacerme amiga de las que iniciaron todo pero no sirvió, fui a la psicóloga del colegio y no hizo nada, me dijo que no tenía nada y que no debía estar ahí.

Meses después estuvo mi primer intento de suicidio, iba a usar una de las tijeras de tela que tiene mi mamá, puesto que son muy afiladas... Mis papás me descubrieron justo cuando me las iba a pasar por la garganta, me mandaron con terapeuta de duelo y estuve casi dos años ahí.

Ya en ese instante yo estaba sin ganas de salir adelante, ya me sentía mal y un ser insignificante, para colmo, me odiaba por sentirme mal por eso... Siempre he tenido la perspectiva de que mis problemas no son nada, que hay personas que la están pasando peor y que no tengo derecho a estar así... Entonces, me empecé a acumular las cosas, no decía nada en persona para no cargar a nadie con mis tonterías y en internet menos porque no quería llamar la atención.

Curiosamente usaba el término "deprimida" cuando me sentía muy mal, pero diciéndome que eso que sentía no era depresión, que sólo estaba bastante mal, pero depresión... No, de ninguna manera.

Luego me enamoré, ese chico me animó bastante, pero se iba del colegio... Es flautista, me le declaré detrás del escenario, antes de que iniciara el concierto, el muchacho jugó con mis sentimientos y casi no lo superé.

En ese lapso me conseguí las cuchillas y pues, inició la etapa de consolarme a punta de cortes, a ver si en algún momento perdía suficiente sangre para morirme. Una vez incluso me corté durante el baño, así era difícil que la sangre coagulara... Pero mi mamá entró y tuve que disimular, mis papás me dan miedo y no quería que me regañaran... Eso era peor que cualquier cosa.

A mis dieciséis años ya estaba un poco más estable, tenía a Lu que es mi mejor amiga y a Alejito y Ducu que me hacían reír mucho... Pero me empecé a cansar demasiado mentalmente, el bullying nunca sesó, las discusiones en casa tampoco y mi autoestima cada vez estaba más por los suelos. Sólo tenía energías para tres horas... Así que recurrí al chocolate, me volví adicta a él... Todos los días me comía una chocolatina de esas grandes, al ser un estimulante me daba la energía suficiente para el resto del día.

Me diagnosticaron hiploglicemia. El chocolate pasó de ser mi salvación a mi perdición.

Entré a la U y en la prueba para acompañamiento psicológico obtuve el resultado de depresión leve, no me lo quise creer, incluso recuerdo que me reí mucho. Estuve mi primer semestre en terapia y se suponía que todo estaba chido ya <3

Y entonces... Colapsé.

Me daban ataques de mucho miedo en la noche y no dormía, empecé a llorar mucho (en parte porque el que en ese momento era mi novio me terminó y como fue una relación tóxica pues... Una cosa llevó a la otra...) y volví a cortarme con más frecuencia, mi fobia a los perros aumentó de manera alarmante y empecé a aislarme.

Luego Cris me besó. Nunca nadie me había hecho sentir tan especial.

Mientras él empezó a apoyarme, mis papás iniciaron las vueltas para llevarme con psicólogo, me remitió a psiquiatra y ahí me diagnosticaron lo del TOC y la ansiedad. Otra vez, me reí mucho... Recuerdo que estaba super asustada porque no quería aceptar que necesitaba ayuda... Y sigo sin querer aceptarlo, en terapia el psiquiatra se percató de mis cortes y actitudes, notó la depresión. Mandó medicamento y me siento tan incompetente por necesitarlo para estar bien...

Cris me tuvo que salvar de que me intentara suicidar otra vez, fue muy fuerte porque ya era demasiado consciente de que lo iba a hacer, estaba decidida e incluso lo estaba planeando para no fallar, pero él debía estar preparado... Y... Recuerdo que lo vi llorar, es muy raro que llore... Con el paso de los días fui desechando la idea, aun está en mi mente pero he podido lidiar con ella por meses.

Creo que estoy mejor, a pesar de los altibajos me siento mejor. Aun no sé qué hacer con el vacío que me da el no sentirme tan mal después de tomarme la medicina... Es un vacío que me aterra, aunque ahora entiendo que es parte del proceso. Hablando de antidepresivo, hoy no lo olvidé, hoy sí estuve juiciosa.

Aun me falta muchísimo, lo importante es que ya estoy en el proceso para salir adelante, un proceso difícil y largo... Pero que espero superar.

Es lo importante de descubrirlo a tiempo, tuve muchas oportunidades en mi pasado para acudir por ayuda, pero no lo hice y ahora con mi mente hecha un caos debo encontrar la forma de rehacerlo. No estaría tan mal probablemente si hubiera hablado antes, si me hubiera visto el psiquiatra antes, si hubiera aceptado mi problema antes.

Los invito a que, si conocen a alguien que parece con urgencia necesitar ayuda o incluso si son ustedes los que la necesitan pues, que acepten ir... Por más que sientan que es tonta su razón, vayan, vayan, les puede salvar la vida.


Annie~


Diario de una depresivaWhere stories live. Discover now